viernes, 12 de diciembre de 2014

Las huellas del pasado


La exposición sobre las puertas de la muralla que acoge Antiquarium deleita al visitante con un amplio conjunto de instantáneas de esa Sevilla que muchos admiran pero que lamentablemente se fue para no volver. Entre las imágenes me llamaron especialmente la atención las que retratan la Puerta de la Carne, no tanto por la propia puerta (que evidentemente también) sino por un detalle secundario.



Si nos fijamos en ambas imágenes veremos que tras la puerta aparece un edificio con un torreón muy característico, un tipo de torre en forma de 'sillón' que se suele asociar con la ciudad de Cádiz y que no es tan fácil encontrar en Sevilla. En la portuaria Cádiz, este tipo de miradores servían a los ricos comerciantes para vigilar, desde sus casas, los navíos que llegaban o zarpaban hacia América. En Sevilla también fueron frecuentes estos torreones (delicioso es el pasaje de 'La piel del tambor' en el que Arturo Pérez Reverte habla sobre estos miradores sevillanos) pero con el paso del tiempo y el aumento en altura de los edificios se han ido perdiendo. Curiosamente este torreón que vemos en ambas imágenes sigue existiendo a día de hoy y se puede ver perfectamente en la casa del siglo XVIII que hace esquina entre Santa María la Blanca y Cano y Cueto. Este detalle no sólo nos ayuda a ubicar la Puerta de la Carne en el callejero actual, sino que nos revela una Sevilla que sigue entre nosotros y que debemos conservar ya que forma parte de nuestra historia y de nuestro futuro. Como hemos denunciado en más de una ocasión, las décadas de los 50, 60 y 70 del pasado siglo XX fueron terribles para nuestra ciudad, pero a día de hoy se sigue destruyendo muchísimo patrimonio y ya apenas conservamos caserío de los siglos XVII o XVIII mientras que el del XIX y XX también está empezando a desaparecer. En nuestras manos está mantener intactas las pocas imágenes históricas de Sevilla que aún se conservan. 

Casa del siglo XVIII con su característico torreón


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