'Virgen de la faja', de Murillo. Hacia 1660 |
Murillo siempre ha sido uno de mis pintores preferidos. Saber conectar con el público cuatrocientos años después de tu muerte es algo que no puede hacer cualquier artista, y Murillo lo consigue. Desde que estudié la carrera he escuchado que Murillo es un pintor almibarado y excesivamente fácil, ideal para ilustrar cajitas de membrillo y estampas de comunión, pero yo nunca lo he visto de ese modo, sino como alguien capaz de crecer a lo largo de su carrera hasta alcanzar una cota de perfección que muchos artistas ansían y pocos consiguen. Murillo fue famoso en vida, lo fue tras su muerte y lo sigue siendo cuatrocientos años después. La exposición 'Murillo y su estela en Sevilla', comisariada por Benito Navarrete, se aleja de la imagen prototípica del pintor para indagar en la enorme influencia que tuvo hasta bien entrado el siglo XIX.
La exposición recién inaugurada en el antiguo convento de Santa Clara se divide en cinco ámbitos en los que se reflexiona en torno a cómo la huella de Murillo se puede rastrear no sólo en sus discípulos y coetáneos, sino en pintores de generaciones posteriores, en escultores como La Roldana y Pedro Duque Cornejo o incluso en el interés suscitado por coleccionistas y casas reales. No podemos olvidar que los franceses cuando llegaron a Sevilla con el libro de Ceán Bermudez en la mano iban buscando murillos por encima de otros artistas y el expolio cometido en nuestra ciudad fue un daño irreparable para nuestro patrimonio artístico. No fue el único, la reina Isabel de Farnesio quedó tan enamorada del pintor durante su estancia en Sevilla que llegó a reunir una treintena de piezas. El éxito de Murillo fue tal en el siglo XVIII que había artistas especializados en hacer copias de sus pinturas que pasaran por originales y en el siglo XIX una de sus Inmaculadas vendida en subasta en París alcanzó la cifra más alta hasta ese momento, lo que motivó que se siguieran encargando copias de sus célebres composiciones.
'Niños de la concha', de Murillo. Museo Nacional del Prado, hacia 1670 |
Murillo supo adaptarse al gusto y a las necesidades de la época que le tocó vivir. Sevilla era en el siglo XVII una de las principales ciudades de Europa, había dinero y muchos encargos artísticos, pero también tragedias como la gran epidemia de peste de 1649 que se llevó por delante a la mitad de la población, unas 60.000 personas. En ese momento se necesitaba un motivo de esperanza que Murillo supo plasmar en sus obras, dando a la divinidad un carácter terrenal. Sus vírgenes y santos se convierten en objetos de culto y devoción que miran a los ojos al devoto para ofrecerle consuelo y acompañarlo por este valle de lágrimas. Pintores coétaneos de Murillo como Juan Simón Gutiérrez, Francisco Meneses Osorio, Esteban Márquez o Cornelis Schut III no dudaron en seguir la senda abierta por el maestro, del mismo modo que lo hicieron pintores y escultores de la generación siguiente como Domingo Martínez, Duque Cornejo, Luisa Roldán o Alonso Miguel de Tovar, cuya copia de la Virgen de la Faja del Museo de Cádiz pasó durante mucho tiempo por original de Murillo e incluso supo adaptar las modelos murillescos a nuevas devociones como la Divina Pastora.
'Virgen con el Niño', de Murillo. Palazzo Pitti, hacia 1655 |
La exposición se ha organizado de forma que en cada ámbito nos encontramos con una obra de Murillo que nos permite comparar sus trazos, modelos y técnicas con el resto de piezas que la acompañan. La mera contemplación de maravillas como la 'Virgen de la faja', la 'Virgen con el Niño' del Palazzo Pitti o la 'Santa Rosa de Lima' del Lázaro Galdiano ya hacen imprescindible la visita a una de las exposiciones más interesantes de cuantas se han organizado en los últimos años en Sevilla. El otro día una amiga me comentaba que esta exposición era un regalo y como tal debemos disfrutarla. Además, la colaboración de Autismo Sevilla y la ONCE ha permitido que sea la primera exposición cien por cien accesible que organiza el Ayuntamiento. El Año Murillo no podía comenzar más fuerte.
>> Hasta el 8 de abril de 2018. De lunes a domingo de 10:00 a 20:00 horas. Precio 12 euros, gratuita para nacidos y residentes en Sevilla capital. Para concertar visitas guiadas puedes escribir a 'murillo@monto.es'
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5 comentarios:
Yo vi la exposición el miércoles y me gustó. Lo que no entiendo, y dejé escrito en el libro de sugerencias, es que muchos cuadros no tengan puesta fecha de realización, ni siquiera aproximada, lo que impide apreciar evoluciones.
Lo comenté allí y me dijeron que Navarrete pretendía que se realizara una visión diferente. Pero eso no quita para que se incluya como dato fundamental en la ficha del lienzo, como en cualquier exposición.
En fin, esperemos que Navarrete lo lea y rectifique.
Saludos,
Es curioso.. a mi padre, pintor sevillano, el cual como ud, estudio bellas artes en Sevilla, le decían lo mismo sobre Murillo en la escuela.
Cuando yo era joven, mi padre me llevaba a los museos y me hablaba de los artistas, y me decía que el Sr. Bartolome era un maestro de la luz sobre los tejidos.. algo que cualquiera puede apreciar en esta "virgen de la faja". También era su pintor sevillano preferido.
Un saludo
Comparto tu opinión, Luis. Yo también eché en falta la fecha de los cuadros, aunque el objetivo de la exposición no sea cronológico, es fundamental colocar en las cartelas la fecha de las obras para poder hacernos una idea de cuándo se realizaron y valorar la evolución del pintor o cuánto tiempo pasa entre un original y la copia o la obra influenciada por dicho original.
Estimado Juan, en realidad estudié Historia del Arte, pero es una idea de Murillo que ha estado muy extendida. Celebro que su padre lo iniciase en el maravilloso mundo del Arte.
¡Saludos!
Es una magnifica entrada. Ya tengo cita reservada para verla. Valorando a otros muchos grandes pintores, mi preferido es Murillo.
Enhorabuena, Sergio. Pasar por tus páginas es un placer y se aprende mucho.
Gracias.
Un abrazo.
Tengo que darte mi más entusiasta enhorabuena por cumplir tu fecundo 10º aniversario con tu blog. Lo hago aquí porque en la entrada en que compartes la noticia me es completamente imposible, no sé el porqué.
También agradecerte el arduo y hermoso trabajo que haces, felicidades, Sergio.
Un abrazo.
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