Lo que empezó como una bonita iniciativa en pos de la difusión de la Cultura ha acabado como una muestra más del poco civismo que impera en nuestra ciudad. La editorial Punto Rojo liberó hace apenas dos semanas más de 1.500 libros en los bellos anaqueles cerámicos de la Plaza de España, recuperando el objetivo primitivo de los bancos provinciales, servir como una gran biblioteca al aire libre. La idea no es nueva ya que desde hace años el BookCrossing es una realidad en Sevilla y son muchos los puntos donde puedes dejar libros para que otros los lean.
La triste realidad chocó rápidamente con la utópica iniciativa y en apenas dos días todos los libros habían desaparecido. Ante esta situación existen dos posibles variantes de la historia, la primera es que la gente se haya llevado los libros para leerlos y luego los devuelva. La segunda, y seguramente la real, es que esos libros hayan sido robados. ¿Quién roba un libro? Evidentemente una persona que no suele leerlos, bien para revenderlos luego (seguro que el mercadillo ilegal del Charco de la Pava ha estado bien surtido de libros estos últimos fines de semana) o simplemente por hacer el daño. La iniciativa era muy bonita, pero irrealizable en una ciudad en la que se roban libros hasta en las bibliotecas donde para poder sacarlos tienes que dejar todos tus datos. Para próximas aventuras de este tipo, sería recomendable que los libros se donasen directamente a las bibliotecas municipales, la Provincial o a centros educativos, donde seguro que son muy bien acogidos y cumplen una mayor función social y cultural.
3 comentarios:
Gracias por acordarte de bookcrossing (libros viajeros), precisamente esta tarde tenemos liberación en el parque de Maria Luisa y dejaremos algunos en la plaza de España.
Coincidimos totalmente con tus palabras.
No seria mejor idea en pleno s. XXI el dejar en abierto ebooks para su lectura en Plaza de España?
Pedro, por un lado un ebook a no ser que se encuentre en un formato propietario con gestión de DRM (Digital Rights Management) es abierto y si se encuentra en formato PDF, EPUB o incluso MOBI (De kindle, ya que hay conversores a los formatos ya citados) se puede leer prácticamente en cualquier ereader. Por otro lado, pues si se podrían dejar en soportes físicos como CD's aunque me sigo quedando con el bookcrossing y con la romántica idea de que los lectores vayan haciendo entradas en el "diario" de cada libro y se pueda saber porque manos va este pasando, y si el asunto de registrarlos, etiquetarlos y liberarlos es sencillo en el formato físico (tan simple como registrar en la web y una pegatina) en el formato digital aunque no imposible sería inviable en la práctica.
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