Saber lo que los demás opinan de ti es un trago por el que no es fácil ni sencillo pasar. Te puede gustar lo que te dicen o te puede horrorizar, pero si sabes interpretar los datos y analizas las críticas de una manera constructiva, puedes intentar mejorar determinados aspectos, potenciar tus fortalezas e incluso valorar detalles que quizás nunca te habías planteado.
Tranquilos, este post no trata sobre crecimiento personal ni es una guía de autoyuda. Esta semana se ha publicado el informe anual del Observatorio de la Fundación Contemporánea, una entidad que entre sus múltiples campos de actuación realiza desde 2009 un estudio en el que analiza la situación cultural de nuestro país. Los datos que aparecen en cada informe son muy interesantes pues permiten conocer las fortalezas y debilidades de nuestras industrias culturales tanto a nivel local como regional. En Sevilla tendemos a mirarnos demasiado el ombligo y a creer que nuestra ciudad es la mejor del mundo; incluso nos cuesta aceptar las críticas pero hay que saber ver más allá para intentar mejorar.
Un plantel de profesionales del sector cultural participan cada año en una serie de encuestas de las que se extraen los datos para el Observatorio de la Cultura. El último informe, realizado entre diciembre de 2018 y enero de 2019 ha contado con la opinión de 336 personas que han ido detallando aquellos aspectos, eventos o espacios culturales que, a su parecer, han destacado en 2018. Centrando el foco en la ciudad de Sevilla, podríamos pensar que el año recién terminado ha sido un período culturalmente muy potente, no en vano ha sido año Bienal (la Bienal de Flamenco es uno de los eventos de mayor trayectoria a nivel internacional), se ha celebrado el Año Murillo y la ciudad ha acogido los premios del Cine Europeo en el marco del Festival de Cine Europeo, tres eventos que deberían haber colocado a Sevilla en lo más alto del ranking. Pero no ha sido así. Analicemos los datos.
Sevilla sigue en sexta posición a nivel nacional por detrás de Madrid, Barcelona, Bilbao, Valencia y Málaga. Los datos se obtienen del número de participantes que han nombrado cada ciudad. Comparada con Madrid (92'5%) o Barcelona (64'5%) nuestra ciudad, con un 32'1%, parece que no está muy presente en el pensamiento de los participantes pero también es cierto que en 2017 el porcentaje se situó en el 24% por lo que la subida ha sido importante. Que un año más sigamos por detrás de Málaga debería ser otro aspecto a analizar. Guste más o menos en Sevilla, a día de hoy, al menos en el exterior, Málaga suena más en el terreno cultural. Es más, el Festival de Cine Europeo ni aparece en el ranking nacional cuando sí están presentes los festivales de San Sebastián (5º puesto), el de Cine Español de Málaga (31º puesto) o la Seminci de Valladolid (33º puesto).
Si nos vamos a los ítems en los que Sevilla tiene presencia en el informe nos encontramos con el Año Murillo en el puesto 23 (6'1 personas de promedio han nombrado este evento en las encuestas), el Teatro Central en el puesto 36 (3'4%), el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo en el puesto 49 (2'4%) y la Bienal de Flamenco, también en el puesto 49 (2'4%).
La cosa cambia cuando analizamos los datos a nivel andaluz, donde solo participan panelistas de la región. Sevilla encabeza el listado con la Bienal de Flamenco que ha sido nombrada por el 64% de los participantes apareciendo también el Año Murillo (puesto 4), el CAAC y el Festival de Cine Europeo (puesto 7), CaixaForum (puesto 9), el Teatro Central (puesto 11) y el Teatro de la Maestranza (puesto 15). Málaga despliega todo su arsenal museístico y cuenta con cinco museos en la lista (Picasso, Museo Ruso, Pompidou, CAC y Thyssen) además del Festival de Cine Español y el Teatro Cervantes. Curiosamente ninguno de los dos principales museos de cada ciudad, el Bellas Artes sevillano y el Museo de Málaga aparecen en la lista.
Haciendo una lectura rápida de estos datos podemos afirmar que mientras a nivel andaluz Sevilla sigue manteniendo una presencia importante, Málaga sirve de contrapeso cultural y la rivalidad entre ambas ciudades es más que evidente. Sin embargo, a nivel nacional Málaga consigue una posición y un reconocimiento que a Sevilla se le escapa y este punto debería ser analizado tanto por la ciudadanía como por nuestros dirigentes culturales. El éxito con el que se venden determinadas apuestas culturales a nivel local no tiene un reflejo a nivel nacional. Esto no es malo en absoluto, una ciudad debe orientarse, en primer lugar, hacia sus ciudadanos y si la oferta cultural sevillana es la adecuada para los que la habitamos podemos estar más que satisfechos. El problema viene cuando desde las administraciones se nos vende que somos un referente internacional cuando, tal vez, no sea así. El Observatorio de la Fundación Contemporánea no deja de ser un informe que aporta unos datos, pero siendo uno de los pocos referentes que tenemos, habría que tenerlo en cuenta de cara a futuras decisiones.
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