Bartolomé E. Murillo, 'San Pedro penitente' (ca.1675). Imagen del Museo del Prado |
La llegada del cuadro de Bartolomé Esteban Murillo 'San Pedro penitente' a Sevilla supone un acontecimiento de primera magnitud para la ciudad que ha pasado bastante desapercibido. La compra de este lienzo, fechado hacia 1675, por parte de la Fundación Focus Abengoa viene a reparar, en parte, el expolio que sufrió la ciudad durante la ocupación francesa cuando cientos de cuadros y esculturas de los mejores artistas que habían trabajado en Sevilla fueron robados por el Mariscal Soult y sus tropas. De todas esas obras de arte, muy pocas han regresado, y es por eso que la exposición de este bellísimo lienzo de nuevo en el edificio para el que fue realizado tenga un significado muy especial que debería haber contado con mayores honores.
La historia del San Pedro penitente se remonta a los años de amistad entre Murillo y el canónigo de la Catedral Justino de Neve, que probablemente encargó personalmente el cuadro. Murillo tomó como referencia una estampa de José de Ribera fechada en 1621 aunque suavizando las formas y evitando los contrastes dramáticos, como recoge la web de Focus. Tras la muerte del canónigo el cuadro pasó al Hospital de los Venerables, fundado por él mismo, aunque no ocupó el espacio deseado por Justino de Neve, la enfermería, sino que se colgó en la iglesia, donde también estuvo en su momento la bellísima Inmculada que actualmente está en el Museo del Prado y que también fue robada por Soult.
El lienzo, que llevaba más de un siglo en una colección particular, formó parte de la exposición temporal que hace unos años organizaron Focus, El Prado y la Dulwich Picture Gallery y que giró en torno a la relación entre Murillo y Justino de Neve. Una vez formalizada la compra por parte de Abengoa, el cuadro pasó por los talleres del Prado para su restauración, recuperando la fuerza expresiva que le imprimió Murillo hace tres siglos. 'San Pedro penitente' forma parte, desde ayer, de la colección permanente del Centro Velázquez, un espacio que se va quedando cada vez más pequeño y que reúne una serie de obras que lo hacen imprescindible para cualquier amante del arte: tres cuadros de Velázquez, dos de Murillo, dos Zurbarán, dos Pacheco, un Herrera el Viejo, dos esculturas de Montañés, la Sagrada Familia de Cavarozzi, así como dos vistas de Sevilla y un retrato de Montañés firmado por Francisco Varela. La pequeña joya que tenemos en el Hospital de los Venerables (continente y contenido) tiene un valor único que lamentablemente no sabemos valorar. Tal y como está la situación de Abengoa, ojalá no tengamos que lamentar el cierre o desaparición de este espacio porque sería un severo varapalo para la ciudad.
4 comentarios:
¡Ya era hora! Eres portador de una buenísima noticia, gracias, Sergio. PEro no sé cómo dialogan los responsables de nuestro Patrimonio que pese a siglos, no nos han sido devueltos de donde las robaron, eso no es ni ético ni legal, que aún estemos así.
Un abracete.
Una gran noticia sin duda, pero no entiendo por qué no se ha colocado el cuadro en su marco y retablo original que se conserva en la iglesia. Ninguna sala de museo es comparable a una iglesia. A veces, con la excusa de la conservación, se toman decisiones incomprensibles, como si no pudiera conservarse el cuadro en perfectas condiciones en su retablo.... en fin, un gran error.
Un saludo!
Si no recuerdo mal, en el marco del cuadro hay otro cuadro ahora, por lo que habría que quitarlo para reponer el San Pedro. Aún así, creo que el cuadro gana mucho más expuesto en la sala donde está que en la iglesia. La idea de que regrese a su lugar original es muy romántica, pero creo recordar que el edificio está cedido a Focus Abengoa, no es de su propiedad, por lo que si en algún momento se marcha, se llevaría la colección y por lo tanto se volvería a quitar el cuadro de la iglesia.
¡Saludos!
Bienvenido a CASA.
Como Sevillano, me alegra saberlo.
GrCIas Sergio.
manolo
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