sábado, 24 de mayo de 2008

Renovarse o morir



Este podría ser el lema que ha adoptado la ciudad de Málaga en los últimos años. El Turismo de sol y playa está cada vez menos valorado y el turista busca nuevos atractivos en los lugares que visita. El Turismo de base cultural es el turismo del futuro y las ciudades ya se están preparando para despuntar en este campo.

El Museo Picasso fue el punto de partida. Nacido por el empeño de la Junta de Andalucía, y más concretamente de la que fuera consejera, Carmen Calvo, el museo recopila las colecciones particulares de Christine Ruiz-Picasso y Bernard Ruiz-Picasso. Como sede se restauró el renacentista palacio de Buena Vista, antigua sede del Museo de Bellas Artes de la ciudad. Este gran complejo cultural (pues además del museo alberga otras dependencias como una biblioteca o un auditorio) fue inaugurado en octubre de 2003 y fue la antesala al cambio espectacular que ha vivido la ciudad. Si bien no se ha conseguido emular el efecto Guggenheim de Bilbao, lo cierto es que el Museo Picasso ha situado a Málaga en el mapa cultural y ha dejado de ser únicamente un destino de sol y playa. Además ha servido para que otras instituciones, como la Fundación Picasso, relancen su actividad y ha allanado el camino para que nazcan otros proyectos.

Uno de estos proyectos es el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga, inaugurado en febrero de 2003 y que en pocos años se ha convertido en uno de los focos culturales más dinámicos e importantes de España, con exposiciones internacionales de artistas nunca vistos en nuestro país. Dependiente del Ayuntamiento malagueño, el Centro se ubica en el antiguo Mercado de Mayoristas, un edificio de los años 40 que cuenta con más de 6000 metros cuadrados. Actualmente está en fase de desarrollo una ampliación diseñada por Moneo que albergará las oficinas así como otros equipamientos del Centro. 

Museo Picasso y Centro de Arte Contemporáneo son dos realidades que han otorgado a Málaga una actividad cultural nunca vista antes. Pero nuevos proyectos prevén que de aquí a unos años, Málaga deje de ser una ciudad periférica para convertirse en un lugar de referencia en lo que a Cultura se refiere. Quizás uno de los más interesantes, por la imagen de la ciudad que puede llegar a dar sea el futuro Museo Thyssen, que albergará unas 180 obras de pintura andaluza y española del siglo XIX. Con una inversión de 16 millones de euros, el futuro museo se levantará sobre tres edificios del casco histórico malagueño: el palacio Villalón, del siglo XVI; la antigua cerería Ojeda, un inmueble barroco; además de un tercer edificio que albergará parte de las salas expositivas. Su inauguración está prevista para otoño de 2010.

Otro de los iconos de la nueva Málaga cultural será el Auditorio impulsado por el Ayuntamiento, la Junta de Andalucía y el Estado que dotará a la ciudad de un espacio escénico para la representación de ópera y danza, además de ser la sede definitiva de la Orquesta Sinfónica de la ciudad. Actualmente ya se ha celebrado el concurso arquitectónico y se ha elegido una propuesta que pretende ser un nuevo referente en la ciudad. Pero hay más proyectos, como el Festival de Cine de Málaga, que edición tras edición se está consolidando como el escaparate del cine español. O la futura remodelación del palacio de la Aduana como sede definitiva del Museo de Bellas Artes.

Todos estos proyectos no vienen más que a reforzar otro de los grandes proyectos culturales de la ciudad: obtener la capitalidad cultural europea en 2016. Quizás éste sea el proyecto menos concreto ya que son varias las ciudades españolas (y andaluzas) que pretenden conseguir dicha nominación.

Málaga es el perfecto ejemplo de cómo una ciudad puede renovarse a sí misma con nuevos e interesantes proyectos. Y sobre todo teniendo una idea de lo que se quiere conseguir. Mientras que Málaga va ganando cada vez más importancia culturalmente, Sevilla está totalmente atascada, sin unos objetivos, actuando a base de impulsos con proyectos que se eternizan, no terminan de materializarse o directamente no funcionan. No hace falta mirarse en París, Londres o Roma, tal vez baste con mirar hacia algo mucho más cercano y que nos está dando una buena lección.

2 comentarios:

Redacción dijo...

Sevilla, saldrá de su atascamiento el día que se aprovechen los numerosos edificios que tenemos sin uso. Nos podemos tirar todo el dia hablando de Edificios con proyectos que nunca llegan, algunos: Pabellón de la Navegación, Pabellón del Futuro, Atarazanas, Monsalves, El Museo de Arqueológico, El de Arte y costumbres populares y su eterna segundo planta cerrada, otros edificios que podrían convertirse en centros cívicos o centros de creación al estilo de lo que se ha hecho en Iniciarte, como el Palacio del Pumarejo, La Fabrica de Artillería, o las Nave de la Trinidad o la Estación de Cádiz. Quizás no se necesiten tanto nuevos equipamientos, sino aprovechar todo esto, que la mayoría de estos edificios son joyas arquitectónicas de su tiempo que piden a grito un uso actual. E incluso, por que no? convertir algunos de estos edificios en teatro, seguro que algunos de estos edificios diáfanos se pueden convertir en salas de Teatro, conciertos, etc. Hombre si hay que mirarse... con el Palais de Tokyo de París jajajaj, es un espacio que em encanta, si quiere busca unas fotos en flickr o algo y verás, ya se podria hacer algo así con el mercado de la Puerta de la Carne por ejemplo, cuyo interior se presta a la modernidad tanto o más que el Palais de Tokyo. Todo es cuestion de dinero y ganas... Saludos!

Sergio Harillo dijo...

Claro, por eso hablo de proyectos q se eternizan o no terminan de materializarse, es desesperante. Yo para la estación de Cádiz me gusta una idea q escuché hace tiempo, la de crear un museo al estilo del Orsay de París :)

Pero bueno, hasta q nos demos cuenta del potencial q tenemos seguiremos viendo como otras ciudades nos toman la delantera :(

Un saludo isra!