Paseando por el Parque de María Luisa el otro día, mientras cruzaba la Glorieta de Covadonga me di cuenta de que uno de los conjuntos escultóricos que la decoran había sufrido un nuevo destrozo. En concreto se trata de la obra de Lorenzo Coullaut Valera 'El Genio', quizás uno de los de mayor calidad de los cuatro grupos que fueron diseñados, en principio, para el vestíbulo del Pabellón de Bellas Artes, actual Museo Arqueológico. La última restauración de estas esculturas fue en 2014 y en su haber tienen un largo historial de destrozos y ataques contra el patrimonio.
Cuando vi los brazos de las tres esculturas cercenados me imaginé que más que un ataque humano podía deberse a la caída de una rama. De hecho, en el árbol que hay justo al lado se ven los cortes de una reciente poda. Las opciones eran dos, o bien se había caído una rama que ha incidido en la escultura o en las sucesivas podas que se están haciendo en el Parque de María Luisa se ha dejado caer la rama sobre la escultura causando el destrozo. Desde el Ayuntamiento informan que se ha debido a un accidente y que tras la caída de la rama se procedió a podar el árbol en cuestión. Actualmente se está trabajando en el proyecto de intervención para actuar lo antes posible en la escultura y reponer los elementos dañados.
Un Parque como el de María Luisa, con un grado de protección tan alto y un conjunto de bienes histórico artísticos tan importante debería contar con un plan de mantenimiento que le tomara el pulso para evitar, en la medida de lo posible, este tipo de situaciones. Si la caída de la rama ha sido accidental es evidente que no se podía prever, pero llama la atención que después de dos años en los que han sido eliminados decenas de árboles en el Parque por su supuesto riesgo, ocurra esto. Por otro lado en varias ocasiones he podido ver cómo en las podas de árboles a gran altura no se tomaban las medidas necesarias para evitar que las ramas cayeran a plomo sobre elementos artísticos del Parque, otro aspecto que debería ser controlado para evitar daños y futuros desembolsos económicos. No podemos olvidar que toda intervención en el patrimonio causa un estrés al mismo por lo que la situación ideal es el correcto mantenimiento para evitar, en la medida de lo posible, profundas restauraciones.
>> Para leer más os dejo por aquí un post con una propuesta de intervención en esta Glorieta (enlace)
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