jueves, 29 de noviembre de 2018

Nueva desaparición patrimonial en Sevilla



En pleno 2018 podríamos pensar que el concepto 'patrimonio' goza de un carácter más o menos universal y objetivo pero día a día nos damos cuenta de que a pesar de todos los esfuerzos, el valor del patrimonio es algo completamente subjetivo. Lo que para unos es patrimonio para otros es algo que pasa de moda.

Mientras escribía el post sobre la renovación estética de la cerámica sevillana de los años cincuenta y sesenta del pasado siglo me llegó la noticia de la próxima desaparición de dos elementos cerámicos de gran relevancia. El cierre de la juguetería Cuevas, en la Plaza de San Francisco, no es solo un síntoma de la sociedad global en la que vivimos donde el comercio tradicional tiene cada vez menor presencia, sino del escaso valor que le damos al patrimonio. Ante el inminente cierre de la juguetería quiero poner hoy de relieve dos elementos decorativos que forman parte del local desde su inauguración en 1954. Se trata de dos pilares revestidos con paneles cerámicos realizados por Emilio García Ortiz. Para los que no conozcan la obra de García Ortiz, podríamos decir que es uno de los mejores artistas que han trabajado en Sevilla durante el siglo XX. Su apuesta por la renovación estética nos ha legado interesantísimas piezas en forma de paneles cerámicos, de madera, de piedra... pero también monumentos como los dedicados a Bartolomé de las Casas y Luis Montoto. 






Las piezas que están a punto de desaparecer forman parte de la primera etapa artística de este creador trianero al que poca importancia le estamos dando y que para cuando queramos dársela será demasiado tarde. El cierre de la juguetería Cuevas vendrá acompañado de un cambio de comercio y en el nuevo diseño del local estas columnas no tienen cabida. Al parecer una de las condiciones que ha puesto la familia propietaria del local para su alquiler es que las columnas no sean destruidas pero el nuevo inquilino ha optado por taparlas ya que "no casan" con la imagen que le quiere dar al local. Es una verdadera lástima que alguien considere que un elemento patrimonial "estorba", es un claro síntoma del escaso valor que le damos al patrimonio y de la hegemonía de las modas estéticas. Las columnas de García Ortiz tienen un valor añadido por su aportación a la estética sevillana del momento pero sobre todo por la relación que guardan sus motivos decorativos con la función del local al estar repletas de elementos relacionados con el deporte y los juguetes.




Podríamos consolarnos con que las columnas no van a ser eliminadas, sino cubiertas y que podrán ser recuperadas en un futuro pero, seamos realistas, ¿qué pasará cuando dentro de diez o quince años se lleve a cabo otra reforma en este local y nadie recuerde ya las columnas? Os digo lo que pasará entonces, desaparecerán y para cuando nos enteremos ya estarán en cualquier cuba. ¿Os imagináis tener un Velázquez y taparlo con una cortina? ¿No tiene sentido, verdad? El verdadero privilegio de este local no es tanto su ubicación, sino esas dos columnas, y sea cual sea el nuevo comercio que allí se instale lo normal sería integrar esos elementos característicos en el diseño. Contar con esas dos columnas de Emilio García Ortiz no es un problema, es un lujo. Lamentablemente pocos saben valorar estas oportunidades y por eso vemos como cada día, en cualquier reforma, se eliminan y tapan elementos que deberían ser realzados. Tenemos el perfecto ejemplo en el local de la calle Tetuán donde hasta hace unos años había una zapatería de Pilar Burgos con pinturas en el techo que tras su conversión en un comercio de telefonía fueron ¿tapadas? ¿eliminadas? para darle una imagen 'moderna' al local. ¿Alguien recuerda ya esas pinturas? El resultado es la eliminación de lo que realmente le daba personalidad a un espacio para crear otro que podría estar en Nueva York, Tokio, Sevilla o Sanlúcar de Barrameda.




Cuando pasen las Navidades estas columnas pasarán a mejor vida. Corred a verlas, a fotografiarlas, porque quién sabe si las podréis volver a ver. Sevilla comenzará 2019 con otra desaparición patrimonial y son ya tantas que hemos perdido la cuenta.


>> Más información sobre el tema en la web de la Asociación Niculoso Pisano

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