lunes, 8 de diciembre de 2014

Patrimonio en peligro: Hospital de San Lázaro


Cultura de Sevilla quiere sumarse a la denuncia que diversas entidades como ADEPA o algunos medios de comunicación (el último Francisco Javier Recio ayer domingo en El Mundo), están llevando a cabo sobre el calamitoso estado de conservación del Hospital de San Lázaro y en especial de su iglesia.



El Hospital de San Lázaro cuenta con una larga y dilatada historia. No en vano, se trata de uno de los edificios más antiguos de Sevilla siendo el primer hospital que se funda en la ciudad gracias al patrocinio del rey Alfonso X allá por el siglo XIII. El edificio acogió en su día a la comunidad de leprosos y se asienta sobre una construcción anterior, la conocida como torre de los Gausines, de origen islámico. En torno a esta torre que sirve de acceso principal al actual edificio, se construyó la iglesia, de estilo mudéjar y que es la edificación que presenta peores condiciones. Cerrada al público desde 1998, numerosas han sido las peticiones que han pedido poder entrar para comprobar qué ha sido de los bienes muebles que atesoraba, entre ellos pinturas de Villegas Marmolejo. La Junta de Andalucía, reacia a abrir el edificio, tampoco da muchos datos sobre el paradero y estado de retablos, pinturas, esculturas y demás bienes. Actualmente la iglesia se utiliza como almacén y su cubierta ha sido desmontada para evitar filtraciones y derrumbes. La restauración de la iglesia es una tarea urgente que no puede demorarse más y actuaciones como la construcción de la nueva cafetería adosada a sus muros no hacen más que demostrar el escaso tacto de la Junta de Andalucía para con este bien. La Asociación ADEPA, tras varios intentos, ha optado por acudir a los Tribunales para denunciar el estado de la iglesia, declarada, al igual que el resto del edificio, Bien de Interés Cultural. ¿Quedará algo cuando por fin se pueda acceder o será demasiado tarde?


El resto del edificio conserva importantes trazas originales como la fachada principal, atribuida a Hernán Ruíz II y que fue construida a mediados del siglo XVI cuando se acometen  importantes mejoras y ampliaciones en el hospital. Muy interesante es la composición de esta fachada, con motivos serlianos (superposición de órdenes, el uso de óculos que alternan con arquitectura fingidas que recuerdan a arcos de triunfo romanos, frontones triangulares alternando con arcos de medio punto...) que emplea columnas adosadas de estilo dórico en planta baja y jónicas en la superior. El estado de conservación es aceptable, habiendo desaparecido la cerámica que decoraba las metopas del entablamento del piso inferior. Se trata de un magnífico ejemplo del Renacimiento tardío en la ciudad y, tanto por su calidad como por su relevancia, debería gozar de un mantenimiento y ciudadanos que incomprensiblemente no tiene.


El edificio se distribuye en torno a un patio de trazas mudéjares que, según apuntan los estudios más recientes, fue completamente reconstruido a principios del siglo XX. Debido al constante uso y a la ubicación del recinto, las remodelaciones, ampliaciones y restauraciones han sido constantes a lo largo de sus casi ochocientos años de historia. De hecho, en el siglo XIX la ruina se apoderó del edificio siendo necesaria una profunda intervención que afectó a los principales elementos del mismo, incluida la iglesia. El nivel de deterioro actual es tal, que sólo una actuación en profundidad podría salvar uno de los edificios más valiosos de los que se conservan en la ciudad. Sin embargo, la 'maldición del Norte' afecta también a este edificio, una maldición que parece condenar al más oscuro de los abandonos a todo edificio histórico que se encuentre al norte del  centro histórico; lo padecen las propias murallas de la Macarena, además del monasterio de San Jerónimo, el cementerio de los Ingleses, las naves de Renfe de San Jerónimo o, hasta hace poco tiempo, el Humilladero de San Onofre. Allí donde no llega el turismo, parece que no interesa mantener el patrimonio a pesar de ser, por antigüedad y calidad, de lo más  valioso que tenemos.


Más información sobre el Hospital de San Lázaro en el Catálogo del Patrimonio Andaluz

2 comentarios:

Vlasov dijo...

Y ese azulejo de San Lázaro tan accesible al expolio...Me da escalofríos tanta dejadez.Deberían al menos cambiarlo por una copia...

Sergio Harillo dijo...

Ojalá no tengamos que lamentar también esa pérdida.

¡Saludos!