martes, 26 de diciembre de 2017

La nueva cara del Pabellón de Perú de 1929



El Pabellón de Perú de la Exposición Iberoamericana de 1929 lleva varios meses en obras. A la renovación y ampliación de sus contenidos expositivos se suma la restauración que se está llevando a cabo en sus fachadas y cubiertas. El Centro Superior de Investigaciones Científicas (organismo del que depende la Casa de la Ciencia) y el Consulado de Perú han sacado adelante un proyecto que está devolviendo al edificio su apariencia original.






Manuel Piqueras Cotolí fue el encargado de construir la delegación peruana en la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929. Cotolí (1886 - 1937) es uno de los mejores exponentes de la arquitectura neoindigenista peruana y supo trasladar a Sevilla un repertorio de símbolos y figuras que a día de hoy siguen sorprendiendo al visitante. El edificio se distribuyó en torno a un gran patio central porticado al que se abre una escalera monumental decorada con esculturas alusivas a la patria peruana. Tanto la decoración escultórica de muros y pilares como los espectaculares mosaicos Nolla reflejan la riquísima cultura prehispánica del país andino. 


Los balcones de madera son típicos de la arquitectura barroca limeña


La fusión de elementos prehispánicos con otros de etapa colonial, como las balconadas de madera, tan características de la arquitectura barroca de Lima, es una de las señas de identidad del edificio. Cotolí logra integrar ambas vertientes dotando a la construcción de una elegancia y monumentalidad que la hacen destacar entre los pabellones erigidos para la Muestra. El Pabellón de Perú, con su característica bicromía de ladrillo y piedra, se ha convertido en uno de los referentes monumentales de esta zona de la ciudad.


Fachada del Consulado de Perú. Lástima que no se haya aprovechado para trasladar los aparatos de aire acondicionado


La restauración de las fachadas ha consistido, básicamente, en una limpieza en profundidad de los paramentos, tanto el ladrillo como la piedra de puertas, ventanas y demás elementos portantes. El cambio, apenas perceptible a simple vista, es más que evidente cuando nos fijamos en uno de los testigos dejados durante la obra:


La eliminación de líquenes ha devuelto su color original a las fachadas


Otros elementos que han recobrado protagonismo tras la limpieza son las gárgolas de la cornisa superior, muchas de las cuales habían ido desapareciendo con el paso del tiempo mientras que otras apenas eran perceptibles por la suciedad. Ahora, con la restauración, han recuperado su función original y se han repuesto aquellas que faltaban.


Las gárgolas recrean animales de la zona de Perú
La variedad y cantidad de elementos escultóricos dota de personalidad al edificio




Tras la restauración del edificio, la última fase planteada por la Casa de la Ciencia consistirá en dotar a los alrededores del Pabellón de un nuevo aspecto, con un proyecto de jardinería que convierta lo que ahora es un solar baldío en una zona expositiva más.


Uno de los balcones de madera visto desde abajo

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