Después de varios meses finalizada, el Ayuntamiento por fin ha abierto al público la pasarela que conecta el barrio de Los Bermejales con el campus de la multinacional Abengoa, al otro lado de la SE30.
La pasarela, diseñada por el británico Richard Rogers en colaboración de Luis Vidal & Asociados, aporta algo de diseño a esta zona de la ciudad. Si bien se ha hecho un intento por realizar una pasarela que se salga de lo común, el resultado no cumple las expectativas creadas. Es funcional, sí, pero los acabados dejan bastante que desear.
Interesante el pavimento a base de hormigón impreso imitando las vetas de la madera. Un material barato, duradero e infinitamente más atractivo que muchos otros empleados en la ciudad. ¿No se podría haber puesto algo similar en el Muelle de Nueva York en lugar del sucio albero?
La pasarela nos permite acercarnos a ese gran desconocido que es el Campus de Palmas Altas. Desde su inauguración en septiembre de 2009, mucho se ha hablado de este conjunto de edificios, fruto de los mismos arquitectos que han realizado la pasarela. Considerado uno de los edificios más sostenibles de Europa, cuenta con el certificado Leed Platino desde 2008. El uso de energías renovables y la propia concepción de los edificios hacen de este centro una referencia arquitectónica. En su momento, el Ayuntamiento dio vía libre a Abengoa para que levantase un rascacielos en este lugar, pero la empresa optó por un diseño horizontal, encargándole el proyecto a Richard Rogers.
El campus de Palmas Altas bebe de otro proyecto de Rogers, un conjunto de edificios de oficinas conocido como Chiswick Park, en Londres. La idea es la misma, un conjunto de edificios de cristal, protegidos con cubiertas que sobrevuelan los edificios y en medio, una zona ajardinada. Sin embargo, algo falla en Palmas Altas, se trata de un conjunto demasiado hermético, excesivamente cerrado al exterior.
Al exterior muestra una gran hostilidad hacia el visitante, un único acceso, todo lo demás son rejas y muros que esconden los edificios tras de sí.
El típico juego industrial de Rogers se deja ver en Palmas Altas en elementos como las chimeneas de ventilación o las escaleras verdes, que le dan cierta gracia al complejo, pero que apenas consiguen que resulte atractivo.
Llevaba muchos años queriendo acercarme al complejo para verlo de cerca y me he llevado un gran desengaño. Es un edificio de Richard Rogers, sí, pero parece descafeinado, más fruto de su multinacional de arquitectura que del propio arquitecto. Además, el edificio, aparentemente, tampoco resuelve tan bien problemas típicos de esta tierra como las altas temperaturas. Diseñado a base de muros de cristal, las lamas colocadas para amortiguar el acceso de la luz, apenas cumplen su función por lo que el gasto en energía para controlar los rigores del verano debe ser importante. A falta de conocerlo en su interior y de ver cómo se engarza con el resto de la ciudad en un futuro, la sensación desde el exterior es que la arquitectura de autor, no siempre está a la altura de las circunstancias.
Web de Richars Rogers (enlace)
2 comentarios:
Dentro de este edificio, en el que pudiera pensarse que debe ser bastante cómodo trabajar, por lo luminoso que es, trabajan personas delante de una pantalla. Las pantallas y la luz no son buenas amigas: la luz cansa la vista, y los reflejos causan mareos. Como resultados, tienen siempre casi todas las persianas bajadas.
No prever eso es de mal arquitecto, o al menos de mal trabajo.
¡Saludos!
Precisamente he oído a trabajadores del centro quejarse por el exceso de luz dentro de las oficinas, el calor que hace y la imposibilidad de instalar cortinas o estores que mitiguen la entrada de luz. Sin duda, un edificio enteramente de cristal, en Sevilla, sin las correspondientes medidas paliativas para la luz solar, no puede funcionar bien.
Saludos!
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