domingo, 21 de junio de 2020

Propuesta de monumento para la Glorieta de Covadonga



Es domingo, último día del estado de alarma en el que hemos vivido los últimos tres meses, comienza el verano y además, según el calendario maya, hoy se podría acabar el mundo. Un día como otro cualquiera para dejar volar la imaginación y contaros mi última 'invención' urbanística.

Hace unas semanas descubría a través de redes sociales que en Praga se acaba de reconstruir un monumento dedicado a la Inmaculada. Se trata de una alta columna que, desde 1650, decoraba la plaza principal de la capital checa, un símbolo del catolicismo que fue derribado en 1918 tras la caída del Imperio Austrohúngaro. La destrucción de imágenes y monumentos es un tema de rabiosa actualidad, del mismo modo que lo ha sido a lo largo de la historia de la Humanidad.


Columna mariana de Praga. Fotografía de Jindrich Eckert (Wikipedia)


La reconstrucción de la columna de Praga sirvió como punto de partida a mi última 'locura'. Como muchos ya sabréis, desde hace tiempo vengo dándole vueltas a la idea de cómo se podría mejorar estéticamente la Glorieta de Covadonga, uno de los espacios más olvidados del Parque de María Luisa del que ya he hablado en varias ocasiones en el blog. Tras la eliminación del aparcamiento indiscriminado hace unos años, la Glorieta se ha convertido en un nuevo acceso al Parque desde la avenida de la Borbolla, un espacio inhóspito debido a su amplia extensión de asfalto. Siempre he considerado que esta plaza ganaría mucho si se ajardinara y se colocara un hito en su centro decantándome por una fuente, pero tras conocer el proyecto de Praga pensé, "¿y si vamos un poco más allá?".


Monumento a la Infanta María Luisa, realizado por Antonio Susillo en 1893. Archivo Histórico Municipal


A finales del siglo XIX el Ayuntamiento planteó la ejecución de un monumento a la Infanta María Luisa para conmemorar la cesión de parte de sus jardines, germen del actual Parque de María Luisa, a la ciudad. Antonio Susillo, el gran escultor local de la época, realizó un boceto en el que planteaba una alta columna rematada por una victoria alada o alegoría de la fama. En la base de la misma se encontraría la figura de la Infanta, que entrega el documento de cesión del parque a una mujer que simbolizaría a la ciudad de Sevilla. La Academia de Bellas Artes se opuso a la construcción del monumento al considerarlo inadecuado para el entorno y tras la muerte del escultor, la idea se olvidó. No será hasta 1929 cuando se instale el actual monumento, una sencilla escultura de Enrique Pérez Comendador realizada en piedra que finalmente acabó en Sanlúcar de Barrameda, sustituyéndose por la pieza de bronce que podemos ver hoy en día en el parque.

Con todas estas ideas en la cabeza, la reconstrucción de la columna de Praga, la necesidad de reurbanizar la Glorieta de Covadonga y el proyecto nunca realizado por Susillo se me ocurrió lanzar la idea en Twitter de cómo podríamos actualizar la propuesta decimonónica para levantar un nuevo monumento en el centro de la Glorieta de Covadonga. Le pregunté a mis seguidores a qué o a quién le dedicarían la columna y estas fueron algunas de las propuestas.


Glorieta de Covadonga en su aspecto actual


Sergio Sánchez proponía dedicarle la columna a San Isidoro, personaje que no cuenta en Sevilla con monumento a pesar de ser una figura de gran importancia en los albores de la Edad Media europea. Sánchez fue un poco más allá e incluso ponía como prototipo para la figura el cuadro de Murillo que se conserva en la catedral.

Sergio R. de Leiras propuso que el monumento fuera un homenaje a los creadores sevillanos y su contribución a la cultura universal. La pintura, la escultura, la música y la arquitectura quedarían reflejadas en el monumento a través de personajes locales de gran relevancia, algo similar a lo que ya podemos ver en el monumento a la Inmaculada de la Plaza del Triunfo, pero desde un punto de vista laico.

Por último, 'Nonina Walking' proponía un homenaje a la Roma imperial aprovechando la cercanía del Museo Arqueológico. En el monumento estarían representados Trajano, Adriano y Teodosio, los tres emperadores de origen hispano muy relacionados con la Bética y más concretamente con Itálica.

Personalmente la idea que más me sedujo fue la primera, la de San Isidoro, pero dándole un enfoque distinto. San Isidoro de Sevilla no solo fue arzobispo de la ciudad a inicios del siglo VII d.C., sino que fue un gran erudito y figura clave en la cultura europea de su tiempo. Sus Etimologías son una gran enciclopedia en el que se propuso recoger todo el saber de la cultura occidental desde la antigüedad hasta sus días, dedicando textos a la teología, al arte, a la historia, a la cosmología o a las ciencias naturales entre otras disciplinas. Ese esfuerzo investigador, ese afán por recoger y difundir la cultura, creo que es un tema que bien merecería un monumento, aprovechando la figura de San Isidoro como emblema de la sabiduría, un referente en estos tiempos que vivimos en los que tan necesarias son las humanidades y las ciencias. San Isidoro podría centrar el conjunto, con una serie de alegorías a su alrededor que representasen las diferentes ramas del saber, todo ello rematado en lo alto de la columna con una figura de la victoria o la fama, como símbolo de lo que el ser humano puede llegar a hacer y a ser. No renuncio a mi idea original de la fuente, por lo que se podría incluir el agua de alguna manera, ya fuera colocando el monumento en el centro de una lámina de agua o con algún tipo de surtidor al estilo de los que podemos ver en la fuente de la Plaza Virgen de los Reyes. El ajardinamiento del espacio culminaría una reurbanización que integraría la glorieta en el parque y mejoraría sustancialmente su imagen.




¿Locura? Desde luego. ¿Megalomanía? Tal vez. Pero si el ser humano no aspirase a lo más alto jamás se habrían alcanzado las grandes metas que han posibilitado los avances de la Humanidad. Aquí está la propuesta de un soñador. Si alguien se anima a aportar más ideas, a realizar algún dibujo o boceto, bienvenidos serán.

2 comentarios:

Guillermo Daza dijo...

Me parece genial tu propuesta y, en proporciones y forma, el citado monumento encajaría a la perfección en la plaza. No es demasiado descabellado la idea de reconstruir monumentos del pasado, o que no llegaron a ejecutarse. Con esta entrada de en tu blog he recordado la reconstrucción,aunque a escala menor, de la fuente de Sevilla en la Puerta de Jerez, donde se le incorporaron los desaparecidos "meones". También esta propuesta me ha hecho pensar en la reconstrucción de la fuente homenaje a la Hispanidad, de la que se conservan algunas esculturas como Iberia, Rio Guadalquivir y Rio Magdalena (Colombia) en el parque de Maria Luisa.Una vez bromeaste con la reconstrucción de la casa modernista de la Campana, pues bien sería maravilloso, aunque de soñadores, que estos elementos volvieran a formar parte de la realidad. Se que el Ayuntamiento en sus almacenes conserva restos de elementos que formaron parte del urbanismo de la ciudad y que están olvidados. Yo mismo los puede visitar un año en un jornada de la noche en blanco.En definitiva Sergio, como yo también soy un soñador apoyo al 100% tu idea.

Sergio Harillo dijo...

Muchas gracias Guillermo, lo de reconstruir la fuente de la Hispanidad es una idea que no descarto, dame tiempo, a ver si me hago rico y lo puedo sufragar... jajaja.

¡Un saludo!