La consejera de Cultura ha presentado esta mañana en la sede del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico la restauración del conjunto de pinturas que componen el techo de uno de los salones del Palacio de Monsalves. Se trata de 21 lienzos pintados al óleo en 1601 para la casa del poeta Juan de Arguijo, que estaba ubicada en el solar donde hoy en día se encuentra la Sala Joaquín Turina, en la calle Laraña. Tras la venta de los bienes que componían la Casa, las pinturas fueron compradas por los marqueses de La Granja, que las recolocaron en su palacio en el salón de baile. No será hasta 1860 cuando se instalen en su actual ubicación en el Palacio de Monsalves. La reforma llevada a cabo por Aníbal González en el edificio a principios del siglo XX respetó las pinturas, que históricamente han sido atribuidas a Alonso Vázquez, y que son uno de los escasos ejemplos de techos pintados que se conservan en Sevilla.
La intervención realizada por un equipo multidisciplinar en el que han participado restauradores, historiadores, fotógrafos y químicos, comenzó en mayo de 2013. La Junta de Andalucía, propietaria del palacio de Monsalves desde los años 90, encomendó al IAPH la recuperación de estas pinturas, que si bien se encontraban en un estado aceptable de conservación, su integridad peligraba por el soporte que las unía al techo. Tras su restauración, y a la espera de la rehabilitación de Monsalves, las pinturas se instalarán en el Museo de Bellas Artes, cuyos responsables se encuentran en estos momentos estudiando la sala donde se exhibirán al público y el montaje que requerirá (hay que estudiar si se colocan en un techo o en la pared). Para dar a conocer tanto el proceso de restauración como la figura de Juan de Arguijo y su entorno, la Consejería de Cultura ha firmado un convenio con la Universidad de Sevilla para llevar a cabo una exposición virtual donde se detallará la importancia de las reuniones humanísticas de la Sevilla renacentista y barroca, salones en los que se reunían las mentes más ilustradas de la ciudad y que dieron lugar a obras de arte como este techo en cuestión o el realizado por Francisco Pacheco para la Casa de Pilatos.
Las pinturas, realizadas al óleo y no al temple como se creía hasta ahora, están atribuidas a Alonso Vázquez, discípulo de Pablo de Céspedes. El motivo central de la composición es la Asamblea de los dioses, donde aparecen los principales dioses olímpicos presididos por Júpiter y su esposa Juno. En los cuatro extremos del techo aparecen diferentes motivos mitológicos (el rapto de Ganímedes y la caída de Faetón) y alegóricos (la Justicia y la Furia o la Envidia). Cierran el conjunto una serie de guirnaldas y cenefas que recuerdan mucho a algunas obras de Céspedes (como las realizadas para la Catedral de Sevilla), el escudo de la familia Arguijo y una cartela con la fecha de realización y la dedicatoria de las pinturas al Genio y las Musas.
La consejera ha aprovechado la presentación de la restauración para reclamar al Gobierno central que se lleven a cabo de una vez las obras necesarias para poder ampliar el Museo de Bellas Artes, que tendrá una segunda sede en Monsalves, y reformar el edificio actual. Para la consejera, el Museo debe alcanzar la dimensión internacional que merece y si bien lleva toda la razón a la hora de exigir inversiones estatales, tampoco estaría mal que la Junta de Andalucía mejore sus competencias, ya que no hay que olvidar que el Bellas Artes lo gestiona la Consejería de Cultura. Hace falta una remodelación y ampliación, sí, pero también una mejora en la gestión, un presupuesto propio, actividades, mayor difusión o incluso una página web más atractiva, aspectos todos ellos responsabilidad de la Junta de Andalucía. El Bellas Artes merece más mimo, pero el problema es mucho más profundo que una hipotética ampliación. ¿O la culpa de la continua caída de visitantes al Museo la tiene el Gobierno central?
Más información sobre la iconografía de las pinturas en la web específica realizada por el IAPH (enlace)
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