martes, 21 de agosto de 2018

Restauración de las columnas de la Alameda de Hércules



El Ayuntamiento de Sevilla está llevando a cabo durante este verano un tratamiento de limpieza superficial de las cuatro columnas que decoran el paseo central de la Alameda de Hércules. La intervención consiste en asegurar la integridad de los elementos que componen los cuatro conjuntos (basamentos, columnas, pedestales y esculturas) así como en recabar datos para un futuro proyecto de restauración en profundidad. Tras varias semanas de trabajo, tanto las columnas de la zona sur, como las del lado norte muestran un estado que hacía años que no se observaba.



Carlos I y Felipe II como Hércules y Julio César


La Alameda de Hércules está considerado como el jardín público más antiguo de Europa. Su diseño y construcción se debe al Conde de Barajas, que a mediados del siglo XVI impulsó la remodelación de una zona de la ciudad que hasta ese momento suponía un problema de salubridad. En épocas de crecida del río, la zona de la Alameda se inundaba quedándose el agua estancada con el consiguiente riesgo de epidemias. Por medio de una serie de acequias se desecó la laguna y se habilitó un paseo arbolado decorado con fuentes cuyo principal elemento decorativo fueron las dos esculturas de Hércules y Julio César realizadas por el escultor Diego de Pesquera. Las esculturas no sólo hacían alusión a los míticos fundadores de la ciudad sino que representaban el poder de la monarquía de los Habsburgo al representar a Carlos I y Felipe II respectivamente. Las esculturas se colocaron sobre dos columnas de granito traídas desde la calle Mármoles, pertenecientes a las ruinas de un edificio romano. La nueva Alameda de Hércules fue inaugurada en 1574 y durante siglos se convirtió en una de las zonas más importantes de la ciudad.


Leones labrados por Cayetano de Acosta de las columnas del lado norte de la Alameda


Las columnas del extremo norte son más recientes. En 1764 el Asistente Larumbe promueve la renovación de este espacio con la plantación de centenares de árboles, la instalación de nuevas fuentes y la erección de dos nuevas columnas rematadas por sendos leones rampantes que portan los escudos de España y Sevilla. El escultor portugués Cayetano de Acosta, conocido en la ciudad por labrar la portada de la Fábrica de Tabacos, fue el encargado de realizar las dos piezas que, según algunos documentos, pudieron estar policromadas.




Sin duda la recuperación de estos cuatro elementos es una magnífica noticia para el patrimonio de la ciudad. Las columnas de la Alameda de Hércules no siempre se tratan con el respeto que merecen y esperemos que después de la restauración se cuiden con mayor ahínco si cabe. 

2 comentarios:

Guillermo Daza dijo...

Las columnas y esculturas de Julio César y Hércules fueron ya restauradas por Juan Abad sobre el 2010 creo recordar, ya que dicha restauración fue posterior a la remodelación de la Alameda en el 2008. Si no recuerdo mal en dicha restauración se le hizo limpieza y consolidación así que tengo curiosidad por saber que patología nueva presentan, ya que no ha pasado tanto tiempo desde la última intervención. Por cierto recuerdo perfectamente las rejas antiguas que tenían en la base y que en dicha remodelación del 2008 fueron eliminadas. En su momento hubo quejas y críticas,ya que al parecer aunque no eran del XVI tenían su valor ya que protegían de pintadas y daños en la base de las columnas. En la reurbanización mencionada se excavó el suelo hasta el nivel de la base de las columnas, antes de eliminar las rejas la base de las columnas estaba un metro más bajo que el pavimento de la plaza. A mi personalmente tampoco me gustó que eliminaran las rejas.

Silvid dijo...

La explanada pétrea y anodina que un día fue el jardín público más antiguo de Europa. Es doloroso ver como en esta tierra se es tan fiel a determinadas conductas negativas. Yo reconozco que desconocía lo de que fuera el jardín ciudadano más antiguo de Europa, pero no me cabe duda de que quién elaboró el plan de reforma lo desconocía también. De otra forma no se entiende que la opción haya sido la tan habitual por estos lares de enlosado y alcorques con tendencia a contener eternos arboles "bebés" o incluso quedarse vacíos. Lo lógico sería el haber recuperado la elegancia que este lugar tuvo y que tenía ya perdida desde hacía décadas. No sé si una ciudad con dos ex prados, un ex río, decenas de ex zonas verdes; hoy enlosadas (para favorecer aparcamientos subterráneos, sobre todo), y mil y un ex edificios de los que sólo queda la apariencia externa, puede permitirse seguir perdiendo autenticidad a este ritmo. Qué bien podría haber quedado la Alameda si la ajardinamos en condiciones y colocamos una placa que haga una breve reseña histórica del lugar explicando por qué es el jardín público más antiguo... Ahora mismo le dices eso a un turista y se ríe en tu cara. Por cierto, lo mejor que le podría pasar a las columnas por su bien es que le recolocaran las vallas, pero también es verdad que quedarían aún peor integradas en el entorno de lo que ahora están.