jueves, 4 de octubre de 2018

El sótano del Palacio de Pedro I se abre al público



Con motivo del Día Internacional del Turismo el Real Alcázar organizó una serie de visitas para dar a conocer las últimas intervenciones realizadas en el monumento. Además de la cripta del Patio de Banderas y el Cenador del León, se pudo recorrer el nuevo espacio expositivo con que contará el Alcázar dentro de unas semanas: el sótano del Palacio de Pedro I. El proyecto de recuperación se presentó hace tres años y ya en ese momento me pareció un lugar espectacular pero, tras las obras, esa sensación incluso ha aumentado.


Galería del siglo XVI construida sobre el sótano de Pedro I con los acceso abiertos en época de Felipe II


Francisco Reina, arquitecto encargado del trabajo de recuperación, fue desgranando los secretos de un espacio que durante años ha estado cerrado al público por las precarias condiciones que presentaba. Para conocer la historia de este sótano hay que retroceder hasta el siglo XIII cuando Alfonso X construye las salas del Palacio Gótico, una inmensa mole que se superponía a los recintos islámicos con un estilo gótico, castellano y cristiano, que formaba una nueva fachada del recinto amurallado hacia el sur, hacia el Guadalquivir y el Tagarete. En aquel momento no existían los jardines tal y como los conocemos y toda esa zona era un espacio de amortiguación para la defensa del palacio. Alfonso X apoya su nueva residencia sobre la muralla almohade, construyendo una nueva crujía y dejando el muro islámico oculto por la nueva construcción.

Un siglo después Pedro I levanta el palacio mudéjar y lo hace siguiendo la misma línea de fachada del palacio gótico, un cambio de estilos que se puede comprobar desde los jardines de Troya o de la Danza. Los maestros de obra de Pedro I siguen el mismo esquema del palacio gótico, dejan la muralla islámica y abren una nueva crujía hacia el sur. Para nivelar el terreno se construye el actual sótano, que sirve de sostén al edificio y sería utilizado como espacio de almacenaje. El sistema de ventilación se componía de una serie de aperturas que daban al exterior, lo suficientemente pequeñas como para impedir que nadie penetrase por ellas.



Pilar que sostiene las bóvedas donde se observan los restos del enlucido del siglo XVI


Durante el reinado de Felipe II se llevará a cabo una profunda remodelación de esta zona del Alcázar. Empiezan a trazarse los jardines y lo que hasta ese momento no era más que un sótano se convierte en una galería abierta a los mismos a través de una serie de pórticos que aprovechan los huecos de los antiguos respiraderos. En un nivel superior se construye una galería porticada diseñada por Lorenzo de Oviedo que circunda todo el palacio mudéjar y que llega hasta el actual Jardín del Príncipe. También se modifican los núcleos de comunicación con dos escaleras, una en cada extremo, que han sido recuperadas en parte durante la presente intervención. 

Los estudios arqueológicos realizados han permitido recuperar el nivel original del sótano eliminando los desechos acumulados durante siglos y devolviéndole su altura a las arquerías de ladrillo. Al excavar el terreno (se ve muy bien en este otro post de 2015) han aparecido los enlucidos originales del siglo XVI. Todo apunta a que previamente a estos enlucidos el ladrillo estaría sin enfoscar al tratarse de una zona que no iba a tener un tránsito público. La nueva solería de las tres salas que componen el sótano ha permitido esconder debajo todas las instalaciones necesarias para el uso del espacio pero dejando al mismo tiempo el testigo del nivel original del suelo. Junto a una de las escaleras que suben al Palacio mudéjar se conserva parte del sistema de letrinas de época moderna (siglo XVI) junto a una serie de pinturas murales que imitan zócalos de azulejos y despiece de sillares.


Pinturas murales imitando azulejos


Un espacio tan escondido como este sótano guarda una serie de detalles que permiten entender mejor la historia del Alcázar. Por ejemplo, en una de las salas se ve la muralla almohade y se puede intuir el tamaño de la nueva crujía añadida por Pedro I. En este muro se conservan una serie de agujeros donde estaban empotradas las vigas que sostenían unas estanterías. También es posible ver uno de los huecos de ventilación originales del siglo XIV, el único que no fue abierto para hacer más permeable el espacio hacia los jardines en el siglo XVI.


La muralla islámica quedó oculta por esta nueva construcción de Pedro I

Huecos en la muralla islámica para sostener estanterías


La visita concluye en una de las escaleras de acceso al sótano que comunica directamente con el patio de las Doncellas. En este punto nos encontramos con otra sorpresa, la unión entre los muros del palacio gótico de Alfonso X y el contrafuerte que se construye para sostener la torre que cerraba el palacio en su frente suroeste. La intención de los responsables de la obra es que este punto sirva de acceso al sótano y que los visitante puedan conocer los diferentes estadios constructivos del mismo. Las salas que componen el sótano se convertirán en espacios expositivos donde mostrar la rica colección arqueológica que atesora el Alcázar y que hasta ahora nunca ha sido expuesta de forma permanente. La intención es abrir al público este recinto antes de que acabe el año pero todo dependerá de la adecuación de las piezas al espacio. El Alcázar gana un nuevo espacio de lo más interesante que muestra en unos pocos metros cuadrados ochocientos años de historia.



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