El continuo bombardeo de los derechos sociales en España va camino de dejar un país completamente diferente al existente antes de la crisis. Los recortes y las reformas han sido el pan nuestro de cada día desde hace años, mermando la economía de las familias y nuestra competitividad frente al mundo. La última ocurrencia del Gobierno ha sido la aprobación, vía Decreto, de la reducción de los estudios universitarios a tres años a los que habría que sumar otros dos de máster. El ministro del ramo defendía que esta medida supondría un ahorro a las familias españolas de 150 millones de euros en costes de matrícula al tiempo que permitiría al estudiante incorporarse antes al mercado laboral.
Lo que se esconde tras esta medida no es más que un nuevo ataque a la Educación disfrazado de medida positiva que sólo beneficiará a aquellos que menos han padecido la crisis. La continua subida de las tasas en las universidades públicas españolas unido al recorte en el número de becas concedidas ya ha expulsado de las aulas a un buen número de estudiantes que simplemente no pueden pagar unos estudios que, en teoría, son públicos. En España la matrícula ya supera los 1.000 euros. ¿Puede estudiar quién quiera? Es evidente que no. La reducción a tres años de los estudios supondrá un ahorro, efectivamente, pero también una reducción de la calidad de la enseñanza. Alemania demanda ingenieros españoles, Reino Unido o Francia personal sanitario, la enseñanza española es de una gran calidad y está por encima de la de otros países europeos, ¿merece la pena destruir algo tan positivo? Nuestro gobierno está decidido a hacer de España la China de Europa, donde la mano de obra sea tan barata que a los países del Norte les resulte más competitivo contratar a españoles desesperados que a sus propios ciudadanos.
El argumento de que los estudiantes podrán acceder antes al mercado laboral se cae también por su propio peso ya que tenemos la tasa de desempleo juvenil más alta de Europa, superando el 50%. El graduado que salga de la Universidad con una carrera de tres años deberá competir no sólo con compañeros que hayan tenido el privilegio de estudiar un máster, sino con los cientos de miles de licenciados que tuvieron la suerte de poder estudiar la misma carrera en 4 o 5 años. ¿De verdad va a poder acceder al mercado laboral un estudiante con 3 años de carrera? ¿A qué mercado laboral? ¿Dependiente de gran superficie comercial? Por mucho que le cueste de entender a nuestro Gobierno, millones de españoles no pueden costearse unos estudios que son de los más caros de Europa y menos cuando la tasa de desempleo está tan alta, lo que impide que puedas trabajar al mismo tiempo que llevas a cabo tus estudios. La nueva ocurrencia del Gobierno no es más que una gota más en un vaso que ya está prácticamente lleno. Se recorta en Cultura, Educación, Sanidad y Servicios Sociales sin miramientos, pero lo que se está haciendo es condenar a nuestro país a un futuro muy negro de desigualdad, pobreza y situaciones dramáticas.
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