sábado, 13 de abril de 2019

Recuperada la iglesia de Los Terceros



La restauración de la iglesia de Los Terceros cierra un nuevo capítulo en la lista de asignaturas pendientes patrimoniales que tenemos en la ciudad. La necesidad de ir aumentando el presupuesto (finalmente se ha superado el millón de euros) por los problemas surgidos no ha permitido actuar en una serie de elementos como las pinturas murales o los retablos, que deberán esperar a una futura intervención, pero se ha devuelto la luz y la seguridad a uno de los templos barrocos más desconocidos de Sevilla.



Retablo mayor de Dionisio de Ribas y cúpula del crucero


El informe realizado con motivo de la Inspección Técnica del Edificio en el año 2015 evidenció los problemas estructurales que sufría la iglesia y que ya habían dado alguna señal de alarma en las grietas aparecidas en la cúpula del crucero. Lo que en principio iba a ser una intervención de urgencia presupuestada en unos 400.000 euros derivó en una actuación más profunda por las distintas patologías aparecidas durante las obras. La renovación del obsoleto sistema eléctrico del templo o la recuperación de la capilla de la Encarnación (cripta incluida) han sido algunos de los modificados que se han añadido al proyecto primitivo de intervención. Tras año y medio de obras la iglesia no solo ha recuperado su estabilidad sino sus primitivos colores ya que las catas realizadas en los muros y bóvedas evidenciaron que el color original del templo era el blanco.



La iglesia ha recuperado el color blanco original constatado en las catas realizadas en los muros


La iglesia de Nuestra Señora de Consolación, declarada Bien de Interés Cultural en el año 2001, forma parte del antiguo convento del mismo nombre, hoy sede de Emasesa. El conjunto conventual de la Orden Tercera de San Francisco se empezó a construir en 1648 y el templo fue dotándose de mobiliario y retablos a lo largo de la segunda mitad del siglo XVII. Su retablo principal fue trazado por Francisco Dionisio de Ribas. Entre los espacios más destacables de la iglesia nos encontramos la Capilla Sacramental, ricamente decorada con pinturas murales a principios del siglo XVIII y la recién recuperada Capilla de la Encarnación. Esta capilla fue clausurada hace décadas por el hundimiento de su bóveda, que ahora ha sido restituida de manera que se pueda contemplar el espacio en su integridad pero sin la suntuosa decoración que en su día debió tener y que ahora solo se aprecia en los muros y arranque de la bóveda. La Virgen de la Encarnación, que durante estos años estaba ubicada en el crucero de la iglesia, ha regresado a su capilla, flanqueada por Santa Justa y Santa Rufina. La recuperación de esta capilla es de singular importancia debido a que el origen del templo se haya precisamente en este sector donde se asentaba la Hermandad de los Esclavos, que utilizaba la cripta ahora convertida en columbario de la Hermandad de la Cena.


Restitución de la bóveda de la capilla de la Encarnación, caída hace décadas

La capilla de la Encarnación conserva parte de su rica decoración pictórica original


El aspecto que presenta ahora el templo difiere del original del siglo XVII en un punto fundamental, su cubierta. Originariamente la nave central estaba cubierta por una bóveda de cañón con lunetos que, a mediados del siglo XIX, se vino abajo. En este estado permaneció hasta que en los años setenta del siglo XX, con la cesión del templo a la Hermandad de La Cena, se decidió habilitar una techumbre plana que apoyaba en unas amplias cornisas. Durante la intervención se ha retirado este elemento dejando a la vista la armadura de madera que sostiene el techo a dos aguas que cubre la iglesia al exterior. Entre los objetivos futuros de la Hermandad figura la reconstrucción de la bóveda del mismo modo que se ha hecho en la Capilla de la Encarnación aunque sin la restitución de las posibles yeserías que tuviera la bóveda original y de cuya riqueza podemos ver un ejemplo en el soto coro, bellamente decorado con una simbología que gira en torno a la Virgen.


Pinturas murales aparecidas donde estuvo el retablo con los titulares de la Hermandad del Amor

La bóveda original del templo se cayó a mediados del siglo XIX dejando al aire la estructura portante de madera

Yeserías barrocas del sotocoro. Previsiblemente toda la iglesia estuvo decorada con yeserías


Entre las sorpresas que han aparecido a lo largo del año y medio de obras destacan las pinturas murales que enmarcan el retablo del lado del Evangelio del crucero, un retablo donde en su día tuvo su sede la Hermandad del Amor, que decidió enriquecer su sede canónica con una serie de pinturas hoy cubiertas por la cal. La restauración de estas pinturas barrocas es otra de las asignaturas pendientes que han quedado en Los Terceros, una lista que, ahora que se ha garantizado la estabilidad estructural del edificio, se podrán ir acometiendo en sucesivas fases.


Capilla Sacramental. Mientras las yeserías decoraban la nave principal, las capillas laterales se pintaron


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