lunes, 22 de febrero de 2016

Los números de la Cultura en Sevilla

Sala V del Museo de Bellas Artes de Sevilla


A los seres humanos, o al menos a los españoles, nos encanta un dato. A diario vemos en periódicos, telediarios y redes sociales una gran cantidad de gráficas y datos comparativos de mil y un temas que son utilizados de manera radicalmente distinta en función de quién los use. 

En materia cultural hay un dato que predomina por encima de todos los indicadores: el número de visitantes. El éxito de una exposición se mide en función del número de visitantes que pasen por ella, del mismo modo que los objetivos de los museos se suelen establecer también en número de visitantes a corto o medio plazo. La realidad es que los datos no dejan de ser datos, pero pueden orientarnos y aportar muchísima información sobre las políticas culturales que llevamos a cabo.


La semana pasada se publicaron las estadísticas de visitantes de los principales museos y monumentos sevillanos. La tónica general es al alza, pero si analizamos los diferentes espacios podremos sacar muchas conclusiones en función de los visitantes registrados en los últimos años. O de la falta de datos en otros espacios.

Instalación 'Cuarto de Juegos' de Martín Freire en el CAAC


Empezaremos por los museos que dependen de la Junta de Andalucía. El espacio que más visitantes recibió en 2015 fue el Museo de Bellas Artes, que con sus 181.399 visitas se coloca por delante del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, que cerró el pasado ejercicio con 175.477 visitantes. Muy por detrás están el Museo Arqueológico con 67.489 visitas y el Museo de Artes y Costumbres Populares, con 66.029 visitantes. Si escudriñamos un poco más los datos obtendremos una interesante información acerca del funcionamiento de cada uno de estos espacios. Llama poderosamente la atención que de los 175.477 visitantes del CAAC, 144.543 sean locales, que sumados a los 6.247 visitantes del resto de Andalucía alcanzan el 96% de las visitas totales. Los visitantes del resto de España, europeos y extracomunitarios apenas llegan a los 25.000, una cifra muy reducida que se explica con la apuesta que el CAAC está haciendo por eventos como los ciclos de conciertos que se celebran en diferentes épocas del año. Es evidente que hace falta una mayor internacionalización del Museo de la Cartuja y habría que ver cuántas de las visitas locales han pasado realmente por las exposiciones y cuántos únicamente fueron a conciertos y actividades paralelas.

En el caso del Bellas Artes hay un mayor equilibrio entre el público local (72.113) y extranjero (74.151) a los que habría que sumar el público del resto de Andalucía y España. Si bien 181.399 visitantes son muchos visitantes, la cifra es la más baja de los últimos diez años, período en el que se han llegado a alcanzar las 362.951 visitas del año 2008. Los otros dos museos, Arqueológico y Costumbres Populares se mantienen en unas cifras similares a las de años anteriores, lo que da una idea del poco movimiento existente en ambos centros, con unos datos muy por debajo de sus posibilidades y que incluso sorprenden en el caso del Costumbres Populares teniendo en cuenta que gran parte del Museo está cerrado desde hace años. 

Estanque de Mercurio en el Real Alcázar


Dejando de lado los centros dependientes de la Consejería de Cultura, si atendemos al último informe presentado por el Consorcio de Turismo sobre datos turísticos, podemos analizar el número de visitantes de otros museos y monumentos sevillanos. Catedral y Real Alcázar, con sus 1.581.238 y 1.520.322 visitantes respectivamente, juegan en otra división, llegando en ocasiones al colapso como se puede comprobar a menudo cuando las colas para acceder a ambos monumentos se extienden por la Plaza del Triunfo. Comparar estos datos con los del Museo Arqueológico, por ejemplo, sería absurdo, pero a nadie debería escapársele que si por la Catedral pasan un millón y medio de personas al año pagando 9 euros, que el Arqueológico no llegue ni a los 70.000 visitantes siendo gratuito es para plantearse muchísimas cosas.

El informe municipal continúa detallando las visitas de otros museos y monumentos como el Museo Taurino, que a pesar de no dar los datos de 2015 sí ofrece los de 2014 (234.765 visitas), el Hospital de la Caridad (22.566 visitantes en 2015), Palacio de Lebrija (30.297), Museo Naval de la Torre del Oro (142.938), Museo de Carruajes (7.200), Casa de Pilatos (155.808) y por último dos de especial relevancia por cuanto dependen del propio Consorcio de Turismo, el Centro Temático del Costurero de la Reina (42.479) y Castillo de San Jorge (27.776). Si espectaculares me parecen los datos de Casa de Pilatos y, sobre todo, de la Torre del Oro, más me sorprenden los datos del Costurero de la Reina y el Castillo de San Jorge. Para empezar, hablar de 'Centro Temático del Costurero de la Reina' resulta engañoso por cuanto este edificio funciona como Oficina de Turismo, y por lo tanto dar a conocer datos de 'visitantes' puede llevar a equívoco. Por otro lado, que el Castillo de San Jorge consiga casi 28.000 visitas es todo un logro, teniendo en cuenta el abandono al que está sometido este espacio desde hace años. Sobre el Antiquarium, el Centro del Mudéjar, el Espacio Santa Clara o el Centro de la Cerámica, no se dan datos a pesar de depender de la misma administración que el Consorcio de Turismo, lo cual ya dice mucho sobre la importancia que se le da a estos espacios.

Restos romanos del siglo IV en Antiquarium


Con los datos en la mano podemos sacar varias conclusiones. Turísticamente los datos son estupendos, pero culturalmente, dejan bastante que desear. Que Catedral y Alcázar superen el millón y medio de visitantes muestra, una vez más, que el visitante que llega a Sevilla viene atraído por sus principales monumentos, realiza una estancia corta y ve "lo que hay que ver", no profundiza más allá de lo que aparece en la primera página de su guía de viajes. Desde el Ayuntamiento llevan años gastando cantidades ingentes de dinero en una promoción turística que, a la vista está, no está dando los resultados adecuados. Se llenarán los hoteles, se llenarán los veladores y se llenarán la Catedral y el Alcázar, pero la Sevilla cultural no nota ese aumento de visitantes. Se puede trazar una gran línea que divida lo que visitan los turistas y lo que visitan los sevillanos. Los grandes números corresponden a aquellos monumentos por todos conocidos, unos monumentos que, dicho sea de paso, cada vez son más ajenos a los propios sevillanos porque resulta incómodo visitarlos. Con la única excepción del CAAC y su fuerte apuesta por el público local, a tenor de los datos que tenemos, podemos decir que las políticas culturales en la ciudad no están funcionando todo lo bien que deberían. Que un espacio como el Castillo de San Jorge reciba al año 6.201 visitas locales es ridículo, sobre todo porque muchas de esas visitas seguramente se deben a la Noche en Blanco.

Patio principal de la Casa de Pilatos


¿Qué se podría hacer para mejorar esta situación? Para empezar el Ayuntamiento debería plantearse seriamente de una vez por todas mejorar la gestión de sus espacios culturales. Hace falta un equipo de profesionales que vele por el correcto funcionamiento de los espacios que dependen del Ayuntamiento, hace falta una mayor proyección de los mismos, una actualización de sus servicios, una programación cultural acorde, una presencia en redes sociales e Internet, una mayor colaboración con otras instituciones y entidades, etc. Lo he dicho en más de una ocasión, los espacios culturales deben ser atractivos primero para los propios ciudadanos, ya que son ellos quienes los mantienen con sus impuestos, y luego para nuestros visitantes. En segundo lugar, si realmente queremos ser una ciudad cultural y patrimonial, debemos cambiar la forma de vendernos al exterior. Más allá de ofrecer eventos en Plaza de España, tenemos que empezar a creer que somos una capital cultural y para eso nuestras instituciones culturales deben funcionar mejor. Como en los datos del empleo, lo que para unos son unos datos magníficos, para otros no dejan de ser el reflejo de un modelo de ciudad agotado y caduco. El binomio turismo-cultura, en Sevilla, se queda corto de lo segundo. En otras ciudades, al calor del turismo, florece la cultura, pero aquí estamos lejos de conseguirlo, al menos en cuanto a espacios culturales se refiere.

1 comentario:

Noemí dijo...

Estoy totalmente de acuerdo Sergio en tus comentarios. Buscando datos sobre turismo cultural en España, resulta que la segunda pinacoteca del país, el Museo de Bellas Artes de Sevilla, en las distintas webs de Internet no figura entre los museos más importantes de España donde sí se sitúan otros museos en los que el marketing y las campañas promocionales son más importantes que el contenido que alojan. Es una pena y me deja realmente sorprendida.
Un saludo y gracias por la información.