lunes, 29 de octubre de 2018

¿A dónde se fue el arte contemporáneo?

Baltasar Lobo en la Plaza de la Pescadería

La relación de Sevilla con el arte contemporáneo siempre ha sido algo complicada. A pesar de ello, han sido varios los esfuerzos por trasladar a la ciudadanía la cotidianidad del arte más actual. Lamentablemente la mayoría de esos intentos han sido un grito en el desierto que se ha ido apagando con el paso del tiempo. Tras el fracaso de grandes proyectos como la Feria ArteSevilla o la Bienal de Arte Contemporáneo, las artes plásticas más actuales quedaron reducidas a las exposiciones que, puntualmente, organizan las galerías de arte de la ciudad o algunas instituciones.


Ripollés en la Plaza del Triunfo


Los últimos años de mandato de Alfredo Sánchez Monteseirín se caracterizaron por un ambicioso programa de arte en el espacio público que permitió a sevillanos y visitantes conocer la obra de artistas de reconocida trayectoria internacional. La primera exposición fue la del escultor polaco Igor Mitoraj que sirvió para inaugurar la remodelación de la Plaza Nueva en diciembre de 2006. A ésta le siguieron Manolo Valdés en la Alameda de Hércules (octubre de 2007), Baltasar lobo (enero de 2008), Cristóbal Gabarrón (septiembre de 2008), Salvador Dalí (octubre de 2008), Miguel Berrocal (febrero de 2009), Juan García Ripollés (febrero de 2009) y Xavier Mascaró (diciembre de 2009). Fueron años en los que la escultura tomó las calles del centro y la pintura mural hizo lo propio en el Polígono de San Pablo con el proyecto Arte para todos, que trajo a Sevilla en abril de 2010 a una treintena de artistas internacionales que dejaron su obra en los muros del barrio.


La escultura del Cid cubierta de croché por la artista Olek


Con el cambio de alcaldía y la llegada de Juan Ignacio Zoido la presencia del arte contemporáneo en las calles se redujo bastante, aunque tuvimos acontecimientos de gran trascendencia como la arriesgada propuesta de Olek sobre la escultura del Cid Campeador (noviembre de 2013) o las exposiciones de Henry Moore (febrero de 2014) y Juan Mújica (mayo de 2014). El arte contemporáneo volvió, en gran medida, a las salas durante la época de María del Mar Sánchez Estrella al frente de la delegación de Cultura. El Casino de la Exposición se convirtió entonces en el gran contenedor de exposiciones de arte contemporáneo y pudimos ver varias muestras de interés como la de Pedro Paricio o las dedicadas a colecciones privadas nacionales como la de la Fundación Coca Cola.

¿Qué pasó después? El nuevo relevo en la alcaldía trajo consigo un cambio en los intereses culturales del Ayuntamiento. El arte contemporáneo ha pasado, en los últimos cuatro años, a un segundo plano, algo que reconocía el propio delegado de Cultura cuando el Ayuntamiento se embarcó en la recuperación de la Feria de Arte Contemporáneo SACO. La cancelación de la Feria a última hora sin muchas explicaciones ha vuelto a poner sobre la mesa el relativo interés que el actual Ayuntamiento tiene por la creación contemporánea. Si bien es cierto que algo se ha hecho en estos últimos años (exposiciones en Santa Clara, el Centro de la Cerámica o la Sala Atín Aya) es más que evidente que los intereses se han enfocado a otros menesteres. 


Escultura de Tony Cragg en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. Imagen de J. Gallego


¿Y qué está sucediendo en otras ciudades? En Valencia, la Fundación Hortensia Herrero ha patrocinado varias exposiciones y posterior compra de obras de Manolo Valdés o Tony Cragg que han sido donadas a la ciudad para ser ubicadas en espacios públicos. En Madrid el Ayuntamiento y la Fundación María Cristina Masaveu Peterson han firmado un acuerdo por el que en los próximos años se seleccionará una obra para ser ubicada en el pedestal de los Jardines del Descubrimiento que dejó el monumento a Colón. La primera de ellas será 'Julia' de Jaume Plensa, cuya instalación se inaugurará el próximo 20 de diciembre. Pasear a día de hoy por muchas ciudades españolas (como Barcelona o Málaga) supone ir encontrándote con piezas de arte contemporáneo que acercan esta disciplina, a veces tan ajena al gran público, al ciudadano. Pero en Sevilla la senda del arte público contemporáneo se quebró en 1992 y los nuevos intentos se quedaron en exposiciones temporales como las antes citadas. Las últimas remodelaciones urbanas llevadas a cabo han sido una oportunidad magnífica para introducir arte contemporáneo, pero esta opción nunca estuvo sobre la mesa, es más sencillo, fácil y económico prescindir del arte en el espacio público.

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