A principios de semana conocíamos la noticia de que la Gerencia de Urbanismo ha paralizado los trabajos que se estaban llevando a cabo en un local comercial de la calle Tetuán, concretamente en un edificio de Aníbal González. Al parecer las obras no contaban con la correspondiente licencia ya que se estaban desarrollando labores que exigían el visto bueno de la Comisión de Patrimonio al tratarse de un edificio protegido. El edificio, uno de los más característicos de la obra de Aníbal González, fue construido entre 1915 y 1917, siendo patente la influencia de la Plaza de España. El bloque de viviendas tiene fachada a tres calles, Tetuán, Rioja y Muñoz Olivé y conserva algunos elementos originales como la entrada y la escalera de acceso.
La empresa que ha alquilado el local es la francesa Sephora, que pretende trasladarse desde la calle Sierpes a Tetuán en busca de una mayor afluencia de público. Durante años el espacio estuvo ocupado por una tienda de ropa y, lamentablemente, nada se conserva del interior. Incluso la fachada fue brutalmente mutilada para incrustar los escaparates, tal y como se puede observar en las imágenes. Según avanzaba ABC, la intención de la empresa es reconstruir estos elementos perdidos para devolverle a la fachada su imagen primitiva. El celo de la Gerencia de Urbanismo en este caso choca con otras intervenciones en el caserío histórico de la ciudad en las que los edificios son vaciados íntegramente por dentro sin que el Ayuntamiento haga objeción alguna. Se da la casualidad de que justo en este mismo edificio, pero en la esquina contraria, se encontraba hasta los años 60 el suntuoso Gran Café Britz, uno de los más elegantes y lujosos de la ciudad, víctima también de la piqueta y que actualmente está ocupado por una tienda del Grupo Inditex. De confirmarse la recuperación de la fachada estaríamos ante una gran noticia, y en cuanto al Ayuntamiento, esperemos que estas visitas técnicas se multipliquen para así evitar nuevos destrozos en nuestro Patrimonio.
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