lunes, 5 de noviembre de 2018

Una portada para conmemorar el origen de la ciudad




Nunca he sido muy feriante, de hecho hace años que no piso la Feria. Por el contrario, me parece muy interesante todo lo que rodea a la portada de la Feria como herencia de las arquitecturas efímeras que llenaron la Europa de los siglos XVI, XVII y XVIII de complejas estructuras al servicio del poder. La portada de la Feria es todo un acontecimiento en la ciudad e incluso cuenta con sus partidarios y detractores. A decir verdad, en los últimos años, salvo algunas excepciones, las propuestas ganadoras han repetido un mismo esquema que consiste en coger un edificio de la ciudad y darle un nuevo aire triunfal. Las propuestas que han intentado romper con dicha tradición se cuentan con los dedos de una mano pero ¿se puede innovar desde la tradición?

La portada ganadora de este año es un trasunto del Casino de la Exposición, edificio levantado para la Exposición Iberoamericana de 1929 y diseñado por Vicente Traver. Las bases del concurso hacían alusión al noventa aniversario de la citada muestra así como al aniversario de la muerte de Aníbal González y al V Centenario de la expedición que llevó a Magallanes a dar la primera vuelta al mundo.




Portada diseñada por Francisco Javier Romero Varo y Guillermo Rodríguez Tenorio para la Feria de 2019


Aunar todos estos temas es sin duda una ardua tarea pero viendo las propuestas finalistas para el concurso en seguida llamó mi atención una que se salía de la norma. Se trata de la idea planteada por Francisco Javier Romero Varo y Guillermo Rodríguez Tenorio, que han sabido bucear en la esencia histórica de la ciudad para presentar un proyecto innovador, rompedor y con muchos matices que merece la pena analizar.

A primera vista la portada se asemeja a un gran arco de triunfo en el que llama poderosamente la atención la presencia de dos figuras colosales que sostienen la bola del mundo. Se trata de Hércules y Atlas, héroe y titán cuyo encuentro se produjo muy cerca de aquí. Según narra la mitología griega, la diosa Hera hizo que en un arrebato de locura Hércules asesinara a su mujer y a sus hijos. Cuando el héroe se dio cuenta del terrible crimen cometido acudió al Oráculo de Delfos para implorar perdón. La penitencia que se le impuso fue la de ponerse a las órdenes del rey de Tirinto, Eristeo, que le encomendó una serie de retos que hubieran acabado con la vida de cualquier mortal.


Boceto para la portada


Los famosos doce trabajos de Hércules llevaron al héroe en dos ocasiones hasta los confines occidentales del mundo. En uno de ellos tuvo que matar al rey Gerión (monarca asociado con la mítica Tartesos) para robarle sus sagrados bueyes. El otro trabajo a punto estuvo de acabar con las aventuras de Hércules. Se le ordenó que recogiese las manzanas de oro que nacían en el Jardín de las Hespérides, un recinto vigilado por un terrible monstruo con forma de serpiente. En el camino se encontró con el titán Atlas, castigado por Zeus a sostener la bóveda celeste durante toda la eternidad por haberse rebelado contra los olímpicos. Atlas se ofreció a recoger las manzanas a cambio de que Hércules sostuviese la bóveda celeste pero cuando el titán se vio libre de la pesada carga no tuvo intención alguna de relevar de nuevo al héroe. Hércules, que ya se veía sosteniendo el peso del mundo ad aeternum le propuso al titán sostenerlo un momento para colocarse un almohadón sobre la espalda, algo a lo que, incomprensiblemente, Atlas accedió. Una vez libre y con las manzanas de oro, Hércules partió hacia Grecia dejando al titán maldiciendo al hijo de Zeus por haber sido engañado. En uno de estos viajes, según cuenta la tradición, Hércules pasaría por los terrenos donde actualmente se asienta Sevilla y fundaría la mítica Ispal, germen de la posterior Hispalis.

Hércules con la piel del león de Nemea sobre la cabeza sostiene el mundo


Todo este relato mitológico está condensado en la portada finalista. A la derecha vemos a Hércules con la piel del león de Nemea sobre su cabeza sosteniendo el globo terráqueo mientras a la izquierda Atlas se desprende del mismo. La referencia a la expedición de Magallanes está clara con la presencia del orbe, para el que los dos diseñadores han utilizado planos y mapas náuticos del siglo XVII. Colocar figuras en una portada de la Feria no es algo habitual. Tenemos el precedente de la dedicada al XXV aniversario de la Exposición Universal de 1992 en la que aparecía Curro, pero sin duda esta propuesta es todavía más arriesgada. Para equilibrar las monumentales figuras, los dos diseñadores colocan como fondo escénico una rotunda arquitectura a modo de arco de triunfo cuya horizontalidad queda equilibrada con la presencia de cuatro esbeltas columnas de orden corintio.


Diferentes diseños para los leones que rematan la portada


Francisco Javier Romero y Guillermo Rodríguez están especialmente orgullosos de la evolución de su propuesta. Desde el principio tuvieron claro qué elementos debían aparecer pero la forma de representarlos fue cambiando conforme avanzaba el diseño. La presencia de Aníbal González y la Exposición Iberoamericana se encuentra en las raíces de la misma, en el Pabellón de Bellas Artes de la Plaza de América, uno de los primeros edificios construidos para la muestra. Romero y Rodríguez hicieron un repaso por todos los edificios y pabellones diseñados por Aníbal y se decantaron por este por ser el menos representativo de su ingente obra. Frente al mudéjar y al regionalismo tan representados en la obra del arquitecto, el estilo renacentista del actual Museo Arqueológico nos muestra un Aníbal distinto, más interesado por la tradición arquitectónica que por la creación de un nuevo estilo. Además, el Museo Arqueológico atesora el origen de Sevilla, mostrando en sus salas el pasado más remoto de la ciudad y su área de influencia.


El perfil de la portada es un guiño al monumento a Colón del Paseo Catalina de Ribera


Descomponer el Pabellón de Bellas Artes para entresacar aquellos elementos que casaran con el diseño de la portada fue todo un ejercicio de imaginación. Si nos fijamos en el resultado final podremos reconocer elementos como la portada principal, la balaustrada de la cornisa o diferentes relieves decorativos de la fachada. Las cuatro columnas que dan orden a la composición recuerdan a las columnas de la Sala de Diana, a las de la Alameda de Hércules y a las de la calle Mármoles. Como remate, dos figuras animales, un león y una leona, de nuevo en referencia a Hércules y al escudo de Andalucía. Y como guinda del pastel, si vemos el perfil de la portada, al contar con columnas en cada lado reconocemos un guiño al monumento a Colón del Paseo de Catalina de Ribera. Otra referencia a la navegación, a la relación de Sevilla y Europa con el resto del mundo, algo que quedaba también patente en la iluminación nocturna de la fachada pues la propuesta planteaba que en el orbe se iluminasen diferentes rutas náuticas mientras que los perfiles de los continentes quedaban difuminados, ensalzando de este modo las vías de comunicación por encima de los límites geográficos.

Un gran trabajo de asimilación de la historia y el arte de la ciudad de Sevilla para, desde la tradición, ofrecer un proyecto innovador y elegante. Durante la entrevista los diseñadores hacían referencia a que la Feria no deja de ser un trasunto de una ciudad clásica ideal, con su calles rectilíneas (cardos y decumanus) que se cruzan formando manzanas. Su propuesta aportaba una portada monumental a esa ciudad efímera sin abandonar el clasicismo y la esencia de Hispalis. Este año han quedado finalistas, pero quién sabe con qué nos sorprenderán el año que viene.


>>  Gracias a Francisco Javier Romero Varo y a Guillermo Rodríguez Tenorio (JOK) por contarme su proyecto con todo detalle y hacerme partícipe de la ilusión con la que han estado trabajando durante meses.
* Todas las imágenes de este post han sido cedidas por los autores para su publicación en el mismo.

1 comentario:

Alfonso dijo...

Es una verdadera joya de proyecto. Sintetiza con majestuosa, imponente y original belleza, algunas de las más gloriosas facetas de la ciudad. Ojalá pueda materializarse algo de este calibre en Sevilla para que nuestros descendientes puedan tener una inmortal obra colosal que les haga asombrarse y aprender de la esencia de esta tierra; del mismo modo en que los de hoy lo hacemos con la plaza de España de Aníbal González u otros tesoros simbólicos de la joya de Andalucía.