El puente de Alfonso XIII fue construido con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929 con la intención de unir el recinto de la Muestra con Tablada, dónde estaba planeado construir un barrio que diera servicio a la Exposición. El puente fue diseñado por Manuel Delgado Brackembury y su construcción se dilató entre 1920 y 1926.
El puente fue víctima de la crisis urbanística del momento y finalmente, Tablada no se urbanizó, construyéndose únicamente algunas instalaciones deportivas. Durante la Exposición Iberoamericana se criticó el coste de un puente que no llevaba a ninguna parte ya que el desarrollo de los muelles de Tablada fue algo posterior.
Durante gran parte del siglo XX, el puente de Hierro fue uno de los más hermosos de cuantos se encontraban en la dársena del Guadalquivir. Sin embargo, su utilidad duró poco ya que en 1992 fue sustituido por el Puente de las Delicias. El puente de Alfonso XIII fue desmontado, troceado y abandonado en el Muelle de las Delicias dónde aguardó tiempos mejores hasta 1998.
Hace algunos años se proyectó trasladarlo a San Jerónimo para unir el barrio con el Parque del Alamillo, pero el alto coste del traslado y el montaje desestimaron la idea. Finalmente, el Puerto, su propietario, se lo llevó a unos terrenos de La Raza donde a día de hoy permanece abandonado y olvidado. Se prometió crear una zona verde a su alrededor, pero nunca se hizo. El último desprecio hacia esta magnífica obra de ingeniería lo conocimos hace unos meses cuando saltó la noticia de que el puente podría estar sin catalogación que lo proteja a pesar de su valor histórico artístico. Uno más en la larga lista de nuestro Patrimonio en peligro.
Muchas gracias a Marcos, de la Sevilla Insólita por las fotografías que ilustran el post.
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