viernes, 8 de noviembre de 2019

Plaza de América ya cuenta con once de sus victorias aladas restauradas



Iba paseando con un amigo por Plaza de América mientras hacíamos fotos a las Victorias aladas recién restauradas cuando me ha dicho: "esta plaza es increíble, no somos conscientes de lo que tenemos". Y no he podido añadir nada más, porque es algo que siempre he pensado. Plaza de América es un espacio maravilloso muy querido por los sevillanos (yo diría que incluso más que Plaza de España por aquello de que no hay tanto turista) y que valoramos demasiado poco.





El hecho de que hayamos tardado tantos años en restaurar el Pabellón Real o las Victorias aladas es síntoma de lo poco concienciados que estamos en cuanto a la importancia patrimonial, botánica y cultural que engloba Plaza de América. Y ya si nos detenemos en los dos museos que alberga, sendos en fastuosos edificios de Aníbal González y ambos con serios problemas de conservación es cuando podemos echarnos a llorar. Las luces de los MTV brillan mucho, pero no consiguen tapar lo que tenemos escondido debajo de la alfombra... Ojalá se dedicara el mismo mimo y esfuerzo a cuidar nuestro patrimonio cultural y monumental.


Victoria alada de Manuel Delgado Brackenbury

Pero hablemos de las Victorias aladas. A lo largo de esta última semana se han colocado las siete esculturas que acaban de ser restauradas. El fin de semana pasado, cuando fui a hacer fotografías me encontré con que solo se habían colocado cuatro de ellas y publiqué el correspondiente post, pero tenía que volver para ver las restantes y aquí las tenéis. La primera de ellas es la que se encuentra junto al lado sur del Pabellón Real. Uno de los temas que siempre me ha llamado más la atención con respecto a estas dieciséis victorias es su significado. ¿Se trata tan solo de un elemento decorativo que Aníbal González ideó al estilo de la Exposición Universal de Turín de 1911 o hay algo más? Algunas de las piezas tienen símbolos que podrían indicar un programa iconográfico pero son tan dispares entre sí que cuesta entender qué representan: espadas, dagas, coronas de laurel, guirnaldas, el cuerno de la abundancia, una rueda dentada, un instrumento musical o una paleta de pintura son algunos de estos elementos. 


Victoria de Delgado Brackenbury antes de su restauración


Tras la restauración me ha parecido ver cierto sentido apotropaico o de protección de la plaza en tres de ellas, precisamente las que se encuentran en la entrada a la plaza desde el Paseo de las Delicias (ambas portan espadas y cascos) y la de la imagen, ubicada precisamente en el frente contrario junto al Pabellón Real y que lleva casco, coraza y daga. Sin embargo la cuarta escultura, la que debería cerrar esa protección simbólica lleva lo que parece una guirnalda por lo que no tendría mucho sentido esta hipótesis. Sea como sea, la escultura ha quedado magnífica.




Otro tema interesante a tratar sobre estas esculturas es la autoría. Se sabe que fueron tres los escultores que participaron en su ejecución. Hasta ahora siempre creí que de las dieciséis, Lorenzo Coullaut Valera y Manuel Delgado Brackenbury se habían encargado de hacer seis esculturas cada uno, dejando las cuatro restantes para el escultor catalán Pedro Carbonell. Pero una vez restauradas han aparecido con claridad las firmas de los dos primeros y, al menos desde la distancia, se puede confirmar que Coullaut Valera hizo seis (entrando a Plaza de América desde el Paseo de las Delicias las seis que te vas encontrando hacia la izquierda, quedando dos aún por restaurar). La firma de Delgado Brackenbury ha aparecido en otras cinco (las que están más cerca del Pabellón Real). Las cinco restantes, todas ellas ya restauradas, aparecen sin firma (o al menos no se aprecia desde abajo como en las firmadas por Coullaut Valera y Brackenbury) por lo que se podrían atribuir a Pedro Carbonell, además, estilísticamente son todas muy similares apoyadas sobre un solo pie y con coronas de laurel o rama de olivo en sus manos (salvo la que lleva un instrumento musical). Tendríamos por tanto seis esculturas de Coullaut Valera, cinco de Brackenbury (el gran beneficiado de los contratos públicos de cara a la Exposición Iberoamericana) y cinco de Carbonell.


Victoria alada de Pedro Carbonell

Victoria alada de Pedro Carbonell antes de su restauración



Como indicaba en el post anterior, la restauración de estas piezas está sacando a la luz unas esculturas de una altísima calidad que habían pasado completamente desapercibidas durante demasiados años. La restauración de las cinco victorias que quedan promete deparar nuevas sorpresas ya que entre las que aún están sin intervenir se encuentran algunas de las piezas más impactantes del conjunto, como la de Coullaut Valera que porta el cuerno de la abundancia o las dos piezas de Brackenbury junto al Museo Arqueológico, cuyo dinamismo y torsión es increíble. Confiemos en que se acometa pronto la recuperación de estas esculturas y de nuevo se vuelva a contar con el magnífico trabajo de la empresa Dédalo, que ha conseguido devolver a la vida un conjunto escultórico único en la ciudad.


Victoria alada de ¿Pedro Carbonell? tras la restauración

Victoria alada de ¿Pedro Carbonell? antes de la restauración


Más información sobre las Victorias aladas de Plaza de América en estos artículos:

- Las Victorias aladas de Plaza de América recuperan su belleza original (enlace)
- Las Victorias aladas de Plaza de América recuperan las piezas perdidas (enlace)
- Nueva hornada de Victorias aladas restauradas en Plaza de América (enlace)

1 comentario:

Manuel Hidalgo Ortega dijo...

Loable trabajo el realizado y que, sin duda, habrá que continuar con tantas otras estatuas y monumentos que posee el rico patrimonio de esta ciudad