sábado, 11 de agosto de 2012

Cultura de Sevilla en... Barcelona (III): Coincidencias


Paseando por las salas del fabuloso Museo Nacional de Arte de Cataluña me llevé una gran sorpresa al descubrir esta escultura fechada en 1891. Se trata de una pieza realizada por el escultor catalán Josep Reynés en bronce y que retrata a la reina regente María Cristina de Habsburgo. La sorpresa no fue tanto por la calidad de la pieza (realmente muy buena) sino por las similitudes con cierta escultura que tenemos en las calles de nuestra ciudad.


Y voilà, aquí la tenemos, el retrato ecuestre de la condesa de Barcelona, madre del Rey Juan Carlos I. Una escultura financiada por diferentes entidades y que se encuentra en ese particular paseo de las estrellas en que se ha convertido el Paseo Colón, con toreros y demás habituales de la prensa rosa. La comparación nos puede servir para dos cosas, primero para ver el tipo de monumentos urbanos que estamos haciendo en la actualidad en Sevilla, un modelo que ya se hacía -atención- en 1891. Toda una proeza para el arte público sevillano. Pero además, también nos sirve para ver la diferencia entre una buena obra (la de Reynés) y una que no lo es tanto (la sevillana). A pesar de ser prácticamente idénticas en cuanto a su concepción, con la dama a lo amazona; el movimiento, calidad y gracia que vemos en la pieza del MNAC brillan por su ausencia en el monumento sevillano, con un caballo hierático, sin vida y una figura sumamente rígida.

2 comentarios:

fudet dijo...

Completamente de acuerdo con tu opión. Pero tenía entendido, corrigeme si me equivoco por favor, que al haber muerto por causas ajenas a un combate, el caballo debía tener las cuatro patas en el suelo, característica que dificulta bastante el "movimiento" de la figura

Sergio Harillo dijo...

Efectivamente, he buscado el significado de las patas del caballo y es como tú dices: dos patas en el aire significa que la persona murió en combate, si tiene una de las patas delanteras en el aire significa que la persona murió por las heridas recibidas en combate. Por último, las cuatro patas en el suelo simbolizan que la persona murió de causas naturales.

Aún teniendo en cuenta esta tradición, en el caso de la escultura de Reynés, el caballo tiene una pata delantera en el aire y una trasera a punto de levantarse, lo que le confiere movimiento a la escultura. No creo que el autor tuviera muy en cuenta la postura de las patas puesto que la reina María Cristina, si no recuerdo mal, no murió en combate alguno ni por heridas en el mismo.

Por lo tanto, imagino que habrá cierta libertad a la hora de representar un caballo y más en la actualidad.

Saludos!!