La poda en exceso parece ser un mal que no sólo afecta al Ayuntamiento o a la Junta de Andalucía (tremendo lo que han hecho con los árboles del Pabellón de Cuba de 1929 en la avenida de la Palmera), sino que es una práctica bien asentada en nuestra ciudad. Las imágenes corresponden al foso de la Universidad de Sevilla, en el Prado de San Sebastián, cuyos árboles están siendo podados en estos días. Nada que reprochar a la época elegida, al menos la Universidad acomete las labores de poda cuando toca y no en pleno verano como hacen las subcontratas del Ayuntamiento, sin embargo la falta de tacto para con estos árboles es evidente.
Las heridas infligidas a estos jóvenes ejemplares son evidentes. En este caso concreto, al ser árboles que crecen en un espacio acotado y cerrado al público, sería la ocasión ideal para dejarlos crecer libremente, pero la poda ha sido tan agresiva que es cuestión de tiempo que enfermen y sus troncos se pudran. Lo hemos comentado muchas veces, no se pueden podar los árboles de esta manera. La Universidad tiene expertos en la materia y es de suponer que estas podas estarán controladas por el correspondiente departamento universitario, pero todo apunta a que al operario de turno se le ha ido la mano con la motosierra.
En el día en el que Sevilla ha sido galardonada con un premio por la lucha contra el cambio climático, llama especialmente la atención el nulo respeto que tenemos hacia nuestro patrimonio verde, por no hablar de otros temas como el fracaso de las políticas para facilitar el uso de coches eléctricos o la desaparición de los contenedores de reciclaje de aceite, medidas que cuestionan esta distinción.
2 comentarios:
Seguramente sea un despiste porque las palabras suenan parecidas, y es complicado a veces discernir cuando se escribe o habla rápido: Hablando de las heridas que se les causa a los árboles, cuando escribes "infringir", deberías escribir "infligir". Las dos palabras existen pero el significado es distinto.
Respecto a la brutalidad de las podas y las talas que se efectúan en la ciudad y la desidia del Ayuntamiento para con la jardinería y el arbolado urbano, estoy plenamente de acuerdo.
No obstante, no me queda claro por qué en este caso particular crecen árboles en el fondo de un foso. Quizá mi pregunta suene un poco ignorante pero, ¿deberían estar esos árboles ahí? Desde mi punto de vista desvirtúan el propio foso, aunque éste ya no necesite cumplir su función defensiva, pues un foso es una barrera que pretende ser infranqueable y, por el contrario, unos árboles facilitarían salvar dicha barrera, provocando una pérdida de la sensación de impenetrabilidad que trasmitiría, supongo, el foso en su origen. ¿Habrán crecido quizá por la misma desidia general que existe en la jardinería, que habría permitido a las malas hierbas que enraízan en sitios inaccesibles proliferar hasta convertirse en árboles? ¿Serán estos árboles, aparentemente puestos sin orden y al tuntún, un fruto más de la dejadez que nos invade?
Corregido lo de 'infligir', gracias por la corrección ;)
En cuanto a si los árboles deberían o no estar ahí, me imagino que la mayoría de esos árboles han crecido solos, no han sido plantados. Quizás si desde un primer momento se hubiera hecho una limpieza del foso no habrían crecido y ahora mismo la fábrica de tabacos presentaría otra imagen. Sin embargo, en mi opinión, ya que están ahí, opto por dejarlos donde están ya que el foso no cumple su función y actúa a modo de pequeño jardín que sirve de frontera entre la calle y el espacio universitario. En cierto modo me recuerda a los jardines hispanomusulmanes donde se podía pasear junto a la copa de los árboles porque la tierra se encontraba rehundida en parterres.
Algo similar ocurre en el foso de la Aljaifería de Zaragoza donde han crecido árboles. La diferencia es que allí el foso (más amplio, sí que es cierto) se cuida y se ha convertido en un jardín transitable mientras que aquí en Sevilla no deja de ser un agujero no precisamente limpio.
En definitiva, la situación actual del foso es un síntoma más de la dejadez que existe en esta ciudad.
¡Saludos!
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