lunes, 7 de junio de 2010

Arte en la calle: Muchachas al sol


Hace apenas un año murió Antonio Cano (Guajar Faragüit, Granada 1909-Sevilla 2009). En Sevilla tenemos la suerte de contar con varias obras suyas en nuestras calles a pesar de que durante años fue un artista incomprendido. Cano estudia en Granada, Barcelona y Madrid, tras conseguir plaza en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla en 1945 fija aquí su residencia, realizando nuevos viajes a París y Roma para completar su formación. Aunque sus primeras obras abrazan la temática religiosa, a partir de los años cuarenta comienza a experimentar un nuevo tipo de escultura, una obra que rompe con los modelos impuesto en España en aquella época y que buscan una comunicación con el arte que se estaba dando más allá de nuestras fronteras.
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En 1963 el Ayuntamiento de Sevilla le encarga este grupo escultórico para la recién construida Plaza de Cuba, en el moderno barrio de Los Remedios, la obra fue elogiada por los que la habían encargado, pero fue injustamente despreciada una vez inaugurada. Joaquín Romero Murube fue el principal ariete contra la nueva escultura, de una factura y belleza demasiado moderna para la mentalidad de la Sevilla de aquella época. El propio alcalde ordenó su retirada, vagando por diferentes puntos de la ciudad (llegó a recalar en el Parque de María Luisa) hasta que en 1981 fue colocada en su emplazamiento actual, en uno de los márgenes de la Glorieta de Las Cigarreras, donde apenas luce y donde es imposible contemplarla de cerca para valorar su riqueza volumétrica.
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A pesar de esta grave ofensa hacia su obra, Cano trabajó nuevamente en Sevilla realizando el Monumento-fuente en honor de Juan Sebastián Elcano, precisamente al otro lado del puente de Los Remedios. También son obra suya los relieves de las nuevas portadas de la Fábrica de Tabacos, una vez convertida en Universidad y la fachada de la Basílica del Gran Poder.
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Muchachas al sol fue el primer monumento moderno levantado en Sevilla, su estética sigue muy de cerca las formas de Henry Moore ensalzando la pureza de las formas y añade calidad al conjunto de obras escultóricas que adornan las calles sevillanas. Resulta cuanto menos curioso que una escultura de tanta calidad causara tal revuelo, llegando a ser retirada de su emplazamiento, y sin embargo, hoy en día, pocos alcen la voz contra el conjunto de muñecos que están poblando la ciudad y que nada aportan al patrimonio artístico sevillano.
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Cano dejó a su muerte una rica colección no sólo escultórica, sino pictórica (a partir de los años setenta se dedica prácticamente en exclusiva a la pintura). Desde aquí animamos al Ayuntamiento a rescatar su obra, que podría ser el germen de un museo municipal de Arte Contemporáneo. Las vanguardias y el arte contemporáneo sevillano apenas han sido valorados en nuestra ciudad, contar con un museo con obras de Cano, Echegoyán, Gordillo, Laffón... entre muchos otros, serviría para dar un impulso a las artes plásticas sevillanas.
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5 comentarios:

esasevilla dijo...

Estuvo en el margen de las Cigarreras, pero se cambió de nuevo su ubicación a la zona central, donde está actualmente.

Eso tenía entendido yo.

Aquí es cierto que al peatón se le hace más difícil aunque a mí me encanta verla cada vez que paso en coche por allí.

Un saludo!

http://esasevilla.blogspot.com

Sergio Harillo dijo...

La verdad es que gracias a su difícil acceso la escultura está a salvo de ataques, pero no estaría mal poder disfrutar de ella más cerca porque es magnífica. En mi caso, me encanta verla desde el autobús, hay que usar más transporte público, cansadousa :P

Un saludo!

esasevilla dijo...

jajaja por supuesto que sí! el coche lo uso lo impresncindible, y más por esa zona. Me refiero a que aún yendo en coche (sin dejar de prestar atención a la carretera :P) da gusto ver el conjunto, y más ahora que está recién restaurado.

Lo que tienes que hacer es con cuidado del tráfico, irte a la glorieta. Aunque le parecerá raro al que te vea jeje incluso al que vende pañuelitos allí.

Un saludo!

http://esasevilla.blogspot.com

Anónimo dijo...

En 2007 la Gerencia de Urbanismo encargó su restauración. Tuve la suerte de trabajar en ella, las esculturas estaban muy deterioradas a causa de la contaminación de su entorno y de una evolución negativa de algunas restauraciones ejecutadas con anterioridad.

Por entonces su autor, Antonio Cano estaba aún vivo, se mostró muy amable y agradecido por la restauración, no sólo se interesó por los pasos de la intervención, sino que además facilitó muchísimos datos. Una gran persona, fue todo un placer.

Sergio Harillo dijo...

Muchas gracias por tu aportación personal. Sin duda debe ser magnífico poder trabajar restaurando obras.

Un saludo!