lunes, 22 de octubre de 2018

José Arpa Perea, un pintor internacional

'Casino de la Exposición', 1929


Los flechazos en arte ocurren cuando menos te lo esperas. Un día, de repente, ves un cuadro de un autor determinado y se establece un vínculo que, posiblemente, durará ya para siempre. Hoy os quiero hablar de un artista que se ha cruzado recientemente en mi camino. Se trata de José Arpa Perea, pintor nacido en Carmona el 19 de febrero de 1858 y que falleció en Sevilla en 1952 después de una dilatada carrera internacional.

La 'culpa' de esta relación con el artista la tiene el cuadro que encabeza el post. Se trata de un óleo pintado en 1929 y que forma parte de la colección del Círculo Mercantil e Industrial de Sevilla. El pasado mes de mayo la entidad celebró en su sede de la calle Sierpes una exposición en la que mostraba varias obras reunidas en sus 150 años de historia. Fue entonces cuando vi el cuadro en el que aparece un monumental Casino de la Exposición, algo idealizado, que por la fecha de la pintura debía de estar recién terminado. La pintura es soberbia y durante unos minutos no pude dejar de mirarla. 




Uno de los aspectos que más me llamó la atención del cuadro fue la composición. Si por algo se caracteriza el Casino de la Exposición es por su simetría, enfatizada por la columnata que tiene delante y por los dos pilares que servían de acceso al recinto de la muestra iberoamericana. Arpa rompe esa simetría desplazando el eje central del edificio hacia la derecha, pero lejos de descompensar el cuadro, logra el equilibrio ubicando una serie de elementos secundarios como las nubes, el pilar de acceso, la arboleda, la torre del pabellón de Chile que asoma por detrás o esa idealización del edificio que lo hace más vertical de lo que en realidad es. Frente al rotundo protagonismo de la línea horizontal que marca la fachada del Casino, hay toda una serie de elementos verticales que logran equilibrar la composición. 

Por otro lado el color es fundamental en esta obra y en toda la producción de Arpa. Su forma de aplicar la pintura, con esa pincelada que parece recoger la atmósfera de sus escenas, es sin duda resultado de su interés por la pintura al aire libre, una técnica de la que Arpa fue uno de los pioneros en Sevilla.


'Bacanal', década de 1880


Tras este primer contacto con la obra de Arpa, la reciente apertura del Museo Bellver volvió a cruzar al pintor carmonense en mi camino. En la colección del museo se conservan dos lienzos en los que podemos ver la evolución del pintor. 'Bacanal' es una obra que aparece sin fechar, pero que por temática bien podríamos ubicar a finales del siglo XIX. Arpa Perea logró una beca de la Diputación de Sevilla para viajar a Roma para formarse como pintor. Allí residió entre 1883 y 1886 realizando cuadros de temática histórica como 'Colón ante los Reyes Católicos al regreso del descubrimiento' u otros donde aparecen temas relacionados con la cultura clásica como 'Marco Antonio presentando el cadáver de César ante el pueblo' o 'El soldado de Maratón'. La aparición de estos temas no será algo exclusivo de Arpa y serán muchos los pintores pensionados en Roma que se dejen seducir por el clasicismo durante su estancia (por citar otro ejemplo, las obras romanas de Rico Cejudo son de lo mejor de su producción). 


'El soldado de Maratón', 1885. Imagen del Museo de Huelva (enlace)


En 'Bacanal' el dibujo es aún muy importante pero se empieza a atisbar esa fuerza expresiva del color que tan patente es en el cuadro del Casino de la Exposición. El uso de temas clásicos, tanto mitológicos como históricos, será una oportunidad ideal para que los artistas traten el desnudo. La bacanal, fiesta pagana en honor al dios del vino, permite a nuestro pintor no sólo representar desnudos, sino también reflejar el movimiento, ya sea a través de la danza o en posturas un tanto forzadas fruto de la excitación del momento.

La otra obra que atesora el Museo Bellver es mucho más serena y está a medio camino entre las dos ya comentadas. 'Triana' se fecha en 1916 y nos muestra un paisaje de la orilla izquierda del Guadalquivir a su paso por Sevilla. El cuadro está construido a base de dos diagonales que dividen los tres ámbitos del paisaje, cielo, tierra y agua. En el vértice de las dos diagonales nos encontramos el puente de Triana y en primer término una serie de barcos amarrados a la altura de lo que sería hoy la Glorieta de las Cigarreras. El paisaje está presidido por la mole del convento de los Remedios y a lo lejos asoma la torre de la iglesia de Santa Ana. El ambiente del cuadro aparece ensuciado por el humo que brota de varios puntos y que bien podría pertenecer a las chimeneas de las fábricas de cerámica que poblaban el arrabal. De nuevo el interés del pintor por representar la atmósfera está presente.


'Triana', 1916


Indagando en la figura de Arpa nos encontramos una biografía sumamente interesante. Nuestro pintor se formó en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla, ciudad en la que entró en contacto con Eduardo Cano, una eminencia en la época y referente para toda una generación de artistas. Hacia 1890 ya era uno de los pintores más cotizados en Sevilla, pero en lugar de acomodarse, Arpa viaja a Marruecos primero y, ya en 1896 a México donde residirá hasta 1910. Norteamérica será su siguiente destino, instalándose en el estado de Texas, donde interviene en la decoración del nuevo edificio del Daily Express. El periplo internacional de Arpa culmina en 1929 cuando regresa a su patria chica, Sevilla, donde fijará definitivamente su residencia y donde pintará el cuadro con el que empezábamos el post. 

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