La muralla renacentista de la Buhaira luce ya su mejor aspecto tras las obras de restauración que ha llevado a cabo el Ayuntamiento en los últimos meses y que han contado con un presupuesto de 36.000 euros.
Huecos dejados en el muro como si se fueran a colocar azulejos |
El cambio es abismal, como se puede comprobar en nuestro reportaje de hace unos meses, y ha supuesto la recuperación de un elemento patrimonial que presentaba muy mal estado de conservación. Además de sanear el muro de ladrillo que compone la cerca se ha actuado en las puertas, el doble tejaroz de madera de uno de los vanos y en la reja que sirve para cerrar el paso a los jardines de la Buhaira.
Del muro de ladrillo se ha pasado a un colorido paramento que alterna el rosáceo de la pared con el almagra de los elementos decorativos superiores y almenado. El resultado es, sinceramente, un poco de castillo Disney, por lo que habría que conocer en qué se han basado los responsables a la hora de darle este llamativo colorido a la muralla. Si bien es cierto que las ciudades medievales y renacentistas eran mucho más coloridas que las actuales con iglesias y fachadas pintadas de vivos colores, sería más que interesante que en este tipo de actuaciones se llevara a cabo una labor informativa que, además de despejar dudas, contribuyera a una mejor difusión de nuestro patrimonio. Esta labor divulgativa debería hacerse extensible a todas las intervenciones patrimoniales que lleva a cabo el Ayuntamiento ya que, en la mayoría de las ocasiones la información se salda con las palabras del político de turno (que no suele saber de estos temas) o una escueta nota de prensa.
La intervención se ha centrado en el lienzo de muralla que da a la calle Párroco José Álvarez Allende, dejando de lado el muro que recorre la avenida de Eduardo Dato hacia la Buhaira. Sería interesante que, aunque este tramo no corresponda al mismo período histórico, se le dé un tratamiento de consolidación y protección para evitar que se siga degradando.
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