viernes, 8 de abril de 2016

San Antonio Abad cierra al culto por restauración de sus pinturas murales

Crucero de la iglesia de San Antonio Abad


La Hermandad del Silencio procederá en los próximos días al cierre al culto de su sede canónica, la iglesia de San Antonio Abad. El motivo del cierre, que se alargará durante unos cinco meses, es la ejecución de la cuarta y última fase de restauración de las pinturas murales de la bóveda.


Crucero y Presbiterio de San Antonio Abad


La iglesia de San Antonio Abad se remonta al siglo XVIII, cuando fue construida según proyecto de obras del Maestro Mayor del Arzobispado Diego Antonio Díaz, entre 1724 y 1730. El templo formaba parte del desaparecido hospital de San Antonio Abad. El rico repertorio decorativo pictórico que cubría la nave principal (el templo consta en la actualidad de dos naves), fue completamente cubierto por una capa de cal en el siglo XIX que impedía su visualización. Las recientes obras de consolidación en el templo permitieron realizar algunas catas que dejaron a la vista el rico programa pictórico oculto durante más de un siglo. En 2012 se llevó a cabo la primera fase de recuperación de estas pinturas al temple, atribuidas a Juan de Espinal y fechadas a mediados del siglo XVIII. 

La primera fase de recuperación de las pinturas se centró en el crucero de la iglesia mientras que en la segunda fase, realizada en 2013, se procedió a rescatar los tramos del Presbiterio y el coro, quedando únicamente un par de tramos de la bóveda por restaurar. La intervención ha contemplado la eliminación de la capa de cal que las cubría, el sellado de grietas y fisuras, la consolidación de la capa cromática, la limpieza de la superficie pictórica y la reintegración de lagunas para dotar al templo de un significado iconográfico completo.

Coro alto de San Antonio Abad

Con esta última fase, el templo de San Antonio Abad recupera en gran parte la imagen que mostró en sus primeras décadas y añade un nuevo atractivo patrimonial a la ciudad. Por fortuna la recuperación pictórica de nuestros edificios es una tónica cada vez más extendida en Sevilla y lejos quedan aquellos tiempos en los que se picaban los muros para dejar el material constructivo a la vista (caso de la iglesia de Santa Ana). San Antonio Abad, junto con la capilla del Dulce Nombre, San Pedro de Alcántara y la iglesia de Santa María la Blanca serán, una vez concluidas las obras en el primero, cuatro templos que mostrarán la riqueza cromática de una ciudad que proyectó en los muros de sus edificios lo mejor de sí misma. Ojalá estas obras de restauración sirvan para animar a la recuperación de otros ciclos pictóricos espectaculares como el de la iglesia de la Magdalena.


>> Gracias a Manuel por el aviso.

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