Cuando ves que pasan los meses, los años, los proyectos se eternizan y surgen problemas y más problemas, te haces a la idea de que en Sevilla hay una serie de edificios que van a estar en barbecho para el resto de la eternidad. Quizá por eso cuando ayer se presentó el inicio de las obras de rehabilitación y recuperación de la antigua estación de trenes de San Bernardo, en mi cabeza sobrevolaba la idea de '¿será la definitiva?'.
Desde 1999 llevan los placeros del antiguo Mercado de la Puerta de la Carne en una situación provisional en la marquesina de la antigua estación. Diecisiete años no son nada si lo comparamos con los treinta que estuvo el Mercado de la Encarnación en una sede 'temporal' pero desde luego para los comerciantes que trabajan allí a diario, así como para los clientes y en general para toda la ciudad, que un proyecto se alargue tanto en el tiempo es una auténtica tortura.
Recreación de la nueva plaza frente a la antigua estación |
Al final ha tenido que ser la iniciativa privada la que saque adelante un proyecto que se ha presentado una y otra vez sin que realmente se haya movido un solo ladrillo hasta hoy. Si los plazos se cumplen, dentro de dieciocho meses la estación de Cádiz debería estar completamente rehabilitada y con sus nuevos usos en funcionamiento. ¿Y qué se va a hacer con este edificio y su entorno? En los próximo ocho meses se llevará a cabo la primera fase del proyecto que consiste en la construcción de un aparcamiento subterráneo con 105 plazas delante de la estación. Posteriormente se reurbanizará este espacio que pasará a ser una plaza pública y al mismo tiempo se construirá el mercado de abastos en el edificio de piedra y ladrillo de la estación. Una vez acabadas estas obras y trasladados los veintinueve puestos se acometerá la obra del centro deportivo que se ubicará en la antigua zona de andenes, bajo la marquesina de hierro y cristal.
Pérgola de la nueva plaza donde se ubicarán quioscos con veladores |
La antigua estación de San Bernardo, conocida popularmente como 'de Cádiz' es un edificio clasicista construido en 1902 por la Compañía de Ferrocarriles Andaluces según proyecto del ingeniero Agustín Juberd. Este equipamiento nació en clara competencia con la otra gran estación de la ciudad, la de Plaza de Armas (o de Córdoba), inaugurada apenas un año antes por la Compañía MZA. Tras la construcción de la nueva estación de Santa Justa y el apeadero de San Bernardo con motivo de la Exposición Universal de 1992, el edificio quedó en desuso hasta que fue ocupado por el mercado ante la ruina del edificio racionalista de la Puerta de la Carne. Personalmente siempre he pensado que lo ideal hubiera sido restaurar el antiguo mercado y que los placeros hubiesen vuelto a su lugar original ya que no hay nada más apropiado para un edificio que mantener el uso para el que fue construido, pero los placeros han valorado la idoneidad de quedarse en la antigua estación y el Ayuntamiento ha necesitado casi veinte años para materializar el proyecto.
Recreación del futuro mercado de abastos |
El nuevo mercado se ubicará en el edificio de la estación. Serán 2.700 metros cuadrados que ocuparán toda la planta inferior con un moderno diseño que facilitará el trabajo de los comerciantes y la visita de los clientes. El centro deportivo se construirá bajo la marquesina, cuya cubierta será desmontada y restaurada, acogiendo una piscina de veinticinco metros, un SPA, cinco salas de actividades, cafetería, ludoteca y una sala de máquinas de mil metros cuadrados. Enjoy Wellness será la empresa que gestione un centro deportivo que, en palabras del responsable de la empresa, será el mayor de Andalucía bajo techo. La inversión prevista alcanza los diez millones de euros de los cuales siete vienen vía Europa a través de fondos estructurales (que habrá que devolver con intereses).
Cuando concluyan las obras (presumiblemente en verano de 2018) la ciudad recuperará uno de sus edificios más emblemáticos y ganará un espacio público en su parte delantera. Curiosamente el lugar donde se va a construir el aparcamiento estuvo planteado como una de las estaciones del Metro de los años setenta. Se trataba de la más profunda y a día de hoy aún se conservan los túneles que van hacia la Buhaira y Nervión. Cuando se planteó aquella estación se hizo para comunicar la estación de trenes, resulta interesante plantearse cómo cambian las ciudades en tan poco tiempo.
El diseño de esta zona pública ha sido alabado tanto por los responsables del proyecto como por el alcalde, al incluir láminas de agua, una pérgola y parterres ajardinados "ante la imposibilidad de plantar árboles por tener debajo un aparcamiento subterráneo". Si bien esto último es bastante discutible (Plaza de Cuba tiene un aparcamiento y árboles) al menos se ha tenido en cuenta un diseño para evitar desmanes como el de Plaza de Armas o la plaza Rafael Salgado en Bami. Habrá que esperar para ver si el resultado es satisfactorio o no. Con esta intervención se pone en carga un edificio histórico, se soluciona un problema enquistado desde hace años y se gana un nuevo espacio público. Personalmente hubiera preferido un uso cultural para este edificio, claro está, pero tampoco quiero decirlo muy alto. Nos conformaremos con el desbloqueo del proyecto.
1 comentario:
Sinceramente, me genera muchas dudas... Un espacio público sólo en parte, un uso completamente diferente del original, mucha alharaca arquitectónica de nuevo cuño en un edificio clasicista en su morfología, una segmentación nueva de un espacio diáfano, una marquesina que se desmonta y se vuelve a montar -¿no se puede restaurar in situ?- y unas pérgolas asépticas y sin gracia de ninguna clase delante de tamaña fachada. En fin, a ver en qué queda todo esto.
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