jueves, 10 de mayo de 2018

Castillo de San Jorge, un diamante por pulir



El Castillo de San Jorge cumplirá el año que viene su décimo aniversario abierto al público. Desde su inauguración se convirtió en uno de mis espacios culturales favoritos, lo he visitado en varias ocasiones y siempre lo he recomendado. Pero hace unos años empezó el declive, sus audiovisuales dejaron de funcionar, dejó de haber folletos en el mostrador de entrada, la dejadez era cada vez más palpable. Así que dejé de ir. Hasta ayer, que regresé después de un tiempo sin recorrer sus pasarelas.





Tengo que reconocer que me lo he encontrado mejor de lo que esperaba. Si bien es cierto que sigue teniendo muchas carencias, la verdad es que al menos presenta un estado más o menos aceptable si lo comparamos con otros enclaves como Antiquarium. Aún así hay varias carencias que, con un poco de trabajo, se podrían solucionar. Al final el problema es siempre el mismo, el Ayuntamiento no es capaz de mantener los espacios que gestiona y en gran medida es porque no cuenta con un personal específico para hacerlo. Empecemos por lo básico, las vitrinas de la primera sala no tienen luz por lo que resulta complicado ver las piezas expuestas.


La vegetación crece entre los muros del castillo


Y seguimos por algo mucho más básico aún. Si permites que la vegetación crezca entre los restos arqueológicos, al final las raíces terminan provocando fisuras que pueden acabar con la caída del muro o la rotura de los ladrillos que lo componen. No es tan difícil evitar que esto pase, un simple mantenimiento es suficiente.


Grieta de considerable tamaño en uno de los muros exteriores del conjunto


Luego está el tema de los audiovisuales. Sin duda la estrella del Castillo de San Jorge es el diorama que recreaba un juicio ficticio de la Inquisición. A través de varias figuras e imágenes se recreaba la vida de Marcela. Este audiovisual dejó de funcionar hace años y cuesta entender que año tras año no se apruebe un presupuesto para arreglarlo cuando es el que le da sentido a toda la visita. Quizá lo peor de todo es que un cartel escrito a mano indica que pulsemos el botón que daba inicio al audiovisual, pero ahora lo único que se escucha es la locución, que carece de sentido sin las imágenes.


Temporizador que indica el inicio del audiovisual sobre Marcela que en realidad no funciona

Botón de inicio del audiovisual sobre Marcela


Como comentaba al principio del post, el Castillo de San Jorge siempre me ha parecido uno de los mejores recursos culturales de los existentes en la ciudad. Su museografía es magnífica y de una forma amena e instructiva no sólo te muestra lo que fue la sede de la Inquisición, sino que te hace reflexionar en torno a los prejuicios que mueven el mundo. Desgraciadamente, el hecho de que algunas pantallas se hayan estropeado impide que se conozcan todos los detalles de los restos arqueológicos.




Y volvemos al mantenimiento. Durante el recorrido no es difícil ver piezas sueltas, ladrillos rotos, paredes que se caen... No se llega al nivel de abandono del Antiquarium, pero la imagen es francamente mejorable. Nada que no se solucionara con un mantenimiento continuado.



Ladrillos sueltos que requieren de una consolidación


El Castillo de San Jorge sufre los mismos problemas que otras criptas arqueológicas de la ciudad: desagües que no funcionan, filtraciones, humedades... pero todos estos problemas deberían estar controlados porque estamos hablando de espacios culturales abiertos al público y por lo tanto las medidas mínimas de higiene deberían cumplirse por el bien tanto del visitante como de los trabajadores. Como ya he indicado en varias ocasiones, el Castillo de San Jorge necesita una puesta a punto. Contamos con una red de espacios culturales envidiable y es una pena que por dejadez y abandono prácticamente todos presentes un estado lamentable. Urge contar con personal cualificado (conservadores, restauradores) que se haga cargo tanto de estos espacios como de la Colección museográfica municipal. Tenemos un gran potencial en nuestros centros culturales, dejemos ya esa etapa de abandono atrás.

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