miércoles, 5 de mayo de 2010

Hornos almohades: las dos caras de la moneda


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Cuando hace unos años comenzaron las obras del aparcamiento de la Avenida de Roma apareció, nada más y nada menos, que parte del puerto romano de Hispalis. Entre los restos salieron a la luz parte de un edificio de uso portuario, un gran mosaico y parte de una calzada. El edificio fue derruido al considerarse que carecía de interés, el mosaico se trasladó al Arqueológico para su restauración y la calzada fue desmontada y guardada no sé sabe muy bien dónde. Pero no sólo Roma asomó la patita en dichas obras, también aparecieron dos hornos de época islámica, concretamente del período almohade (siglo XII). La Junta, si bien no le dió gran importancia a lo romano, obligó a que ambos elementos almohades fueran respetados e incluidos en el aparcamiento. Y ahí empezó su degradación.
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Los dos hornos, que habían estado sepultados durante 900 años, ahora salían de su letargo. Lo que podría haber sido un interesante conjunto arqueológico, fue condenado al olvido y a la degradación. El aspecto que presentan es lamentable. Las decisiones de las administraciones son a menudo arbitrarias, mientras estos dos hornos almohades se deterioraban en el segundo sótano del aparcamiento, en las obras del vecino tranvía aparecieron otros dos demostrando así el uso industrial de esta zona en época islámica. En un descuido de la arqueóloga que inventariaba los restos aparecidos, los hornos fueron destruidos aludiendo al peligro que conllevaba la obra. La Junta sancionó al Ayuntamiento por la destrucción de los restos, sin embargo, lo que debería haber sido todo un escándalo al tratarse de una destrucción premeditada, quedó en una de esas historias que se diluyen en el imaginario colectivo. No deja de llamar la atención que mientras dos hornos, supuestamente salvados de la destrucción, están totalmente olvidados, la Junta sancionara la destrucción de dos elementos análogos. ¿Acaso no hubiera sido mejor que éstos también hubieran sido destruidos en lugar de presentar el aspecto actual? ¿Para qué se salvaron?
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En la siguiente imagen vemos el interior del primero de los hornos, toscamente protegido con mortero y ladrillo, rodeado de unas vallas oxidadas y sufriendo el deterioro del paso del tiempo.
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El segundo de los hornos conserva la bóveda original con diferentes agujeros para dejar escapar el humo de la cocción de los recipientes cerámicos. El estado del mismo es similar al de su compañero, mal protegido con unas vallas que en nada lo preservan del deterioro y sirviendo de improvisada papelera.
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El interior se encuentra apuntalado demostrando que ni siquiera fue restaurado en su día, simplemente conservado mínimamente para que no se viniera abajo.
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Las imágenes hablan por sí solas, el estado de los dos hornos es lamentable. ¿Merece la pena conservar el Patrimonio para que muestre este aspecto? ¿Acaso era demasiado caro instalar un metacrilato que los protegiera con una iluminación que los hiciera resaltar entre los vehículos y una mísera cartela que explicase lo que son? Al parecer sí. Resulta vergonzoso escuchar hablar a determinados políticos sobre la conservación del patrimonio y sobre leyes que ni ellos mismos cumplen ni respetan. Evidentemente nadie está pidiendo un museo ni nada por el estilo para estos dos elementos, lo que no se merecen es este trato denigrante e irrespetuoso con nuestro pasado.


>> Actualización noviembre 2019: Los hornos almohades han sido restaurados y protegidos (enlace)

8 comentarios:

Unknown dijo...

Vaya, no tenía ni idea de esta historia. La verdad es que estoy de acuerdo: a veces, las decisiones sobre Patrimonio no tienen sentido.

Supongo que esperan que nadie esté ahí, pendiente de temas "más pequeños". Lo que me llama la atención es: ¿dónde están esas asociaciones que tanto dicen proteger el patrimonio?

Y, por cierto, hablando de restos árabes: lo que se halló al final de Luis Montoto, esa especie de barrio,... ¿Se sabe algo al respecto, o también esperan que se olvide?

En fin, buen trabajo sacando estos temas a la luz.

Sergio Harillo dijo...

Pues como tu dices, en ocasiones estos temas "menores" se olvidan. En cuanto al barrio que comentas, se llama Benialofar y está previsto su total destrucción una vez haya sido estudiado para construir el aparcamiento subterráneo del edificio de viviendas proyectado en el solar. Te dejo un enlace donde hablamos del tema:

http://culturadesevilla.blogspot.com/2009/12/el-ejemplo-de-murcia.html

Un saludo!

Redacción dijo...

Desde luego, ni una triste mampara. No sé que pensais pero si aquí se tratan como "pedruscos que brotan del suelo" sin ningun tipo de protección ni información, mi pregunta es, se podrían desmontar y pasar a formar parte del Museo Arqueológico, con la ampliación se ganará espacio. Ya se que me vais a decir que se descontextualizará y que eso nunca se debe hacer, pero es que para verlos así en un aparcamiento, cubiertos de polvo, sin ninguna explicación, no sé si sería mejor rescatarlos y sacarlos a la luz, al menos los más interesantes.

Visitante dijo...

En el caso de estos hornos ni siquiera se tuvo en cuenta la cota original en que aparecieron para su reposición. Además hubo incluso problemas con el dueño ya que le suponía un gran esfuerzo el que ocuparan dos plazas de dicho aparcamiento.

Con respecto a su uso como papelera es normal que esto ocurra ya que no existe ningún tipo de señalización.

Sergio Harillo dijo...

¿Existe mayor descontextualización para dos hornos almohades que un aparcamiento subterráneo entre vehículos? No creo que eso fuera un problema, además, como dice Visitante, no están a la cota en la que aparecieron por lo que no están en su sitio original. Trasladarlos al Arqueológico sería posible pero no creo que interese, el Museo ya guarda en sus sótanos cajas y cajas de restos que no se pueden exponer (darían para varios museos) por lo que no creo que estén por la labor de exponer esos dos hornos.

Lo que se debería haber hecho es, ya que se obligó a su mantenimiento, ponerles un metacrilato, iluminarlos y mantenerlos. Si el dueño del aparcamiento no está por la labor, pues se le obliga. Y si no, pues que no se conserven, es evidente que nadie los hubiera echado de menos viendo su estado actual.

Lo que no entiendo es que se obligue mantener una cosa y luego pase esto, ¿a nadie le ha dado por denunciar esto? ¿a nadie le importa? Parece que no.

Un saludo!

esasevilla dijo...

Sobre la descontextualización ya han dicho lo que pensaba, es que en ese parking, ignorado en un lugar que no es el original... como que ahí ya está bastante descontextualizado.

Yo flipo con otra cosa, porque es que no le veo sentido. Vemos que sirve de papelera. Bien, pues a ver qué motivo puede ser, a saber cuál es peor:

1 - Con las vallas alrededor, se utiliza de papelera. Luego la gente no tiene ni pizca de civismo cuando prefiere abordar ese obstáculo por no tirar algo donde debiera.

2 - Las vallas son posteriores. Luego no me cabe en la cabeza que se pongan vallas y ni siquiera sean capaces de adecentar eso. Es que no me entra en la cabeza.

Desde luego, creo que no cuesta mucho un letrerito contando su historia, un par de foquitos que no consuman mucho ¬¬ y una papelera instalada al lado para el sinvergüenza que no pueda esperar a salir del parking.

Sergio Harillo dijo...

Hay gente que es guarra por naturaleza, ya puedes poner una papelera cada tres metros que tirarán el papel al suelo. Vemos ejemplos de incivismo a cualquier hora del día en la ciudad, este no es un caso aislado.

Sin embargo, todo apunta a que los propietarios del aparcamiento están a la espera de que se vengan abajo los hornos por su propio peso. Una visita a los mismos demuestra el maltrato que sufren, los porrazos que tienen sin ningún tipo de protección dan idea del uso que tienen. Es por ello que la Junta, que en su día obligó a su conservación, debería hacer un seguimiento de los mismos. Para eso hay tanto funcionario en Cultura, ya podrían dedicarse a darse paseos por la ciudad controlando este tipo de cosas.

Un saludo!

Unknown dijo...

Todo un despropósito: primero se obliga a su conservación, y luego se olvida. Parece que quisieron ponerse "chulos" con el dueño del aparcamiento, y "marcar territorio". Pero las cosas no se hacen así.

Una lástima que el arqueológico no tenga espacio. A ver si con la ampliación... Porque en medio de un aparcamiento, no tiene sentido. Ni hay letreros, ni se contextualiza, ni puede visitarlo el público, ni se aprende que es lo que se trata...