Resulta tremendamente frustrante ver cómo hay algunas cosas que no cambian por mucho que pase el tiempo. Hace tres meses denunciaba en el Blog que las fuentes de los Jardines de Murillo habían dejado de funcionar después de su recuperación. En 2018 se sometieron las cuatro fuentes de esta zona verde a una restauración que costó 48.000 euros. La obra terminó, los responsables municipales se hicieron la correspondiente fotografía para los medios y unas semanas después se cortó de nuevo el suministro de agua de las fuentes. Seis meses después siguen sin funcionar. Hemos vuelto a la casilla de salida pero con 48.000 euros menos. Y yo me pregunto, ¿tan difícil es hacer que funcione una fuente?
En estos meses las fuentes han funcionado de manera intermitente pero nunca las cuatro al mismo tiempo y no durante varios días seguidos. Ha habido días en las que funcionaba una fuente, otros días funcionaban dos, si tenías suerte podías encontrarte hasta tres funcionando, pero la dicha duraba poco. Ahora llevan ya varias semanas apagadas completamente. Lo realmente doloroso de todo este asunto es la falta de información. Una lástima que seamos incapaces de mantener en condiciones nuestras zonas verdes y sus elementos artísticos. Siempre se ha dicho que si quieres conocer una sociedad, visites sus jardines.
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