El Consejo de Hermandades y Cofradías no cesa en su empeño por ocupar, y gratis, la antigua iglesia de San Hermenegildo, propiedad del Ayuntamiento y que durante años tuvo un uso cultural. El lamentable estado de conservación de sus cubiertas aconsejó su cierre hace ya seis años sin que hasta el momento nadie haya movido un dedo para evitar que su degradación vaya en aumento. Hace varios años, la restauración se cifró en 1'6 millones de euros, una cantidad que intuimos habrá aumentado por el paso del tiempo.
El Consejo de Hermandades y Cofradías, al que le estallan las costuras en su sede de la calle San Gregorio, ha pedido por activa y por pasiva que le cedan el edificio para ubicar sus dependencias. Así, porque sí. ¿Qué ganaría la ciudad con esa cesión? Absolutamente nada. ¿Qué ganaría el Consejo? Un edificio emblemático en pleno centro de la ciudad y encima gratis.
En Cultura de Sevilla siempre nos hemos opuesto a esta cesión, en primer lugar porque considero que cada uno debe pagarse sus caprichos y si el Consejo quiere una sede digna -a la que tiene todo el derecho del mundo- pues que la alquile, la compre o la construya, como hace cualquier hijo de vecino sin contactos. Además, San Hermenegildo es y debe seguir siendo, municipal. Esto quiere decir al servicio de los ciudadanos, de todos ellos.
Según publica hoy ABC, el Consejo ya tendría un alma caritativa que le arregle el edificio (que según ellos, tampoco está tan mal) y están a la espera de los trámites del Ayuntamiento para la cesión, un extremo que esperemos no llegue a ocurrir por el bien del Patrimonio municipal. No estaría mal que ese alma caritativa emplease sus esfuerzos en restaurar Santa Catalina, que buena falta le hace.
3 comentarios:
La cesión de patrimonio a instituciones privadas es cuanto menos deplorable, dicho así, sin explicar ni ahondar mucho más.
Pero por hablar de las famosas zonas grises, aquello de que no todo es o negro o blanco, me gustaría matizar que el Consejo de Cofradías está en esa incierta línea en la que no está claro que no sea a la vez un pelín pública, dada la labor extraordinariamente pública que controla. Después de todo recordemos que más del diez por ciento de la población de Sevilla se calza una túnica en la Semana Grande de la primavera.
Es verdad que, un poner, se embolsa por el alquiler de sillas una burrada de millones, de los que un ridículo porcentaje va a pagar a Quidiello (o quien sea el propietario de las sillas) y al Ayuntamiento por ocupación de la vía pública, más sueldo de gorilas que te impiden circular libremente por las mencionadas vías públicas según las zonas, con una pizquita de abuso y extralimitación de funciones como si fueran fuerza pública, que no lo son.
Y es verdad que hacen también una labor imprescindible de coordinación que no sé muy bien si es reconocida.
Y por intentar comentar verdades, si ese edificio no se cede a alguien, aunque sean los criadores de moscas de la alpujarra, se va a caer comido por las ratas. Por eso en esta ocasión disiento con su tesis. Es un mal menor que ojalá evite un mal enorme. Ojalá, insh-Alláh, otra empresa más enrollada, más cultural, con menos obligatoriedad de llevar terno y cobata, menos la Sevilla de Siempre, hubiera sido la que viniera con un buen plan de ocupación de san Hermenegildo, pero son estos los bueyes que tenemos para arar esta ruina. En fin.
Un saludo.
No tendría que haber hablado de las setas.
En fin.
Ha sido un placer.
Toi, no comprendo tu segundo mensaje.
Un saludo!
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