Plaza de Armas y la visión utópica de un loco soñador

En este último post antes del descanso estival he querido compartir con vosotros una idea tan fantasiosa como desproporcionada. No es más que una utopía y como tal me gustaría que os la tomarais.

Desde hace unos años he visto cómo el centro comercial Plaza de Armas, antigua estación de Córdoba, iba decayendo, con un cada vez menor número de establecimientos comerciales en su interior. Quizás por su cercanía al propio centro histórico o por su relativa lejanía del mismo, este centro comercial nunca terminó de despegar. La próxima mudanza de la cadena de supermercados Mercadona a un edificio de nueva construcción no sólo vaciará aún más el centro comercial, sino que eliminará de un plumazo una gran cantidad de potenciales clientes. 

Si bien la zona de hostelería y los cines parecen seguir funcionando con normalidad, me pregunto cuánto tiempo pasará hasta que los responsables del centro comercial decidan darle un giro radical para hacer más rentable lo que no deja de ser un espacio comercial. Por lo leído en prensa, parece que la cadena de moda Primark habría mostrado su interés por el edificio con la condición de que quedase en exclusiva para la tienda de ropa. 

Ante la imagen de "vaciar" el edificio de su uso comercial me puse a pensar en qué posibilidades tendría la antigua estación de Córdoba y qué podría aportar a la ciudad. Por deformación profesional, y ante la locura que permite la imaginación, me vino rápidamente a la mente la idea de convertir Plaza de Armas en una gran biblioteca al estilo de las que tienen las grandes ciudades, esas bibliotecas nacionales que aglutinan el saber y en las que es imposible no caer rendido ante su belleza. Pienso en la Biblioteca Nacional de Francia, la del Congreso de los Estados Unidos o la Pública de Nueva York. Aunque si os soy sincero, la que tenía más en mente era la francesa con sus espectaculares salas de consulta y miles y miles de libros dispuestos en centenares de anaqueles. Echadle imaginación y pensad en entrar en Plaza de Armas y encontrar decenas de estanterías cubiertas de libros en los laterales, con su doble piso en altura y todo el espacio central destinado a sala de consulta con sus mesas para poder perder la noción del tiempo entre libros. Sería la biblioteca central de Sevilla y sin duda una de las más grandes y espectaculares de España. Y encima el edificio permitiría otros usos como archivo, salas de exposiciones, espacios para conferencias...

Siempre me ha causado bastante curiosidad que en Sevilla no contemos con grandes instituciones culturales instaladas en grandes edificios al estilo de otras ciudades. Quizás la excepción sean el Museo Arqueológico y el de Costumbres Populares, que ocupan dos grandes edificios creados con un uso museístico, pero nuestras bibliotecas, academias, archivos o universidades reutilizan edificios creados para otros usos, lo cual si bien repercute en su conservación, nos muestra el relativo interés que ha tenido la ciudad hacia la Cultura durante su historia. El Archivo de Indias, la Universidad de Sevilla, la Real Academia de Bellas Artes, el Museo de Bellas Artes... todos reutilizan edificios que dejaron atrás su uso primitivo para dar paso a uno diferente. 

Sala Labrouste de la Biblioteca Nacional de Francia. Imagen de Traveler

Por supuesto no deja de ser una idea utópica pero, si somos capaces de vaciar un edificio así para instalar un supermercado, ¿por qué lo descabellado es que sea ocupado por una biblioteca?

Disfrutad del verano y nos leemos pronto con nuevos artículos y, sobre todo, más actualidad de nuestra ciudad.