viernes, 28 de noviembre de 2014

El vandalismo, una lacra social que no tiene fin


Se acaba el mandato municipal y nada se sabe de una de las grandes promesas del alcalde, la creación de una unidad dentro de la Policía Local que se encargue únicamente del cuidado de las zonas verdes de la ciudad, la conocida como Policía Verde. Si el vandalismo es una lacra que parece no tener fin en nuestra ciudad, las zonas verdes, por estar más desprotegidas, son el blanco ideal de los vándalos.



La Glorieta de Luis Montoto, en el Parque de María Luisa, es uno de esos espacios que sufren no sólo el ataque gratuito sino la absoluta desidia municipal. Meses lleva la figura principal del estanque, obra de Emilio García Ortiz, decapitada, e incluso las piezas de cerámica empiezan a separarse por el tronco, con el peligro de que alguien se lleve directamente la pieza entera. 


Mejor suerte tuvo la Glorieta dedicada a Rodríguez Marín, que hace dos años fue parcialmente destruida y tuvo que ser rehecha desde los añicos. Meses después, vuelve a aparecer sin uno de sus remates cerámicos. El cuento de nunca acabar.

3 comentarios:

ana muriel dijo...

La solución del problema no creo que sea solo dedicar policía a proteger la ciudad de los vándalos, sino también hay que dar una educación, enseñar a respetar nuestro patrimonio y a valorarlo. Nos quejamos de que el ayuntamiento no lo valora, pero cuántos sevillanos lo hacen? Es vergonzoso tanto ver como algunos destrozan la ciudad como ver que el ayuntamiento lo permite

Sergio Harillo dijo...

La solución al problema, como bien dices, radica en la educación, educación en civismo, en respeto, en tener unos valores y principios. Lamentablemente, por mucho que se invirtiera en educación, vándalos siempre los habrá por lo que la policía seguirá siendo necesaria. En un país donde, además, nos estamos cargando la educación y rebajándola a niveles catastróficos, cada vez hará más falta una policía que vele por la seguridad. Es terrible, pero es hacia donde nos dirigimos.

¡Un saludo!

Manuman dijo...

La educación es cosa de cada casa, el civismo es ya materia pública. Soy partidario de multas o penas ejemplares. El castigo debe ser tan fuerte que no merezca la pena correr el riesgo de que te cojan vandalizando. El problema es que no hay castigo, sólo impunidad.