sábado, 18 de junio de 2016

El Mercado del Arenal recupera sus colores originales



Juan Talavera y Heredia (1880-1960) ha pasado a la historia por edificios como el de Telefónica (Plaza Nueva) o la Casa Ocaña (calle Tetuán esquina Rioja) pero lo cierto es que su dilatada carrera lo ha convertido en uno de los principales protagonistas del Regionalismo sevillano. Si en su primera etapa su neobarroco de gran fuerza decorativa se oponía al clasicismo de Aníbal González, el paso del tiempo le permitió evolucionar hacia una mayor claridad compositiva gracias a su estudio de la arquitectura rural andaluza.




El Mercado del Arenal, culminado en 1947, es un ejemplo de cómo Talavera fue limpiando su arquitectura de todo elemento superfluo sin abandonar determinadas características propias de la arquitectura rural y monumental sevillana. Los paramentos blancos con la decoración resaltada en color albero, la presencia de galerías porticadas para proteger del sol, las columnas toscanas rematadas por cimacios que recogen arcos de medio punto o la presencia de torreones y miradores, son elementos que podemos rastrear en la arquitectura andaluza secular.


Galerías porticadas sin las rejas que cerraban los soportales

El Mercado de Entradores se construyó con una doble función, servir como lugar de distribución de verduras y frutas para toda la ciudad y como viviendas para funcionarios municipales. El edificio ocupa una manzana entera del barrio del Arenal donde antiguamente estuvo el Convento del Pópulo, posterior cárcel, como recuerdan algunos azulejos colocados en las fachadas.


Forja en los ventanales hacia la calle Genil

El interior del edificio se distribuye en largas naves paralelas cubiertas con bóvedas de cañón cuyos tramos están divididos por gruesos arcos de medio punto. Una serie de vidrieras dan luz al que fue diseñado como uno de los mercados más modernos de la ciudad y que tuvo un gran trasiego hasta la apertura de Mercasevilla, cuando comienza a decaer la actividad comercial en el mismo. Los últimos años del Mercado del Arenal se han caracterizado por un intento por revitalizarlo, si bien el aspecto exterior del mismo no era el más adecuado.


Los zaguanes de las viviendas conservan la azulejería original

Con la actual remodelación a la que está siendo sometido, el edificio no sólo ha recuperado sus colores iniciales, sino que se ha devuelto a la ciudad un espacio que pasaba bastante desapercibido a pesar de su monumentalidad y belleza. Hace unos años el Ayuntamiento intentó vender parte del edificio para obtener ingresos, una venta que quedó desierta y que finalmente terminó en un compromiso por parte municipal de rehabilitar el edificio, un buen ejemplo de transición entre el Regionalismo de los años 10-20 y 30 hacia el Racionalismo de los años 50 y 60.


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