La iglesia de Santa Catalina afronta el año del centenario de su declaración como Monumento Histórico Nacional cerrada a cal y canto y sin expectativas de que las obras de restauración vayan a empezar pronto.
La primera fase de la restauración, que comprendió la renovación y reparación de sus cubiertas para evitar filtraciones, fue sufragada por el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía, dos administraciones que se niegan a seguir invirtiendo dinero en un edificio cuyo titular, la Iglesia, es bastante reticente a invertir.
Según la Ley de Patrimonio, es el titular quien tiene la obligación de mantener los edificios bajo pena de ser amonestado si no lo hace. Sin embargo, tanto en este caso como en muchos otros, las administraciones se saltan a la torera este imperativo legal, dejando que los edificios lleguen a un estado de ruina inasumible.
En 2012 Santa Catalina cumple ocho años cerrada al público, esperemos que la Iglesia tome por fin cartas en el asunto y se decida a restaurarla.
Fuente: Diario de Sevilla
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