La compra de Cajasol por parte de La Caixa ha puesto patas arriba el sector cultural de la ciudad. Nada queda ya del proyecto que iba a convertir el edificio de calle Sierpes (la antigua Cárcel Real) en un museo, el Caixaforum se ha trasladado de las Atarazanas a la Isla de la Cartuja y ahora es el turno del antiguo Teatro Álvarez Quintero, de propiedad municipal y alquilado desde 1999 a la extinta Cajasol.
La Fundación Cajasol ha decidido prescindir de este edificio para centrar todas sus actividad culturales en el edificio de la Plaza de San Francisco, donde ya cuenta con un salón de actos y varias salas de exposiciones. El futuro de la Sala Joaquín Turina, en plena calle Laraña, está en el aire.
Llama la atención que este edificio fuera uno de los que el Ayuntamiento incluyó en la polémica reforma del PGOU para eliminarle su uso cultural. Teniendo en cuenta que el Ayuntamiento es el propietario del edificio, cabría pensar que en este caso intentó hacer caja con un edificio cuyo uso cultural debería estar más que blindado. Con la marcha de Cajasol se abren varios escenarios posibles para este edificio construido en los años cincuenta del siglo pasado y que cuenta con un aforo que supera las 500 localidades.
La opción menos ideal, aunque seguramente la que tenga en mente el Ayuntamiento, sería alquilar este edificio al mejor postor, convirtiendo el antiguo teatro en un espacio comercial. Si nada lo remedia, quizás podríamos estar ante un futuro Primark o un Lidl, todo vale con tal de hacer caja. El Consistorio también podría optar por explotar desde el ICAS este espacio, continuando con su uso cultural y utilizándolo como espacio escénico complementario del Teatro Lope de Vega.
Una idea mucho más interesante pasaría por ceder el edificio a una entidad cultural que deseara ponerlo en valor. Y cuando decimos ceder nos referimos a cederlo de forma gratuita o por un precio simbólico a cambio de que el inquilino se haga cargo de su mantenimiento. Suficientemente difícil está el panorama cultural en la actualidad como para pretender sacarle un canon a cualquier interesado. ¿Qué podría tener cabida en el Teatro Álvarez Quintero? Quizás se podría dedicar a la música, fijando en él su sede la Orquesta Barroca y la Bética Filarmónica, convirtiendo este edificio en un auditorio con una programación continuada. Otra opción bastante interesante sería recuperar el proyecto que los gestores de la Sala Cero idearon para el Teatro Cervantes, adaptándolo y haciendo del Álvarez Quintero un teatro como tal, con una programación abierta a todos los públicos. Cualquiera de las dos opciones debería contar con el beneplácito del Ayuntamiento y contribuirían a la generación de empleo y al crecimiento del sector cultural de la ciudad. En este tipo de proyectos es donde las administraciones deberían buscar el bien general y facilitar el desarrollo cultural.
Sin duda los principales perjudicados por este cierre serán las decenas de actividades que durante años han tenido cabida en este teatro y que ahora se quedan sin un espacio donde llevar a cabo sus representaciones. El salón de actos de Cajasol en Plaza San Francisco es bastante más pequeño (y por lo tanto menos rentable económicamente) y habrá que ver si consigue tener la vida que ha llegado a albergar el Álvarez Quintero.
Fuente: Diario de Sevilla
1 comentario:
No tengo palabras para definir adecuadamente estas cosas que lamentablemente padecemos la mayoría de sevillanos.
Me quedo y destaco tu denuncia, y sensibilidad para buscar los apoyos necesarios para frenar y así defender lo que nos queda de nuestro Patrimonio. Una vez más, agradecerte profundamente tus aportaciones tan nobles como dignísimas.
Afectuosamente.
Mari Carmen.
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