lunes, 23 de marzo de 2020

Salón de Cristina, un jardín con 190 años de historia

Litografía del Paseo de Cristina (¿1833?). Fuente imagen


Los Jardines del Cristina son, tras la Alameda de Hércules, uno de los espacios públicos más antiguos de la ciudad de Sevilla. La zona extramuros entre la Puerta de Jerez y la orilla del río se conocía, desde el siglo XIV, como barrio de San Telmo o de Marruecos. El primer nombre se debe a la ermita que había en este lugar dedicada al santo, mientras que el segundo hace referencia a la ubicación de la residencia del obispo titular de la Diócesis del Norte de África.

La gran transformación de esta zona de la ciudad se desarrollará a principios del siglo XIX siendo Asistente de Sevilla José Manuel de Arjona. Bajo su mandato se acometerán importantes reformas urbanísticas tendentes a embellecer la ciudad y mejorar la condiciones higiénicas de la misma. Un largo paseo arbolado paralelo a la ribera del río comunicará el puente de Triana con la zona de huertas de la zona sur de la ciudad, construyéndose dos grandes jardines junto al acceso a la ciudad histórica (Salón de Cristina) y a las afueras de la misma (Jardines de las Delicias). Este paseo arbolado retoma la idea planteada unas décadas antes en lo que actualmente es el Paseo Colón, una reforma urbanística de la que ya se habló en el blog.



Plano de los Jardines realizado por Manuel Álvarez Benavides (1868). Fuente imagen


El Paseo o Salón de Cristina se inaugura el 24 de julio de 1830. Del diseño de estos jardines se encarga el arquitecto municipal Melchor Cano, que contó con el asesoramiento de Claudio Boutelou (Aranjuez 1774 - Sevilla 1842), agrónomo y botánico que llegó a dirigir el Jardín Botánico de Madrid y a encargarse de los jardines reales de Aranjuez y La Granja de San Ildefonso. La influencia del paisajismo francés en nuestra ciudad tendrá su continuación años después con André Lecolant, artífice de los jardines del Palacio de San Telmo y Jean Claude Nicolás Forestier, que diseñará el Parque de María Luisa.

La parcela que ocuparon los jardines era mucho más extensa que la actual al formar un amplio triángulo de varios miles de metros cuadrados que llegaba desde la fachada de San Telmo hasta la Torre del Oro por un lado y hasta la Puerta de Jerez por el otro. Ya en la segunda mitad del siglo XIX la zona verde se ampliará hacia la calle San Fernando con la creación de los Jardines de Eslava, una zona de esparcimiento ciudadano que seguirá en uso hasta la construcción, sobre ellos, del Hotel Alfonso XIII entre 1916 y 1928. 


Imagen aérea de la zona a mediados del siglo XIX. Fuente imagen


Una vía separaba la zona sur de los jardines del Palacio de San Telmo. La actual avenida de Roma surge ya en el siglo XVII cuando en 1682 comienzan las obras de la Escuela de Mareantes. La fachada del edificio se alinea con la Puerta de Jerez (como se puede ver en la imagen anterior), un elemento que con el paso del tiempo desaparecerá dejando la fachada principal de San Telmo con una alineación un tanto particular. La avenida, bautizada como Paseo de San Telmo en 1869, quedará completamente configurada gracias a la creación de los jardines que la flanquean, los de Cristina y los de Eslava. Ya en el siglo XX, en plena Guerra Civil, la avenida pasará a llamarse 'de Roma' tras el golpe de Estado por las buenas relaciones de Franco con el Gobierno italiano.

Los Jardines del Cristina se construyen entre los años 1826 y 1829. Según algunas notas bibliográficas, la zona verde se conoció como 'Jardines de Apolo' por la existencia en el centro del paseo de una fuente decorada con una escultura que representaban al dios Apolo, copia del Apolo del Belvedere, del que apenas ha quedado registro y que es muy difícil rastrear. En 1832 se decide bautizar al Paseo con su nombre actual en honor a la reina María Cristina, cuarta esposa de Fernando VII y madre de la futura reina Isabel II y de la infanta María Luisa Fernanda de Borbón, que con el tiempo será duquesa de Montpensier.


Paseo de Cristina. Fuente imagen Fototeca del Patrimonio Histórico Español (enlace)


Según se puede leer en algunas crónicas, el Paseo de Cristina no tuvo mucho éxito entre la sociedad de la época, cayendo en un relativo abandono hasta la llegada de los duques de Montpensier a San Telmo, cuando se convierte en una zona de recreo y esparcimiento de la burguesía sevillana. El diseño del espacio era bastante simple, con una gran zona central al aire libre, el Salón, rodeado de zonas ajardinadas con pequeños caminos y paseos arbolados decorados con fuentes, esculturas, jarrones y bancos. Uno de los elementos más característicos de los jardines se ubicaba en su extremo suroeste, junto al Paseo de las Delicias. Según algunos planos e imágenes antiguas, en este espacio se levantó una noria para regar los jardines que con el paso del tiempo irá evolucionando hacia una construcción de mayores dimensiones. Este bello pabellón aparece y desaparece en las escasas imágenes que se conservan de los Jardines, por lo que es complicado fechar el momento exacto de su construcción y desaparición y más teniendo en cuenta las continuas reformas que se acometieron en la segunda mitad del siglo XIX.


Paseo de Cristina (mediados siglo XIX). Grabado de Guesdon. Diccionario Histórico de las calles de Sevilla


Las obras aparejadas a la Exposición Iberoamericana supondrán la práctica desaparición de los Jardines. Cuando en 1920 se diseña el Puente de San Telmo se dibuja sobre el plano una calle que comunicase el puente con la nueva Avenida de la Constitución. Para ello no se duda en cortar por la mitad los Jardines, apareciendo el actualmente llamado Paseo del Cristina. Los Jardines quedaron divididos en dos partes, sacrificándose la zona norte para levantar el Hotel Cristina, obra del arquitecto Ricardo Magdalena Gallifa. La parcela del actual jardín también fue ofrecida a posibles interesados para construir sobre ella, algo que, por fortuna, nunca se llegó a materializar. Lo que durante el siglo XIX había sido una extensa zona verde que comunicaba la Torre del Oro con la Fábrica de Tabacos queda muy reducida tras la apertura de viarios y la construcción de los hoteles. Con ocasión de la cercanía de la Exposición Iberoamericana se decide reordenar los Jardines eliminando gran parte del diseño original y dándole un nuevo eje longitudinal que en lugar de abrirse hacia San Telmo comunicara con la nueva Puerta de Jerez. Las obras no se llegaron a concluir y se alargarán durante 1930.


Fotografía con el Pabellón de los Jardines en primer término (siglo XIX). Origen desconocido


La reforma llevada a cabo en estos años en los Jardines de Cristina incluirá un nuevo monumento, el dedicado al presidente de la I República Emilio Castelar, levantado junto a la Puerta de Jerez y ejecutado por Manuel Echegoyán en 1930. Teniendo en cuenta este detalle podemos establecer una interesante línea cronológica en los Jardines que giran en torno a un personaje concreto, la reina Isabel II. El jardín se dedica en 1932 a la reina María Cristina, madre y regente de Isabel II. Con el paso de los años los duques de Montpensier (la infanta María Luisa Fernanda era hermana de la reina) comprarán el Palacio de San Telmo como residencia oficial y desde aquí el duque, Antonio María de Orleans, orquestará la oposición a Isabel II con el objetivo de arrebatarle la corona. Y finalmente en 1930 se le dedica en estos mismos Jardines un monumento a Emilio Castelar, político que participó en el derrocamiento de la monarquía en 1868 y que llegó a ser presidente del Ejecutivo durante la I República.


Monumento a Emilio Castelar, obra de Manuel Echegoyán (1930)


En 1979 se dedica el paseo principal de los Jardines al poeta y Premio Nobel Vicente Aleixandre nacido en 1898 a escasos metros de aquí, en lo que hoy día ocupa el Palacio Yanduri de la Puerta de Jerez. De estos mismos años data un pequeño templete de ladrillo cubierto con tejas que en su día acogió una cabina de información meteorológica. La última gran reforma de los jardines se acometió a principios de 2011 cuando se lleva a cabo una recuperación de los jardines y se peatonaliza parte del entorno. Esta reforma se aprovechó para colocar varios monolitos dedicados a poetas de la Generación del 27 diseminados por los jardines que tienen su culmen en la fuente de los Poetas, diseñada por Antonio Barrionuevo y Sergio Portela.


Fuente dedicada a la Generación del 27


Tal y como hemos podido comprobar a lo largo del post, poco queda de los Jardines originales de 1830 a excepción de contados elementos naturales. Según algunas estimaciones, en estos jardines se conservan algunos ejemplares que podrían formar parte del diseño original, por lo que contarían con 180 años de antigüedad, auténticos monumentos naturales que conviene proteger, cuidar y conocer.


Acceso sur al Paseo Catalina de Ribera flanqueado por jarrones que provienen del Paseo de Cristina


Otro elemento artístico que sí se conserva de estos Jardines pero en una ubicación distinta es una serie de jarrones sobre pedestales que formaban un semicírculo en la zona sur del Paseo, frente al Palacio de San Telmo. Estos jarrones fueron trasladados al inicio del Paseo Catalina de Ribera en los años veinte cuando se lleva a cabo una remodelación de esta zona verde y se construye una fuente rehundida hoy desaparecida (o enterrada). Si bien los jarrones que rodeaban la fuente han desaparecido sí se conservan los del acceso al Paseo que rematan un banco corrido semicircular.


Imagen actual de los Jardines del Cristina


Me gustaría terminar esta entrada con un fragmento de la obra 'La Gaviota' de la escritora Fernán Caballero que hace referencia a estos Jardines del Cristina así "...hermosos paseos que son como ramilletes que adornan la ciudad en las orillas del Galdaquivir...".



Bibliografía:

- Diccionario Histórico de las Calles de Sevilla (acceso libre en PDF aquí)
- El Cicerone de Sevilla. Alejandro Guichot y Sierra
- Blog Jardines sin Fronteras (enlace)
- Blog Asociación de Amigos de los Jardines de la Oliva (enlace)
- Servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Sevilla (enlace)

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