La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y el Ayuntamiento comenzaron hace unas semanas las obras del nuevo Parque sobre el antiguo cauce del río Guadaíra, una zona verde que vertebrará varios barrios del sur de la ciudad, desde Heliópolis hasta el Polígono Sur. Los vecinos han denunciado que el proyecto aprobado no se ajusta al presentado hace unos años y critican con dureza la carretera que se está construyendo en su interior. Este nuevo vial se planteó como nudo de comunicaciones para el tráfico desde un extremo de la ciudad hasta el otro, pero finalmente no se podrá utilizar como tal por los problemas aparecidos bajo el puente de la Avenida de Jerez.
Si bien vista in situ, esta carretera no parece tan amplia, cuesta entender por qué se proyectó un vial para el tráfico rodado que parte en dos el parque en toda su longitud. Esta carretera, que ahora se quedará como vial de servicio del propio parque, cuenta con una serie de rotondas que conectan con las calles perpendiculares.
En su habitual falta de transparencia, el Ayuntamiento no ha facilitado imágenes de cómo quedará este parque una vez terminado. Sin embargo, con esa carretera en medio, nos podemos imaginar que tampoco será un alarde de diseño. A falta de conocer cómo será el parque, parece que estamos ante una nueva oportunidad urbanística perdida. El parque se construye justo donde estuvo el Guadaíra, ¿no hubiera sido mucho más acorde con su origen que el agua fuera el principal elemento del parque? Algo así como el parque del Turia de Valencia (imagen inferior) construido sobre el cauce del río y con una gran cantidad de láminas de agua y fuentes que recuerdan sus orígenes.
Y para muestra de lo que podríamos haber tenido, un botón. En este enlace podéis ver recreaciones del futuro parque de la Sagrera, en Barcelona, que se construirá sobre las vías del tren y que se parece mucho a nuestra zona verde por ser un espacio relativamente estrecho pero con varios kilómetros de longitud. Otro mundo.
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