viernes, 3 de febrero de 2017

Un nuevo mercado Puerta de la Carne

Imagen presentada en su día del proyecto


Borrón y cuenta nueva. Literalmente. El pésimo estado de conservación del mercado de la Puerta de la Carne, unido al mal estado de los materiales empleados en su construcción, obligarán a demoler gran parte del edificio para reconstruirlo de nuevo de forma mimética. Un proyecto que sin duda generará una gran polémica en una ciudad que suele enterarse de las cosas cuando las obras están ya en marcha.

El delegado de Hábitat Urbano ha presentado esta mañana en la sede del Distrito Nervión el proyecto para el nuevo mercado de la Puerta de la Carne, edificio pionero en España por los materiales que se emplearon en su construcción y por ser uno de los primeros ejemplos de arquitectura racionalista a nivel nacional. El mercado, presentado en diciembre de 1926, fue construido entre 1927 y 1929 siguiendo el proyecto de los arquitectos Gabriel Lupiáñez Gely y Aurelio Gómez Millán. El uso de este tipo de arquitectura en plena efervescencia regionalista con motivo de la celebración de la Exposición Iberoamericana de 1929 fue toda una declaración de intenciones y demuestra la importancia de un edificio protegido con un grado de protección Tipo B e inscrito en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz.




La Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Sevilla ha aprobado esta misma mañana el proyecto, que cuenta con un presupuesto de 7'5 millones de euros y un plazo de ejecución de 18 meses. Las obras se dividirán en dos fases. En un primer momento se actuará sobre el volumen que rodea a la gran sala diáfana donde se situaban los puestos del mercado. Este 'zócalo' recuperará su aspecto original tras ser eliminados los añadidos de los años cuarenta. Una vez intervenida esta zona del edificio se procederá al desmontaje de la sala principal, que desaparecerá por completo para dejar paso a las excavaciones arqueológicas necesarias en un proyecto de esta envergadura. Cuando culminen las excavaciones se procederá a construir un amplio sótano de más de dos mil metros cuadrados sobre el que se sustentará de nuevo la enorme estructura de hormigón que cubre el espacio principal del antiguo mercado.

La eliminación de gran parte del edificio me genera muchísimas dudas. Durante la presentación, el arquitecto de la Gerencia de Urbanismo Javier Huesa ha explicado que el estado del hormigón empleado en los años veinte no cumple los estándares de calidad mínimos exigidos en la actualidad. Algunos pilares están en tan mal estado que se deshacen con el simple contacto de la mano. Las opciones para evitar el colapso del edificio eran dos, o construir una estructura metálica que actuara como gran andamio que evitara que el peso del edificio recayera sobre los pilares o bien derribar esta estructura para construirla de nuevo. Y es ahí donde surgen mis dudas, ¿se puede eliminar gran parte de un edificio protegido? La Comisión de Patrimonio y los informes del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico avalan la propuesta pero no puedo dejar de pensar en que una vez reconstruido, ¿tiene sentido que le demos el mismo valor a un edificio levantado en pleno 2017 imitando la estructura de hace noventa años? Pongo otro ejemplo, ante el mal estado de las Atarazanas, ¿sería lícito derribar sus arquerías medievales para construirlas de nuevo? Sinceramente, no tengo la respuesta y no puedo más que confiar en los estudios técnicos realizados por profesionales en la materia.

El mal estado de la estructura de hormigón hace inviable su recuperación


Una vez reconstruido el mercado, el edificio se dividirá en cuatro plantas en altura. En la planta sótano se dispondrán las instalaciones necesarias para el correcto funcionamiento del mercado además de un gran área de uso cultural de 935 metros cuadrados. Como ha recalcado Antonio Muñoz, delegado de Hábitat Urbano, este espacio es una de las grandes novedades del proyecto, pues en la idea presentada por el anterior mandato no existía una zona de uso estrictamente cultural. El nuevo diseño incluye una sala de exposiciones de 56 metros cuadrados y un espacio de usos múltiples de 500 metros cuadrados. A ambos se accederá por un gran vestíbulo comunicado con la planta superior por medio de varias escaleras y un ascensor. Esta zona cultural será explotada por la concesionaria si bien el Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla se reserva el uso de hasta un veinte por ciento del tiempo que esté abierto al público. Para Muñoz, la inclusión de un apéndice cultural en el proyecto supondrá un gran revulsivo para la zona que se sumará al uso cultural ideado para la Fábrica de Artillería y la antigua Estación de Cádiz (¿?), convirtiéndose esta zona de la ciudad en un potente atractivo para sevillanos y turistas (no podían faltar).

El resto de plantas se dividen de la siguiente manera. En la planta principal se ubicará un mercado gourmet cuyos puestos se colocarán perimetralmente, dejando el gran espacio abovedado como zona diáfana. En la segunda planta estará la zona de restauración y comercial, y por último se tendrá acceso a las terrazas del edificio como mirador. La concesionaria, una UTE formada por cuatro empresas, podrá disfrutar del edificio durante 35 años pagando un canon anual al Ayuntamiento de 180.000 euros.

El Gobierno de Juan Espadas se marca otro tanto a su política de desbloqueo de proyectos heredados de la anterior corporación. Finalmente Sevilla contará con un nuevo mercado gourmet, un proyecto muy alejado de aquel Pompidou sevillano que prometió Juan Ignacio Zoido en campaña. Sin duda el efecto revitalizador está garantizado y esperemos que esa zona cultural tan pregonada sea realmente un espacio abierto a todo tipo de convocatorias culturales y no se convierta en algo residual dentro del proyecto comercial. Si los plazos se cumplen, estaremos ante el primer proyecto inaugurado por la nueva corporación municipal que surja de las urnas en mayo de 2019. 

1 comentario:

Mª Ángeles Cantalapiedra dijo...

Bueno,lo primero que he hecho ha sido ir a buscar su ubicación pues solo soy sevillana de corazon y aunque me conozco Sevilla bastante, hay muchísimas cosas que se me escapan...Recuperar espacios perdidos emblemáticos siempre es un punto. Lo de los mercados gourmet están muy de moda y si hay un espacio para la cultura se garantiza sin duda su subsistencia. Buen finde!!!