Apenas han pasado cuatro años desde la última intervención en la muralla que cierra los jardines de la Buhaira hacia la calle Párroco José Álvarez Allende, cuando ya se ha necesitado una nueva actuación para subsanar los problemas de conservación que padecía este elemento patrimonial del siglo XVI incluido en el conjunto BIC de los Jardines.
Las obras realizadas durante las últimas semanas han contado con un presupuesto de 20.000 euros y se han centrado en los problemas derivados de la humedad (abofados y desprendimientos en el muro) así como en la eliminación de grafitis y la aplicación de un tratamiento de protección a los elementos metálicos y de madera que componen el muro y las dos puertas de acceso a los Jardines. La muralla de la Buhaira forma parte del cerramiento instalado en el siglo XVI cuando la familia Ribera se hace cargo de esta antigua finca de recreo islámica, siendo el único elemento de la época que se conserva.
La actuación ha sustituido el color que se le dio en la última intervención por una jabelga (revestimiento de cal) mucho más adecuada para un monumento que hasta la restauración de 2015 mostraba sus paramentos en ladrillo sin ningún tipo de revoco.
Los Jardines de la Buhaira, declarados Bien de Interés Cultural en 1972, conservan una interesante relación de elementos patrimoniales en su interior. A pesar del valor de todos estos elementos y la alta protección de la que gozan, se trata de una zona bastante desconocida y maltratada. Sin duda una puesta en valor que diera a conocer la importancia de estos hitos patrimoniales (una mínima señalética, por ejemplo) serviría para un mejor conocimiento por parte de la ciudadanía de los mismos.
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