Instalación en el patio de las pérgolas. Carmen Laffón |
A tenor de la cantidad de gente que pululaba ayer sábado por el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, la manida frase de que "la Cartuja está lejos" o la que asegura que al "CAAC no va nadie", caen por su propio peso. Los sevillanos y visitantes saben perfectamente dónde está el Monasterio de la Cartuja, saben lo que es el CAAC y disfrutan del recinto de la Cartuja a diario, ya sea entre semana yendo a clase o al trabajo, o los fines de semana acudiendo a alguna de las ofertas culturales que ofrecen las instituciones con sede más allá del río.
'El paisaje y el lugar'. Carmen Laffón |
El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo acoge desde hace un par de semanas una exposición dedicada a Carmen Laffón titulada 'El paisaje y el lugar'. Exposiciones como ésta hacen falta, y mucho, en un centro dedicado al arte contemporáneo. No sólo por el merecido homenaje planteado a la artista, sino porque contribuyen a acercar al público a unas disciplinas artísticas que no siempre son fáciles de entender (ni por el público general ni por el entendido en la materia). Ayer en el CAAC había sobre todo familias y personas que, aprovechando el paseo hasta la Cartuja para ver cuarenta años de producción de Laffón, recorrían las otras exposiciones que alberga actualmente el CAAC, como la de Antje Schiffers. Si bien es cierto que el público se detenía mucho más en cada obra de Laffón que en el resto de salas, ya es un avance, porque su ojo se hace a otro tipo de arte no figurativo, crítico o ajeno al academicismo. Así se generan nuevos públicos y se consigue que los sevillanos se adentren en el difícil mundo del arte contemporáneo, un arte que sólo nos pide tiempo para dejarnos llevar sin encorsetarlo en las leyes artísticas del Renacimiento (composición, color, perspectiva...).
Sepulcro de la familia Ribera en la Cartuja |
El propio monasterio ya es, por sí solo, un reclamo lo suficientemente atractivo como para que sevillanos y visitantes decidan cruzar la pasarela y acercarse a la Cartuja. Su arquitectura mudéjar, sus magníficos sepulcros renacentistas (germen del Renacimiento en Andalucía) o sus huertas y jardines bien merecen una visita. Inexplicablemente el CAAC sigue sin rotular estos espacios monumentales que aparecen en el recorrido expositivo sin que el visitante sepa muy bien qué es lo que está viendo. Unos pequeños carteles explicativos contribuirían muchísimo a que el público valorara más lo que está visitando.
Más de seis mil personas han pasado ya por el CAAC en estas dos semana para ver la exposición de Carmen Laffón. La gente va a la Cartuja cuando hay algo interesante. Ni está lejos ni es un recinto desconocido, simplemente hace falta captar la atención del público. Si hay algo atractivo, la gente va. Aún así hay aspectos muy mejorables, para empezar la nefasta y degradada entrada al monasterio desde la Pasarela de la Cartuja. ¿A qué espera el Ayuntamiento para arreglar esa avenida? Nuestro Ayuntamiento parece tener alergia a todo lo que tenga que ver con la Cartuja, de otro modo no se explica el abandono del Jardín Americano, la avenida Marie Curie o el Camino de los Descubrimientos. Desde que enfilas la pasarela por Torneo la sensación ya es de abandono y en esto el único culpable es el Ayuntamiento (además de los vándalos que destrozan sin miramientos lo público, claro está). Si realmente queremos consolidar la Cartuja como un atractivo más de la ciudad (porque ya lo es), debemos actuar con urgencia en el foco de la dejadez, sólo de este modo se podrá erradicar definitivamente el sambenito de que en la Cartuja "no hay nada".
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