domingo, 2 de noviembre de 2014

Comienza la restauración de la fuente 'Sevilla' en Puerta de Jerez


Pocos saben que la restauración de cualquier bien patrimonial lleva aparejado un profundo estudio histórico artístico del bien en cuestión. La ciudadanía suele quedarse con el "qué bonito ha quedado", pero detrás de una restauración hay mucho más que dejar como nueva una pieza. La intervención en la fuente de Puerta de Jerez está deparando grandes sorpresas y está terminando con leyendas urbanas que se repiten desde hace años sin que sean del todo ciertas. Uno de los aspectos más llamativos de esta restauración es que pretende recuperar las cuatros figuras infantiles que decoraban el mar de la fuente. Siempre se ha dicho que estas figuras desaparecieron cuando la fuente fue desmontada para las obras del Metro en los años ochenta, pero la realidad es que su desaparición tuvo lugar mucho tiempo antes, concretamente en 1939, apenas unos años después de la inauguración de la fuente ya que al parecer no gustaron demasiado al considerarse que distorsionaban el sentido del monumento.


Manuel Delgado Brackembury. Boceto original de la fuente. Archivo Municipal Ayuntamiento de Sevilla
La fuente dedicada a Sevilla vino a completar las reformas urbanísticas realizadas con motivo de la Exposición Universal de 1929, su autor fue Manuel Delgado Brackembury, el gran escultor de la Muestra, ya que intervino en prácticamente todos los conjuntos escultóricos realizados a finales de los años 20. El primer boceto presentado por Brackembury para la fuente presenta un proyecto mucho más ambicioso inspirado en la fuente de Cibeles de Madrid. Sin embargo, la falta de fondos y la dilatación en el tiempo de la construcción de esta fuente hizo que el proyecto se fuera simplificando para favorecer la realización de otras dos fuentes, la de las Cuatro Estaciones (también de Brackembury) y la de la Plaza Virgen de los Reyes, de José Lafita.


Brackembury nunca quedó satisfecho con el resultado del proyecto y de hecho remitió varios escritos al Ayuntamiento proponiendo mejoras, ya que no consideraba que su obra estuviera acabada. No en vano, la fuente se dio por concluida en abril de 1930, cuando la Exposición Iberoamericana estaba a punto de cerrar sus puertas. Las prisas, la falta de fondos, el cambio de diseño... dieron lugar a una fuente que siempre ha tenido algo extraño, no estando a la altura de otros conjuntos escultóricos mucho más logrados estéticamente como la fuente de las Cuatro Estaciones o la de la Glorieta de San Diego, ambas de singular belleza. 


La fuente de Puerta Jerez es una alegoría de la propia ciudad de Sevilla, con una figura femenina que porta distintos elementos iconográficos como un caduceo, que alude a la Sevilla comercial, o una rueda dentada que simboliza la Sevilla industrial. La figura femenina remata un conjunto en el que los elementos marinos tienen gran importancia, como las tortugas o los delfines, animales que hablan de la relevancia del Guadalquivir y el comercio con América en el pasado. Los múltiples niños simbolizan el futuro de la ciudad, sin embargo a pesar de las grandes expectativas puestas en la Exposición Iberoamericana, la figura que representa a la propia Sevilla está como ensimismada en sí misma, ajena a lo que ocurre a su alrededor, no es una ciudad orgullosa (como sí lo era la del primer boceto), sino que se encierra en sus recuerdos. Todos estos elementos podrían haber formado un espléndido monumento dedicado por la ciudad a su propia grandeza, sin embargo el resultado deja bastante que desear.


El desmontaje de la fuente con motivo de las obras del Metro motivó que tras su reconstrucción, el perímetro del mar de la fuente quedase demasiado alto, impidiendo que las esculturas y figuras se vean correctamente. La última intervención en el entorno fue durante la peatonalización de Puerta de Jerez, una ocasión ideal para que se hubiera permitido el acceso a la fuente por parte de la ciudadanía, sin embargo se rodeó de césped y una ridícula valla que no impidió que unos energúmenos le arrancaran la cabeza a la figura central durante la celebración de un triunfo deportivo. Esta restauración pretende solventar diferentes problemas de conservación del monumento, así como recuperar las cuatro figuras infantiles devolviéndole el aspecto que tuvo durante la década de los años treinta.

Fuente de Sevilla. Años 30. Archivo Histórico Municipal. Ayuntamiento de Sevilla

Fuente: Dédalo Bienes Culturales, empresa encargada de restaurar la fuente que ha preparado una fantástica web con toda la información sobre el monumento (enlace)

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