lunes, 17 de junio de 2019

¿Qué hace que un espacio público funcione?

Paley Park, Nueva York. Fuente imagen


Hace unos días comencé un curso sobre ciudades verdes, naturación y agricultura urbana. Como sabéis, desde hace ya varios años el tema del urbanismo sostenible, el arbolado, los efectos del cambio climático o la mejora de nuestro entorno son temas que me han ido obsesionando cada vez más y por fin me he decidido a hacer un curso para canalizar de alguna manera todo lo que he ido leyendo por mi cuenta en estos últimos años. Palabras como resiliencia, mitigación o naturación cobran especial sentido en un momento en el que la Humanidad se juega su propio futuro.



Gracias a este curso he descubierto este maravilloso vídeo en el que Amanda Burden nos lanza una interesante pregunta, ¿qué hace que un espacio público funcione? Burden ha sido durante años responsable de las políticas urbanísticas de la ciudad de Nueva York en materia de planeamiento urbano y ordenación de espacios públicos. A lo largo del vídeo (de verdad, os recomiendo que lo veáis) va haciendo un repaso a su carrera centrándose en sus trabajos en la ciudad de Nueva York y analizando qué ingredientes son necesarios para que un espacio público tenga éxito.

Su catarsis urbanística comienza en un pequeño espacio que no conocía y que me ha parecido espectacular, el diminuto Paley Park, ubicado junto a la Quinta Avenida y de apenas 400 metros cuadrados. Este pequeño oasis urbano fue inaugurado en 1967 y, al parecer, se ha convertido en un remanso de paz al que la gente acude a comer, leer o simplemente pasar el rato a la sombra de sus árboles. El espacio no puede ser más sencillo pero cuenta con una serie de elementos que, en palabras de Burden, lo convierten en un polo de atracción: asientos y vegetación. Tan simple y a la vez tan difícil como eso. 


Calle-plaza Josefa Reina Puerto. Fuente imagen


En su reflexión, Burden da toda una lección a los responsables de los diseños de los espacios públicos que, supuestamente, debemos usar los ciudadanos. "¿Te gustaría ir a este lugar?" "¿Te invita a quedarte?" Burden lo tiene claro, hay que planificar los espacios como ciudadano, no desde un despacho. Viendo imágenes de Paley Park me ha venido a la mente un espacio de la ciudad de Sevilla que siempre me ha parecido una maravilla, la calle-plaza Josefa Reina Puerto, diseñada por la paisajista María Medina Muro (aquí tenéis una entrevista a esta fascinante mujer) e inaugurada en 1994. Este callejón que comunica la Plaza de la Magdalena con la calle San Eloy a través de un pasaje fue durante mucho tiempo un espacio baldío pero tras la intervención de Medina Muro se ha convertido en lo que describe Amanda Burden en el vídeo: un lugar al que la gente va, en el que la gente se sienta, un espacio amable y agradable. Y el diseño no puede ser más simple, dos parterres en los que se ubican dos filas de acacias negras que flanquean el corredor central. A cada lado una serie de bancos dispuestos a la sombra de los árboles. Todo parece estar medido en este espacio para convertirlo en un oasis. Son muchas las ocasiones en las que me he sentado en esos bancos y decenas las veces que he pasado por ese pasaje y siempre hay gente sentada en esos bancos, algo que no ocurre en la contigua Plaza de la Magdalena. La maestría con la que Medina Muro diseñó este pequeño espacio lo convierte en todo un símbolo, en un ejemplo de lo que debería ser el espacio público: sitios para sentarse y vegetación con sombra. Tan sencillo como eso y tan extremadamente complicado de hacer.


Marqués de Contadero, diseñado sin sombra alguna


Paley Park se inauguró en 1967, la calle-plaza Josefa Reina Puerto en 1994. Los años noventa nos dejaron otros espacios públicos en la ciudad relacionados con las reformas de la Expo: Plaza de Armas o Santa Justa son la antítesis a esos dos proyectos. Los primeros son un ejemplo de urbanismo pensado para la ciudadanía, los segundos han demostrado no ser apropiados para nuestro clima, sin embargo el modelo que se sigue repitiendo es el segundo, por extraño que parezca. Los ejemplos más recientes los tenemos en Marqués de Contadero y en la plaza delantera de la antigua estación de Cádiz. Marqués de Contadero se llevó por delante una intervención sumamente interesante para hacer un sinsentido insoportable y lo de la estación de Cádiz se vendió como ejemplo de ciudad verde cuando en realidad no deja de ser más de lo mismo pero con macetas que nadie riega y láminas de agua que nadie limpia. 


High Line Park de Nueva York. Fotografía de Javier Gallego


Burden termina su intervención hablando del High Line Park, esa maravilla del urbanismo que se ha convertido en uno de los símbolos de Nueva York y relata cómo tuvo que luchar durante nueve meses para evitar que los promotores urbanísticos llevasen a cabo su "desmontaje temporal" para poder desarrollar los suelos de Hudson Yards, el nuevo barrio de moda de Nueva York. Del mismo modo ha habido que frenar los planes que pedían eliminar la vegetación del High Line para instalar en su lugar comercios alegando que "generaría puestos de trabajo". 

Los espacios públicos definen a una ciudad y por ende a la sociedad que vive en ella. Son espacios vulnerables, sensibles, que pueden contribuir a mejorar la calidad de vida de toda una ciudad o convertirse en no lugares de los que huir. Viendo la charla de Amanda Burden tengo muy claro en qué momento estamos en Sevilla, la pregunta es ¿haremos algo para cambiar esa tendencia?

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