Casa del Jardinero Mayor, posible futura sede del Museo judío de Sevilla
La semana pasada comenzaba y acababa de la misma manera, con el anuncio de la creación de dos nuevos museos en la ciudad. Abría la veda el posible Museo Bellver en el Pabellón Real y se cerraba con el proyecto que se ha presentado al Ayuntamiento para convertir un edificio regionalista ubicado en los Jardines de Murillo en 'La Casa del Sueño', un centro dedicado a la Sevilla sefardí. Entre medias saltaba la noticia de la adquisición del cuadro de Murillo 'Las lágrimas de San Pedro' por parte de Abengoa que pasará a fomar parte de otro museo, el Centro Diego Velázquez. Un museo nuevo, otro que llevamos esperando quince años y un tercero que se amplía con una pieza sencillamente maravillosa.
Lejos de Sevilla, en la capital del Ebro, se inauguraba el pasado viernes Caixaforum Zaragoza, el séptimo de la franquicia cultural e inmediatamente anterior al que albergaremos aquí en Sevilla a partir de 2016. Ayer llamaba la atención un mensaje en twitter referente a este nuevo centro que decía algo así como: "Lleno absoluto en Caixaforum Zaragoza, habrá que ver cuantos venimos cuando sea de pago". La sensación de estar paseando por un museo en completa soledad no es algo ajeno en los centros sevillanos, no es que haya que llegar a los extremos del Louvre o El Prado, pero ¿cuántas veces hemos ido al Museo Arqueológico o al Bellas Artes y no había absolutamente nadie en sus salas?
En Sevilla contamos con varios y muy buenos museos que a pesar de sus colecciones no consiguen ser el motor cultural que la ciudad necesita. ¿Por qué? Quizás por la falta de interés de la ciudadanía en general, puede que porque los que nos visitan prefieran otro tipo de tópicos o simplemente porque desde esos centros y museos no se hace lo suficiente para llegar al ciudadano. Sólo hay que echar un vistazo a las redes sociales de museos como el Thyssen madrileño o cualquiera de Barcelona para darse cuenta de que para conseguir 'clientes' hay que moverse, no basta con abrir las puertas y esperar a que lleguen los visitantes.
A pesar del general desconocimiento de los museos y centros sevillanos existe cierta leyenda urbana que dice que hay muchos, quizás demasiados. En el fondo es cierto, Sevilla tiene un buen número de museos, públicos y privados (estos son los menos) que ofrecen una variada oferta cultural para todos los gustos. Sin embargo, la mayoría de ellos (por no decir todos) sobreviven a duras penas con presupuestos ridículos, sin personal, con instalaciones anticuadas o escasas actividades que atraigan al público. Por ello, que se anuncie la creación de nuevos museos es una fantástica noticia, pero al mismo tiempo salta la duda de cuál será su futuro.
Museo Carmen Thyssen de Málaga, un posible referente para la colección Bellver
En Cultura de Sevilla siempre hemos defendido que de crearse un museo independiente para la colección Bellver al margen del Museo de Bellas Artes debería tener una serie de atractivos que la complementen. Es cierto que esta colección mejoraría la cantidad de piezas que atesora nuestro principal museo, pero al mismo tiempo no podemos hipotecar su ampliación para exhibir una serie de piezas que dejen en los peines la colección del propio Museo. Cuando abogábamos por un centro específico para la colección Bellver teníamos en mente el Thyssen de Málaga, con toda la parafernalia que conlleva un museo de este tipo y sus correspondientes exposiciones temporales pero la elección del Pabellón Real apunta a que deberemos contentarnos con la mera exposición de estas piezas sin mucho más aparato. La apertura de un nuevo museo dedicado a la comunidad judía sevillana es mucho más paradigmática de la personalidad de nuestra ciudad. Para los que no lo sepan, Sevilla ya cuenta con un museo de este tipo, el Centro de Interpretación de la Judería de Sevilla. Evidentemente no son proyectos análogos, pero está claro que sus temáticas se pisan y habrá que ver si la demanda es suficiente para mantener ambos centros abiertos.
En el fondo, la problemática es siempre la misma, en Sevilla actuamos sin una hoja de ruta concreta, se van haciendo proyectos en función de ocurrencias. Aprovechar oportunidades puede ser positivo para la ciudad, pero también es cierto que antes de seguir abriendo espacios culturales en la ciudad deberíamos reflexionar sobre lo que tenemos y sobre todo, reorganizar el panorama cultural sevillano. ¿Cómo? Haciendo un estudio de lo que hay, las necesidades que tienen los centros que ya están abiertos, buscar fórmulas para hacerlos más atractivos y sobre todo, que los sevillanos los hagan suyos. No nos engañemos, los museos no se abren para los turistas porque estos pueden o no sentirse atraídos por ellos. Los museos son el alma de la ciudad porque en ellos se guarda su historia, su personalidad y sus más valiosos tesoros. Los sevillanos deberíamos ser los principales interesados en hacer de nuestros museos centros vivos que formen parte del día a día de la ciudad. Sólo cuando nuestros principales centros culturales funcionen correctamente la Cultura será un motor de desarrollo potente, mientras eso no ocurra, serán espacios abiertos sin más a los que únicamente acudirán aquellas personas que tengan un verdadero interés en sus colecciones y estén dispuestos a soportar todas sus carencias.
4 comentarios:
Yo pienso que nunca está de más un nuevo centro cultural, pero si es verdad que en Sevilla parece que se hacen por oportunismo y no por real interés en lo que se hace.
Como experiencia propia diría que muchas personas piensan que los museos son aburridos pero al pedir que me acompañen a algún museo siempre han salido muy contentos y les ha gustado, diciendo la típica frase de "no sabemos ni lo que tenemos"
No cuento con los servicios administrativo de esta ciudad pero si al igual que mis amigos han descubierto la belleza de algunos museos sevillanos, acciones como la noche en blanco mueve a muchas personas que cada vez descubrirán nuevos museos.
Creo que el error principal está en no saber venderlos.
Coincido plenamente contigo, la mayoría de las veces la falta de conocimiento hace creer a la gente que los espacios culturales son aburridos. Hay de todo, claro está, habrá gente que no pise un museo en su vida porque los deteste, pero estoy convencido de que con una buena difusión y un buen plan de marketing, la mayoría de los ciudadanos disfrutarían visitando los museos.
Saludos!
Me parecería buena idea si le viera futuro, pero como tantas y tantas cosas que se hacen en la ciudad (está por ver que esta se haga) se van muriendo de soledad y de abandono.
¿No sería más lógico mejorar el Centro de Interpretación de la Judería, el cual acabo de conocer su existencia?
¿Por qué no nos centramos en dignificar los equipamientos culturales que ya tenemos?
Siempre es positivo que surjan ideas y proyectos, pero es lo que usted dice, que si se crea algo y luego no va seguido de una verdadera campaña de difusión que atraiga a los visitantes, todo ese esfuerzo cae en saco roto.
La mejora de los centros culturales ya existentes debería ser el primer punto de las agendas de los responsables culturales de la ciudad (Estado, Junta y Ayuntamiento, que ninguno se salva).
Saludos!
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