De milagroso podría calificarse el hecho de que la Torre Blanca siga en pie a pesar del paso de los siglos y de la destrucción sistemática de su entorno. Esta pequeña torre defensiva se resiste a desaparecer y ha quedado como hito simbólico del nuevo parque del antiguo cauce del Guadaíra, recientemente inaugurado.
Los orígenes de la torre se remontan al período islámico y según nos narra el Blog Sevillanadas, formaría parte del sistema defensivo de Isbiliya, tratándose de una torre almenara, un bastión que protegería el flanco sur de la ciudad cuya frontera natural era el río Guadaíra y desde la que se daría rápidamente la voz de alarma en caso de ataque o asedio. La imagen que presentaría la torre entonces dista mucho de lo que contemplamos hoy en día ya que por el tipo de arco de su acceso principal, se calcula que el edificio debe tener dos metros de muro enterrados, siendo mucho más esbelta en su origen.
Tras la conquista cristiana de la ciudad y la posterior caída de Granada, este tipo de torres fueron perdiendo importancia y la mayoría fueron derruidas o abandonadas. Algunas, sin embargo, tuvieron la suerte de ser reutilizadas para otros menesteres más productivos como es el caso de esta torre, que gracias a su cercanía a un meandro del Guadaíra fue utilizada como molino de harina. De la construcción anexa que sin duda debió tener, no se conserva absolutamente nada, siendo necesario una investigación arqueológica para delimitar la extensión del molino así como el tipo de utensilios que se utilizarían en su interior para moler el grano aprovechando la fuerza del agua.
En la construcción, de ladrillo y tapial, se observan todavía algunos elementos de su pasado defensivo como los restos de los matacanes que protegían sus vanos superiores con arcos de herradura de tradición islámica. La faja de ladrillo que recorre la torre perimetralmente en distintas alturas la acerca al modelo constructivo de las torres de la muralla de la Macarena, que también cuentan con este detalle decorativo. El uso del ladrillo como material principal en esta construcción puede deberse bien a su carácter exento y alejado del sistema defensivo de la ciudad buscando una mayor robustez o bien puede ser fruto de sucesivas reformas en las que se ha ido sustituyendo el tapial por ladrillo.
En el interior de la torre, además de indigentes, nos encontramos el arranque de las escaleras que subían a la planta superior donde al parecer se conserva una estancia abovedada que sería utilizada como almacén durante su época industrial. El estado general de conservación de la Torre Blanca (bautizada así por el recubrimiento de cal que tenía) es bastante negativo, si bien ha mejorado sustancialmente gracias a la construcción del parque en sus alrededores. Sigue estando cerca de la SE30 y abandonada, pero al menos ahora la ciudadanía que pasee por el parque podrá acercarse y conocer su historia gracias al panel que se ha colocado junto a ella. Si bien a todos nos gusta ver este tipo de construcciones en todo su esplendor tampoco estaría mal que se consolidase lo justo para evitar su derrumbe y quedase como testigo ruinoso del pasado, como si de un cuadro de Friedrich se tratase.
2 comentarios:
Amigo, me encanta el contenido y el rigor de este blog, y también su dinamismo.
Este comentario no tiene nada que ver con esta entrada pero no se donde ponerlo. El caso es que en estos días pude entrar en la CAPILLA DE SAN JOSE junto a la calle Sierpes, un barroco alucinante, pero está MUY DETERIORADA, da mucha pena. Parece que los frailes están recogiendo fondos para restaurar, hay una cuenta bancaria.
Seguro que esto podría ser un tema para este blog.
Efectivamente, recientemente se creó una Asociación que organiza actividades para conseguir restaurar la capilla de San José. De momento se han realizado varios conciertos y visitas guiadas. Aquí tiene el enlace a la entrada que se publicó en su día sobre el tema:
http://culturadesevilla.blogspot.com.es/2014/02/la-capilla-de-san-jose-sale-del.html
Muchas gracias por sus palabras sobre el Blog :)
¡Saludos!
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