jueves, 13 de septiembre de 2018

Inversión municipal en restauración del patrimonio

Presbiterio de la capilla de San José


En los últimos días se han anunciado varias inversiones municipales que redundarán en la mejora del patrimonio de la ciudad. La firma de un acuerdo de colaboración entre el Ayuntamiento y los capuchinos permitirá que en las próximas semanas comiencen las obras en la capilla de San José, joya del Barroco sevillano. El Consistorio aportará 85.000 euros de los 111.000 que se van a invertir para actuar en las cubiertas del edificio y en las pinturas murales que decoran la capilla, muy deterioradas por el incendio que padeció el templo en 1931. La actuación consistirá en la fijación de estas pinturas para evitar su desaparición. Lamentablemente el proyecto de restauración, presupuestado en 1'4 millones de euros, tendrá que esperar a más adelante al no contar con la financiación necesaria, pero al menos se evitará que las pinturas se sigan deteriorando. La otra obra que se va a llevar a cabo consiste en la sustitución de una serie de forjados para evitar filtraciones. 


Bóveda de la capilla de San José


Si bien las obras en la capilla de San José no van a ser muy llamativas para el público al no ser una restauración propiamente dicha, las otras dos intervenciones anunciadas la semana pasada por el alcalde de la ciudad sí permitirán el uso y disfrute de dos edificios con una importante carga sentimental. 


Pabellón de ingresos de la cárcel de La Ranilla


La cárcel de La Ranilla es un edificio construido por el arquitecto José Luis Aranguren entre 1923 y 1930 del que sólo se conserva el pabellón principal. El edificio está declarado Lugar de Memoria Histórica al haber sido, durante la Dictadura, un lugar donde se encarcelaba a presos políticos. Gran parte del complejo fue derruido hace unos años para levantar en su lugar el Parque de La Ranilla y dos edificios públicos, un centro cívico y la delegación municipal de Movilidad y Seguridad. La recuperación del Pabellón de ingresos quedó relegada a un segundo plano y ahora, gracias a una inversión de 1'5 millones de euros, se podrá rehabilitar para darle un uso público.

Durante la presentación del proyecto el alcalde quiso aclarar que esta inversión está motivada por el aumento del turismo en la ciudad. El Alcázar se ha convertido en un gran atractivo turístico y parte del superávit conseguido por la venta de entradas se va a destinar, a partir de ahora, a la recuperación del patrimonio. La intervención será integral y consistirá en el saneado de paramentos, mejora en la red de evacuación de agua y alcantarillado, sustitución de forjados y la construcción de un nuevo sistema portante que permita recuperar las cerchas originales del edificio, muy deterioradas, pero sin que sigan asumiendo su función estructural. Las obras están a la espera del visto bueno de la Comisión de Patrimonio Histórico y en una segunda fase se abordará el equipamiento del edificio, que está destinado a ser un Museo de la Memoria Histórica de Andalucía.


Edificio principal del Pabellón de ingresos de la cárcel de La Ranilla


La situación de la Hacienda de Miraflores, declarada Bien de Interés Cultural, es todavía más calamitosa y vergonzosa. El edificio se restauró por completo hace unos años pero las obras nunca se dieron por concluidas. La hacienda se abandonó y en los últimos años ha sufrido los efectos del vandalismo e incluso varios incendios, algo completamente inadmisible en un edificio municipal de tan alta categoría. La inversión planteada ahora, presupuestada en un millón de euros, actuará sobre todo el complejo (a excepción de las caballerizas), rematando los trabajos que quedaron por culminar y actuando en aquellas zonas que se han visto afectadas por los saqueos.


Hacienda de Miraflores


Una vez culminadas las obras, la intención del Ayuntamiento es que la Hacienda de Miraflores se convierta en un lugar de encuentro vecinal relacionado con la zona verde en la que se encuentra. De este modo, además de contar con un salón de actos o una biblioteca, el edificio servirá como espacio de educación ambiental e incluso tendrá una parte musealizada para que los visitantes puedan conocer cómo funcionaba una hacienda de olivar. En este segundo caso el proyecto de intervención ya se encuentra en licitación por lo que las obras podrían comenzar antes de que acabase el año.

Estos proyectos se suman a otros recientes como la intervención en las columnas de la Alameda de Hércules, la recuperación de las fachadas del Pabellón Real, la limpieza de los elementos que componen el acceso a la Exposición Iberoamericana o la rehabilitación del Cenador del León del Alcázar. Se agradece ver esta preocupación por el patrimonio de la ciudad y ojalá sea una senda que sigamos recorriendo en los próximos meses.

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