Sin fecha para Antiquarium

Antiquarium, el nuevo espacio arqueológico que abrirá bajo el imponente Metropol Parasol, no tiene fecha de apertura. Así lo indicaron ayer el alcalde y el director de las excavaciones arqueológicas, Fernando Amores, en una visita que realizaron a las obras.

Infografía del proyecto Metropol Parasol de Jurgen Mayer

Actualmente se está completando la octava y última fase de excavaciones. Una vez finalizadas (se espera que para octubre), podrían comenzar las obras de acondicionamiento, que cuentan con un presupuesto de más de 8 millones de euros. Se desconoce cuando se podrán visitar los restos, aunque todo apunta a que el complejo Metropol Parasol abrirá sus puertas sin el museo, curiosamente, la única zona no lucrativa de todo el proyecto y por tanto la única que no generará ingresos ya que se espera que la entrada a Antiquarium sea gratuita.

Maqueta del proyecto Metropol Parasol de Jurgen Mayer

El alcalde avanzó que este nuevo espacio sería el punto de partida de un recorrido arqueológico por toda la ciudad donde podrían visitarse diferentes espacios rescatados de entre las entrañas de la ciudad. 

Aunque en principio parece una magnífica idea, no podemos olvidar que todos estos espacios que deberían ser visitables, actualmente están abandonados o cerrados a cal y canto, sin que los sevillanos y foráneos puedan disfrutar de ellos.

Restos del Castillo de San Jorge bajo el Mercado de Triana

 

Quizás el caso más sangrante sea el Castillo de San Jorge, hallado en las obras de reconstrucción del Mercado de Triana y actualmente salvaguardado en una cripta arqueológica bajo el edificio actual. Los restos debieron ser abiertos a la vez que el mercado, el 1 de junio de 2001, sin embargo en estos siete años poco se ha hecho por estos restos. De hecho han llegado a inundarse en alguna ocasión por falta de mantenimiento. Actualmente el Consorcio de Turismo tiene en proyecto convertir los restos en Centro de Interpretación de la Inquisición, ya que este edificio fue la sede sevillana de dicha institución durante siglos. No hay fechas para su apertura al público.

Durante las obras de remodelación de la Plaza de la Pescadería aparecieron los restos de un aljibe de época romana. La zona de la Alfalfa comprendía el Foro de la ciudad de Híspalis por lo que este aljibe es de gran importancia al hallarse en las inmediaciones de este complejo político-administrativo de la antigua ciudad romana. El proyecto para la plaza fue replanteado con vistas a incluir este espacio, que iba a ser visitable. Se llegó a instalar una llamativa entrada a los restos para llamar la atención del viandante. Sin embargo, una vez culminadas las obras, nada más se supo de este espacio que sigue cerrado a cal y canto sin que haya previsiones de abrirlo.

Otro importante punto arqueológico de la ciudad son las antiguas y descomunales columnas romanas de la calle Mármoles. Se desconoce a qué pertenecieron, se ha apuntado que podrían ser parte de un templo, sin embargo las últimas investigaciones hablan más bien de un espacio porticado. Se conservan 3 columnas. Otras dos fueron trasladadas en el siglo XVI a la Alameda de Hércules donde permanecen hoy en día como pedestales de las esculturas de Hércules y Julio César. Una sexta columna se partió en el traslado y desapareció. Unas piezas tan extraordinarias deberían contar con un entorno adecuado y algún tipo de señalética que destacara su importancia al viandante. Sin embargo se hallan totalmente arrumbadas, cubiertas por la maleza y sin ningún tipo de información sobre qué son.

No son más que algunos ejemplos de restos arqueológicos difuminados por la ciudad que, a pesar de su importancia y su altísimo poder de atracción, están totalmente olvidados por parte de las Administraciones sin que puedan ser visitables o cuenten con una mínima información de cara al visitante. Esperemos que no ocurra lo mismo con los restos de la Encarnación ya que sería un nuevo revés a la Cultura y a los ciudadanos que con sus impuestos pagan unas excavaciones que una vez concluidas son cerradas y olvidadas, degradándose sin que nadie le ponga remedio.